Libros, más que un formato

Durante los más de años 500 años que han transcurrido entre la aparición de la imprenta de Gutenberg (siglo XV) y la de Alejandro Piscitelli -Internet, la imprenta del siglo XXI- la industria del libro ha sorteado no pocos obstáculos. Revoluciones culturales y crisis económicas que han alejado a los lectores, genios con vidas intensas pero breves y desarrollos tecnológicos que han vaticinado la desaparición de ese formato, forman parte del pasado en algunos casos y en otros marcan el devenir más contemporáneo de las empresas editoriales.

Sin embargo, cuando celebramos nuevamente el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, aprobado por la UNESCO desde 1995, el mundo literario apuesta por una sinergia cada vez más efectiva entre los mercados impresos y digitales para perpetuar el arraigo de los libros en cada ser humano con acceso a ellos.

PROYECTOS INTERNACIONALES

Las facilidades para la creación de libros digitales han permitido el intercambio de contenido y la colaboración entre miles de usuarios de la Web. Esta posibilidad se consolida ante el aumento de internautas-productores de contenidos, y la cantidad y variedad de dispositivos para la lectura como las computadoras portátiles, los teléfonos móviles, tabletas y otros lectores de libros electrónicos o e-readers.

“Los denominados ebooks heredan características esenciales de los libros de la era de la imprenta, pero adaptados a los formatos digitales. Las temáticas se diversifican y los costos de producción son inferiores para blogueros, periodistas y la ciudadanía en general, que intercambian sus roles de autores y lectores en un ambiente que no necesita de la industria tradicional para generar, procesar y distribuir información”, asegura la Web de IPSCuba en su espacio dedicado al aprendizaje.

Una de las herramientas que ha transformado el ámbito literario digital en los últimos meses es iBooks Author, desarrollada por Apple para el sistema operativo Mac OS X. Esta aplicación permite crear libros digitales de forma fácil e intuitiva, y su descarga es gratuita. El usuario puede arrastrar fotos o videos desde su escritorio, importar texto de documentos creados en Office o publicar vínculos a contenido disponible en Internet.

En tal sentido, Apple ha conseguido alianzas con importantes editoriales tales como McGraw-Hill, Pearson y Houghton Mifflin Harcourt, las cuales venden el 90 por ciento de los libros de texto en los Estados Unidos, según estadísticas publicadas en Edition, sitio dedicado a la edición de textos digitales, ebooks e integración con medios sociales. La propia Web anunció que las cifras iniciales de descargas del iBooks 2 -el lector de libros digitales creado por la compañía de la manzana, que brinda la posibilidad de resaltar textos, hacer notas y ver vídeos e imágenes en 3D- rondan las 350 mil.

Las críticas más alarmantes se refieren al universo cerrado que ha implantado esta empresa, pues los libros creados con iBooks Author solo podrán ser vendidos en su tienda digital Apple Store, aunque los directivos han asegurado que los precios de los libros de texto no superarán los 14,99 dólares. Sin embargo, para comprar y leer los contenidos, los usuarios deberán poseer un iPad y utilizar iBooks 2.
La posibilidad nacional

Uno de nuestros escritores más reconocidos, Leonardo Padura, expresó en su obra La memoria y el olvido, en abril de 2010 que los cambios tecnológicos y filosóficos experimentados por la industria del libro bien pudieran ser aprovechados por las instituciones culturales cubanas dedicadas a la difusión de literatura artística. “Quizás la primera operación para acercarse a ese universo tendría que ver con la pérdida de prejuicios acerca del mercado, con la valoración de las proporciones del fenómeno digital (…) y con la necesaria reactualización y modificación de los mecanismos vigentes del derecho de autor (…)”, aseguró.

Los primeros pasos fueron visibles en la última edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana donde los visitantes pudieron acceder a un pabellón dedicado solamente a los ebooks y descargar títulos diversos libres de costo.

En el ámbito educacional, sobre todo universitario, esta realidad es mucho más cercana pues las posibilidades de acceso a literatura científica actualizada son limitadas y los ebooks resultan una solución muy atractiva para estudiantes y profesores.

No obstante, la producción literaria cubana ha debido enfrentar dificultades económicas y limitaciones para el acceso a la red que han afectado al sistema cultural y lo han alejado de las tendencias internacionales. La digitalización de obras clásicas del acervo nacional y libros de historia, siempre deficitarios, son algunas de las soluciones que propone Padura. “Debe empezar a meditarse en las vías para acercar el universo editorial de la isla a la nueva realidad de mercado y difusión que ha surgido”, apuntó.

Este 23 de abril, cuando Cuba celebra además el Día del Idioma, es un buen momento para fortalecer estrategias y mecanismos de comercialización y distribución que apoyen la política nacional de llevar la cultura a todos los espacios.