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viernes, 4 de octubre de 2024

2021 en lo inmediato

El nuevo año llega con asuntos sin terminar por su predecesor...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 31/12/2020
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Lucha contra la Covid-19-hospitales
La lucha por todos y para todos contra la Covid-19 es una de las deudas pendientes de los últimos doce meses.

Ciertamente, 2020 cierra puertas como uno de los más controvertidos años de la historia moderna, y lo hace además con no pocas cuentas pendientes de carácter vital que deberían ser solventadas en los doce meses que se inician a partir de este enero… es al menos lo deseable por el bien de todos.

La COVID-19 sigue siendo un mortal flagelo sin controlar, y los remedios vacunales creados a marcha forzada por varios laboratorios, y empresas farmacéuticas internacionales, aparecen muchas veces rodeados de dudas y reservas a partir de la premura en su instrumentación y de los ciertos afanes de lucro de algunos de sus principales productores.

De hecho, solo un segmento de esos medios preventivos ha sido ofrecido por sus promotores (aun cuando todavía algunos cumplen los rigores experimentales) para un uso extendido y libre, más allá de los siempre asfixiantes y excluyentes contoneos mercantiles.

Los rigores de la pandemia han tenido además serias repercusiones económicas y sociales aún por dilucidar y enfrentar, y que imprimen un sabor amargo para buena parte de las naciones del orbe en los meses por venir.

El 2020 estuvo destinado a marcar también el cierre del pernicioso tono trumpista que se apoderó por cuatro años de la presidencia de los Estados Unidos, y que se proyecta como el inicio del indefectible retroceso gringo como único mentor internacional, y como el escenario que rasgó los centenarios afeites que han escondido la mascarada política interna que Washington ha vendido tradicionalmente al mundo como modelo excepcional y exclusivo de “democracia de alto vuelo”.

Trump y su ego desembozado se encargaron en buena medida de corroborar, en dimensión ampliada, el descrédito de la estructura institucional norteamericana a partir de las turbulentas elecciones que deben marcar su salida a regañadientes de la Oficina Oval en el término de unos días, un hecho este último que todavía puede derivar en otro sonado escándalo local.

Quedan además como débitos sin resolución, el fin de las guerras, de las tensiones, de las agresiones, de las sanciones y de la indecencia política que han sido impuestas a buena parte del planeta por los círculos hegemónicos de poder, y cuya presunta “corrección” pasa de proclama retórica en proclama retórica en los pronunciamientos demagógicos de quienes aspiran a escalar posiciones y escaños públicos en los patios responsables y ejecutores de tales mañas y conflictos.

Recordar, por ejemplo, que Trump, el hombre “decidido” en su campaña de 2016 a cesar “las estúpidas guerras” promovidas por Washington en el extranjero, concluirá su ciclo con la eternización de la presencia militar yanqui en Afganistán más allá de una posible paz interna local, y con la pretendida “conquista militar” y explotación unilateral de campos petroleros sirios apoyado con las dos manos por el sionismo y el terrorismo islámico.

De manera que 2021 no llega precisamente con augurios altamente positivos, sino como un nuevo período donde habrá que proseguir la zaga de intentar procurarle a la especie humana escenarios económicos, sociales, políticos y éticos realmente edificantes y justos.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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