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lunes, 18 de noviembre de 2024

Un terremoto para afinar cisnes

Los cambios estructurales en la televisión cubana prometen transformar ciertas prácticas anquilosadas que aún no logran atrapar el gusto de la teleaudiencia...

Susana Gomes Bugallo en Exclusivo 21/11/2014
2 comentarios

Pienso en la obstinada defensa que casi siempre hago de la televisión cubana cuando llega alguien a traerme un material audiovisual que busco hace tiempo. Al fin voy a tener el último concierto que viví del Santi, aquel que Léster Hamlet convirtió en un magistral DVD capaz de capturar momentáneamente en varias tomas la imagen y el espíritu de mi Santiago Feliú en el histórico concierto de la Sala Covarrubias en julio de 2012.

Lo había buscado con tenacidad, pero nada. Ni siquiera en los varios musicales que le han dedicado por nuestros canales televisivos luego de su partida terrenal definitiva el pasado 12 de febrero he podido disfrutar del video de esa tarde. Ahora llega a mis manos inesperadamente. ¿De dónde lo han sacado? Respuesta fácil para estos días: el paquete semanal, la causa de varias jornadas de debate por estos tiempos y el sintagma nominal inevitable en la boca de casi todos los expertos culturales que se acercan a este fenómeno, no por establecido, totalmente asimilado.

Bastante se ha dialogado ya sobre la batalla entre este rey de buena parte de las noches cubanas y la alternativa mediada y seleccionada por quienes en Cuba abogan por una alfabetización de los gustos. Mi Mochila se distribuye desde los Joven Club con cierto recato y tibieza, frente a la agresividad del paquete, el cual se “cuela” (tarifas mediante) en todas las memorias flash, lanzadas varias veces a la semana en busca de un entretenimiento que ese público medio requiere y no encuentra, adivinen dónde. Volvemos a mi consentida televisión cubana.

No toda la culpa la tiene la escasez u homogenización de la programación televisiva. Y, contrario a la composición del dúo musical guantanamero, la culpa sí la tiene alguien. Pudiera ir la responsabilidad de las carencias en los hombros de aquellos expertos que poseen la capacidad de influir en las parrillas que se confeccionan, también de buena fe. Gran parte del peso recaería además sobre las espaldas de los decisores que apuestan por la producción de una serie sí y otra no, que escogen dónde depositar esfuerzos y dónde enterrar proyectos, que ciñen dictámenes a pareceres y no a los criterios de los estudiosos.

Si realmente se lanzaran (como defienden muchos expertos) los llamados capítulos o emisiones piloto, para luego “evaluar el terreno y perfeccionar la siembra”; si los centros de investigación indagaran con efectividad las opiniones de la ciudadanía; si existiera el valor de retirar una propuesta cuando la población la abuchea con desparpajo; si la teleaudiencia definiera la permanencia; si cada producto televisivo tuviera en cuenta su mercado, su realidad, su destino…; hasta nuestro desafinado cisne cantaría (con buena entonación, incluso).

Pero sucede que un cosquilleo no removerá cimientos, y solo un terremoto podría movilizar los modos de hacer televisión en Cuba. Un temblor de prácticas que revuelva pareceres e incite a experimentar nuevos horizontes, claro está, que hasta donde se pueda, pues tantos sacudones no moverían ni un milímetro lo estancado si no hay un importante componente económico que impulse el zarandeo.

Mas, volvamos a la alfabetización del gusto como raíz de todos los principios (tomando como premisa que instruir trae consigo la propuesta de cambio). ¿Hasta dónde podrá incidirse en aquello a lo que no se tiene alcance? ¿Cómo educar al escolar inepto que ni siquiera se asoma por la escuela? Tácticas y estrategias se requieren para “arrastrar” a aquellos que se plantan ante sus televisores pero no ante nuestra televisión. Porque no se trata de incitar a apagar los reproductores para luego sentarse a esperar que nuestra televisión cambie. Se necesita una propuesta atractiva que conduzca a los televidentes a los canales nacionales, ávidos de cuanto en esa gama de productos puedan hallar. Tal y como ocurre cada lunes a las 8 y 30 de la noche, cuando aparece en Cubavisión un señor muy peculiar que nadie quiere perderse aunque “viva del cuento”.

