Tributar para redistribuir las ganancias

El envejecimiento poblacional que vive la sociedad cubana influye en la disminución del número de trabajadores activos con respecto a los jubilados. Es por ello que desde el año 2008 la Asamblea Nacional del Poder Popular adoptó medidas para el futuro desarrollo socioeconómico y científico técnico del país.

Además del alargamiento de la vida laboral, se determinó la ampliación y el perfeccionamiento del actual Sistema de Seguridad Social y la extensión gradual a todos los trabajadores de la contribución especial a la seguridad social, conforme a lo establecido en la Ley Tributaria. Para ello se realizó un proceso de consulta con los trabajadores del Anteproyecto de Ley, con la presencia activa de los diputados en cada territorio, el que contó en su realización con el respaldo de más del 99% de los 3 085 000 (tres millones ochenta y cinco mil) trabajadores que participaron en 85 301 (ochenta y cinco mil trescientas una) asambleas.

En julio de 2012 la ANPP aprobó la Ley 113 del Sistema Tributario, la cual amplió y modernizó la de 1994, y estableció 19 impuestos, tres contribuciones e igual número de tasas. En enero de 2013 comienza a aplicarse la Ley bajo el principio de gradualidad en la implementación de los tributos. Sin embargo, se determinó que el impuesto sobre ingresos personales referidos a los salarios no se exigiría hasta tanto las condiciones económico-financieras permitan su aplicación.

Así las cosas, y en correspondencia con la actualización económica del país, en 2014 comenzaron a pagar el tributo a la Contribución Especial de la Seguridad Social (CESS) algunos sectores cuyos salarios aumentaron en 2008. Tal es el caso de Salud Pública, Fiscalía, Tribunales y la Contraloría General de la República. Posteriormente se incrementaron quienes laboran en la flota pesquera de plataforma, trabajadores del sector de la inversión extranjera y el personal contratado a usuarios y concesionarios de la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

El Impuesto sobre Ingresos Personales (IsIP) pasa por el cumplimiento del principio de que el sistema tributario es un elemento redistribuidor del ingreso en el país. Su importancia radica en que respaldan el gasto público y el desarrollo económico. Este impuesto ya lo vienen pagando más de 500 000 personas, si se tiene en cuenta la cantidad de cuentapropistas que existen en el país y otros grupos de personas como los artistas, creadores, intelectuales, según explicó Meisi Bolaños, viceministra del Ministerio de Finanzas y Precios en una conferencia de prensa ofrecida en la sede de esa entidad.

Este año se extiende al resto de los trabajadores del sector empresarial cubano la CESS que venían aportando quienes estaban vinculados a las entidades en perfeccionamiento y se les aplicará también el IsIP. Según Bolaños, más de un millón de trabajadores deberán tributar estos impuestos a partir de octubre, teniendo en cuenta las ganancias del presente mes de septiembre.

INQUIETUDES SOBRE LA MESA

¿Quiénes tributarán?, ¿cómo y cuánto pagarán?, son las principales interrogantes que se ponen sobre la mesa. Vladimir Regüeiro, director de Ingresos del MFP, explicó en dicha reunión que sobre la base de la generalidad y equidad de la carga tributaria, el pago de ambos impuestos se hará mediante el sistema de retención del salario mensual, lo cual es una facilidad para los trabajadores, que no tienen que acudir a las agencias bancarias y a la Oficina de Administración Tributaria (ONAT) para cumplir con estas obligaciones.

A propósito del tema, Cubahora conversó con María Lucía Yzaguirre Martínez, trabajadora de la UB Infomaster, para quien “si bien el pago de tributos está diferenciado por los niveles de ingresos y esto se considera positivo, también es válido decir que el salario en el sector estatal apenas alcanza para satisfacer nuestras necesidades y tener que disminuirlo con el pago de los tributos es algo que sin dudas afecta a la población trabajadora que solamente tiene esta fuente de ingresos”.

Sin embargo, es necesario aclarar que no son todas las empresas estatales las que abonarán estos impuestos. Aprobada en julio de este año, la Resolución 261 expone los requisitos para el pago de estos tributos. Como primera condición se establece que solo en el caso que lo trabajadores perciban ingresos por al menos uno de los siguientes conceptos: pago por perfeccionamiento empresarial, por rendimiento, o como estímulo por la eficiencia empresarial, deberán entonces contribuir con el pago de la CESS o del IsIP.

En el orden cuantitativo existen diferencias entre uno y otro impuesto. En el caso de la CESS se exige un tipo impositivo fijo de un 5% solo si la contribución salarial ha sido superior a 500 pesos mensuales. Mientras que para el IsIP el gravamen será de 3% para quienes ganen más de 5 000 pesos mensuales y el 5% lo aportarán aquellos que cobren más de 2 500 pesos.

La norma cuenta con pronunciamientos que son garantía para el propio trabajador. Según Regüeiro, las retenciones de estos tributos no afectan los compromisos que tengan los trabajadores con sus parientes para el pago de pensiones alimenticias, las cuales tienen prioridad ante el deber fiscal. Sin embargo, otras deudas, como la reparación de vivienda o el pago por equipos electrodomésticos, serán descontadas una vez se haya efectuado el pago del impuesto que corresponda.

LOS TRABAJADORES OPINAN

El Estado cubano desde el triunfo de la Revolución puso su prioridad en el ser humano. Abel Rivero Ochoa, jefe de departamento de empleo y salarios de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) recordó los años más duros del período especial, donde se reafirmó la esencia democrática que caracteriza a nuestra sociedad con los llamados Parlamentos obreros, a los efectos de realizar cambios económicos.

El proceso liderado por la CTC abarcó 3,5 millones de trabajadores, 158 000 campesinos y alrededor de 300 000 estudiantes. En aquel entonces no existió un consenso sobre la aplicación del IsIP, no siendo así el caso de la contribución a la Seguridad Social, la cual se ejecutó en la medida que las empresas se fueron incorporando al sistema del perfeccionamiento empresarial, aclaró el funcionario.

Aunque estamos en un escenario distinto al de hace 22 años, sigue vigente la máxima del Comandante en Jefe Fidel Castro de no desarrollar un proceso de esta naturaleza siempre y cuando no fuera consultado con todos los trabajadores, recordó Rivero.

También pudimos conocer la opinión de Natacha Varela Corral, jefa del departamento de planificación de la Inmobiliaria ALMEST, quien plantea que “lo más lógico es que en la medida en que el salario aumente se paguen impuestos porque eso es en beneficio del país y para el propio trabajador”.

Y es que en la medida en que las entidades estatales que reciben beneficios salariales por el perfeccionamiento empresarial comiencen a tributar estos impuestos, aumentará la capacidad del Estado cubano para construir más escuelas, hospitales, centros de recreación, hogares de ancianos, porque es precisamente al gasto público a donde son destinadas las ganancias de este proceso redistribuidor.

Ambos impuestos, sumados al resto de la Ley Tributaria contribuyen al Presupuesto de Estado. Lina Pedraza Rodríguez, ministra de Finanzas y Precios, al presentar el Proyecto de Ley del Presupuesto del Estado para el año 2016 durante el VI Periodo Ordinario de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacio­nal del Poder Popular, informó que se dedicó a la Salud Pública y la Educación el 30 y 23 % respectivamente.

De ahí que es una responsabilidad social pagar estos tributos para redistribuir las ganancias en beneficio de todos. ¿Qué piensa usted? Queda abierto el debate en nuestra revista, queremos saber su opinión.