Los trastornos de ansiedad son un conjunto de perturbaciones de la mente descritos como intensos sentimientos, irracionales y persistentes de miedo, preocupación o nerviosismo. Estos trastornos pudieran entorpecer de modo significativo con la vida diaria de un individuo, perturbando tanto su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas como su bienestar emocional. Entre los trastornos de ansiedad más frecuentes son incluidos el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la fobia específica, la fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), sin embargo, este último, aunque interrelacionado, se clasifica en ocasiones por separado.
El trastorno de ansiedad generalizada se identifica por una constante y excesiva desazón sobre una serie de situaciones, inclusive cuando no existe una clara razón para encontrarse ansioso. Los individuos que padecen de trastorno de pánico sienten ataques de ansiedad intensos y repentinos, unidos a síntomas físicos como dificultad para respirar, palpitaciones y mareos. Las fobias son otro ejemplo de trastorno de ansiedad, donde el individuo tiene un miedo persistente e irracional hacia ciertas situaciones u objetos, como estar en lugares cerrados, volar o contemplar ciertos animales.
El tratamiento para los trastornos de ansiedad ordinariamente implica una asociación de medicamentos ansiolíticos o antidepresivos y psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC ayuda a los sujetos a reconocer y reemplazar esquemas de comportamientos y de pensamientos negativos que eternizan la ansiedad, mientras que las medicinas pudieran ser convenientes con el fin de controlar la sintomatología. Además, la práctica de técnicas de relajación, el manejo del estrés y la actividad física regular también pudieran ser componentes clave en la prevención y el tratamiento de los trastornos de ansiedad.
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La terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual ha mostrado ser uno de los procedimientos más eficientes para los trastornos de ansiedad. Esta dirección terapéutica se sustenta en el concepto de que las emociones, los pensamientos y los comportamientos se encuentran relacionados, y que al cambiar los patrones de pensamiento negativos, se pudieran también cambiar las respuestas conductuales y emocionales. En los trastornos de ansiedad, los enfermos acostumbran tener pensamientos distorsionados e irracionales sobre escenarios que generan preocupación o miedo, y la TCC específicamente trabaja en reestructurar e identificar estos disfuncionales pensamientos.
Uno de los mecanismos quid de la TCC es el adiestramiento en habilidades de afrontamiento. Los médicos instruyen a los enfermos cómo manejar y enfrentar la ansiedad por medio de respiración profunda, técnicas de relajación y exposición gradual a contextos temidos. La exposición controlada es especialmente efectiva, pues faculta al individuo a afrontar de manera segura y gradual a sus miedos, disminuyendo la respuesta ansiosa con el paso del tiempo. Este proceso ayuda a que el sujeto se desensibilice de los escenarios que le generan ansiedad, lo que conduce a una progresiva disminución de la evitación y del miedo.
Otro importante aspecto de la TCC es la reestructuración cognitiva, que entraña desafiar y cuestionar los pensamientos catastróficos y automáticos que amplifican la ansiedad. Los enfermos aprenden a reconocer pensamientos como "Voy a perder el control" o "Algo terrible va a pasar" y a suplirlos por pensamientos más equilibrados y realistas. Esta trasformación cognoscitiva no solamente ayuda a disminuir la ansiedad al momento, sino que asimismo aumenta la facultad del enfermo para enfrentar situaciones futuras estresantes de forma más adaptativa.
Ensayos clínicos y estudios científicos han apoyado la eficacia de la TCC en el régimen de trastornos de ansiedad, con positivos resultados que demuestran una significativa disminución de la sintomatología en diversos enfermos. La TCC además ha mostrado ser valiosa a largo plazo, pues sus provechos pudieran conservarse inclusive después de que el tratamiento haya acabado. Resumidamente, la terapia cognitivo-conductual no solamente calma la sintomatología inmediata de la ansiedad, ya que igualmente habilita a los enfermos con prácticas herramientas para reducir y gestionar la ansiedad en el porvenir.
- Consulte además: Aprende a controlar tu ansiedad
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