Y si la población muestra una adicción a las cantidades, pues a dársela, y que sea de la “buena”, si es que existe esa clasificación, pues muchos de los estudiosos defienden que no se trata de “un arte bueno y otro malo”, sino que todo depende de la educación del público. Entenderíamos entonces como aceptable aquello que no denigre la naturaleza humana.

Si una gran mayoría sigue a la vez varias series, novelas o dramatizados, a entregárselo. A seguir la práctica de Tele Rebelde, adonde se dirige aquel que prefiere los deportes. A convivir con días como los domingos, en los que sabemos que hallaremos filmes en Multivisión, música en el Canal Educativo, interesantes ofertas informativas en el Canal Educativo 2 (Telesur mediante) y el deporte en su canal. Claro, que la inconformidad es propia de las personas. No siempre serán las propuestas esperadas, no siempre nos salvaremos de nuestros DVD, pero que no sea por total desprecio, sino con un proceso de selección mediante.

Aun así se mantienen algunos espacios totalmente al descubierto, blanco de esas ofertas que llegan de donde no se distingue entre valores y venta, donde lo que importa es el show, ese componente que tanto nos falta y que no está relacionado obligatoriamente con una ofensa o una burla a la personalidad, sino que se hace necesario para captar la atención de quien prefiere ese modo de recreación y frente a quien no valdrían los mejores filmes, documentales o dramatizados (tópico que casi se prohíbe por sí mismo debido a la decadencia que ha mantenido durante los últimos tiempos, siempre en altibajos y a la espera de mejorías, con la fe de buena parte de cubanos y cubanas en preferir sus dramas a los de otras realidades).

Las “cajitas” —que ya comienzan a asentarse en los hogares cubanos, con las opciones de la televisión digital y sus canales nacientes dedicados a la programación infantil y los musicales (por ahora)— son una luz en medio del camino o un reto de cuántas posibilidades existirán. Eso, unido también al equipamiento de los estudios del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, con las modificaciones en las rutinas productivas que ello traerá consigo, como la edición por parte de los propios periodistas y la mayor creatividad que implica disponer del propio producto comunicativo.

Una vez que ese esperado terremoto logre establecer nuevas prácticas definitivamente, será cuestión de confiar en la creatividad de los hacedores, bien preparados de antemano en sus universidades y con muestras publicitarias ya visibles de lo que puede hacerse en cuanto a mensajes televisivos. Entonces, quizás se afine el canto del cisne, y el paquete sea una opción, no casi una obligación.


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Susana Gomes Bugallo

Se han publicado 2 comentarios


felicia
 27/11/14 10:04

plenamente de acuerdo con el comentario de eustaquio si para alfabetizar el gusto es necesario ¨A PURO CORAZON¨ es preferible seguir siendo iletrado, Barbara Sanchez Novoa, es mi modesta opinión no esta hecha para este tipo de programa, no todos son  Julio Acanda, que le queda tan bien el conductor de ¨ENTRE AMIGOS¨ , asi como otros programas de este corte que ha conducido.

eustaquio
 21/11/14 13:15

Siempre me he preguntado cuantos de nuestros conciudadanos tienen acceso a este tipo de material periodistico en CubaSí? El trabajo es bien interesante por los temas que aborda y las valoraciones que asume la periodista, en tanto cuando refiere " alfabetizar el gusto", en lo personal yo preferiría que me enseñaran los materiales  y yo escoger. En la pedagogía moderna el metodo " Inductivo-Deductivo" posibilita que al alumno adquiera el conocimiento de un contenido especifico a partir de la metodica empleada y su participación activa. Tengamos en cuenta lo que dice el público. Además sugiero que este tipo de trabajo lo reboten en prensa plana con acceso a las grandes masas o sea comentario televisivo en los canales nacionales. En cuanto a la cajita creo que es un medio muy util para dar alternativas, fundamentalmente por la posibilidad de grabar programas en el momento que usted está mirando otro. Además en horas de la madrugda que tan buenas peliculas ponen para los CVP que están de guardia, se facilita la grabación y verla por ejemplo el domingo cuando están pasando el Programa más cursi de la semana, presentadores incluidos, " A PURO CORAZON" si ese es uno de los que me va a alfabtizar prefiero seguir siendo iletrado. Gracias.

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