El cine es y será mi razón de ser como actor

Fabián se acepta tal como es y le exige lo mismo a su pareja, Rogelio. No se puede amar a alguien si no nos amamos a nosotros mismos tal y como somos, le dice. Pero su noviazgo se ha tambaleado en varias ocasiones, precisamente por la falta de seguridad, de convencimiento, de comprensión.

Fabián se nos muestra en la pantalla chica en la telenovela cubana Latidos compartidos como un homosexual que más allá de su preferencia sexual, se asume como un hombre emprendedor, cariñoso, buen amigo y valiente. Le propone a los espectadores que reflexionen, que valoren cuánto puede perderse en una buena relación con la familia, la pareja o las amistades si se le deja margen a la intransigencia absurda.

“Todavía en nuestro país persisten prejuicios con este tema y no juzgo a nadie pero sí invito a descubrir los valores que las personas atesoramos sin que la orientación sexual sea el termómetro para definir cuánto valemos y cuánto no.

“Al personaje de Fabián le agradezco mucho como actor y como persona. Tuve que prepararme bien, estudiar mucho a partir de los referentes que sobre el tema se habían mostrado antes y analicé las opiniones del público para luego ofrecerle un personaje convincente.

“Me siento muy contento con la reacción positiva que en general he tenido con Fabián y estoy a gusto conmigo mismo porque me encanta asumir personajes con los que también pueda enseñarle algo a la gente. El actor no puede temerle a los personajes de ningún tipo”, cuenta a Cubahora Luis Ángel Batista, a quien también le descubrimos la pasión por la cocina.

“A mí me gustó mucho la cocina desde que mi mamá me enseñó a hacer de todo en una casa. A ella se lo agradezco y también a Consuelo Ramírez y a Felo Ruiz, quienes me confiaron a Fabián. Alberto González, el Rogelio de la novela, y yo tuvimos que estudiar mucho. Fuimos a  restaurantes, hablamos con los chefs y estoy muy agradecido con Razones y Motivos, dos en los que pudimos aprender mucho.

“Me enamoré de la cocina y decidí profundizar más. En esta etapa de mi vida trabajo como chef en el restaurante Habana Blues por razones económicas y porque también me complace hacerlo. Pero mi gran amor es la actuación y estoy a la espera de cualquier proyecto que puedan proponerme. Tengo otros amores por ahí, por ejemplo, me gustaría cantar y he grabado algunas cosas en estudio pero todavía no es algo serio”.

-Incursionaste en el cine también…

-Sí, lo  más reciente fue Viva, película noruega irlandesa que se presentó en el pasado Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Tuve un personaje pequeño pero me sentí muy bien en el trabajo.

“El cine es y será mi razón de ser como actor.  En Holguín había pocos cines y para mí, siendo un niño y un adolescente, era un momento mágico ir a ver una película. Por eso quise ser actor, porque quería verme en la pantalla como esos que yo admiraba tanto”.

 -Aparecerás en el elenco de la segunda temporada de UNO en las vacaciones….

- Sí, es lo más inmediato que puedo mostrar. Pero, ¿sabes? Estoy a la espera de un personaje negativo. Desde el punto de vista psicológico tendría que trabajar mucho y me gustaría asumir ese reto. Que me sienta mal, que no me salgan las cosas fácilmente y que me obligue a estudiar y a prepararme más. Ese es mi sueño ahora.