Pinar del Río, historias de solidaridad

El pasado mes de septiembre la provincia de Pinar del Río se convirtió en el epicentro de la pandemia en Cuba. Dada su situación epidemiológica, saltó las alarmas a nivel nacional, y como aconteció anteriormente con Matanzas, generó una movilización de esfuerzos para frenar los contagios.

Pronto funcionarios de alto rango se interesaron por asesorar al gobierno del territorio. Entre ellos, el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, quien visitó la provincia en septiembre. Durante su recorrido constató el tratamiento a los pacientes con la COVID-19, el funcionamiento de los hospitales, verificó los protocolos que se implementaban y se interesó por el estado de salud de las embarazadas y puérperas positivas a la enfermedad.

Ante el complejo escenario que se dibujaba en el territorio el Ministro de Salud Pública insistió en la necesidad del completamiento del personal en el sistema de atención a todos los niveles, de incrementar la capacidad de respuesta de las consultas de infecciones respiratorias e ingresar a la mayor cantidad de contagiados posible en centros de atención y velar por su correcto funcionamiento.

Durante ese mes la situación fue difícil, al cierre del día 30 de ese mes había diagnosticado 41 715 casos confirmados a la Covid-19 (el 18,7% del total de casos positivos en el mes) y registró 223 fallecidos para una letalidad de 0,5%.

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El período más complejo fue en la segunda mitad de septiembre donde se diagnosticaron más de la mitad de los casos del mes para esa provincia. Aunque la mayor cifra se reportó el día 13 con 1973 casos. De hecho, la gráfica ilustra el ascenso de casos hasta este día en que se alcanza un pico, luego se nota un estado de meseta con altas cifras hasta que alcanza el segundo pico (un poco más bajo que el primero) diez días después. A partir de ahí se aprecia un descenso de los casos con un pico el día 4 de octubre, pero que continúa descendiendo hasta el día de hoy.

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Se reportaron casos diariamente en todos o casi todos los municipios que componen la provincia de Pinar del Río con cifras que superaban las centésimas. Los territorios que más afectados se vieron en este tiempo fueron: el municipio cabecera Pinar del Río, Consolación del Sur y Guane. En el caso del primero, la gráfica muestra el mayor cúmulo de casos en la primera mitad del mes, mientras que para los otros dos territorios se evidencian cifras altas pero sin muchas variaciones.

Al día de hoy la provincia continúa diagnosticando las mayores cifras en todo el país con un acumulado de 10 078 y 75 casos registrados como fallecidos por la enfermedad para una letalidad hasta ahora de 0,7%. No obstante, la campaña de vacunación en el territorio lleva pasos fuertes, pues ya culminó en su municipio cabecera y desde el lunes 4 de octubre comenzó a administrarse la tercera dosis de Abdala para mayores de 19 años en el resto de los municipios.

Hasta el 5 de octubre se registró el 42,7% de la población pinareña vacunada completa, más del 85% tenía al menos una dosis y el 65% había recibido dos dosis según datos expuestos por la Dr. Liliam León Amado, subdirectora provincial de Salud Pública.

SOLIDARIDAD DESDE DENTRO Y FUERA DEL TERRITORIO PINERO

Durante los días más complejos no falto la mano amiga. Desde otras provincias llegó el apoyo necesario. Más de 270 profesionales del contingente Henry Reeve llegaron como refuerzo al sistema de salud pinareño. A estos se unieron también estudiantes de medicina.

Estudiantes de medicina que apoyaron la lucha contra la COVID-19 en Mantua, Pinar del Río (Foto: MINSAP)

Otras de las medidas tomadas para atender al alto número de pacientes fue la entrega de equipos de ventilación y otros medios a la provincia, el fortalecimiento del laboratorio de biología molecular, el incremento del número de camas para los casos moderados y graves, más salas de ingreso, centros de aislamiento y más de 150 capacidades en el hotel Pinar del Río.

A esto se unió la solidaridad de los lugareños. Por ejemplo, trabajadores por cuenta propia donaron caretas faciales y apoyaron con el transporte de los enfermos. Por ejemplo, el portal del ciudadano de Pinar del Río resalta la ayuda del  joven carpintero Josbel Salazar Pereda, quien donó 10 camas al policlínico Raúl Sánchez.

Así justificaba su solidaridad el vueltabajero: “A este policlínico es al que yo vengo cada vez que tengo un problema de enfermedad, pero no solo yo, también mis hijas, mi familia, por eso, teniendo la posibilidad de ayudar, no lo dudé. Quise hacer la donación al policlínico que lo necesita y sé que será útil´.”

Además, pinareños que residen en varias partes del mundo han enviado donaciones, como muestra de su amor por el lugar donde nacieron y su gente.

Tal fue el caso de afirma Yadira García Sayas, nacida en Viñales y actualmente residente en Austria. Ella junto a un pequeño grupo hizo una campaña para recaudar fondos y enviar medicamentemos e insumos a su municipio natal.

Gracias a las nuevas regulaciones que eliminan los impuestos para la importación no comercial de alimentos, aseos y medicamentos, pudo viajar a Viñales y llevar medicinas a su barrio y varios centros médicos.

Donación entregada en el Centro para aislamientos de niñas y niños con COVID-19 en la Comunidad El Moncada, Viñales, Pinar del Río. (Foto: Ivón Deulofeu)

“Llegamos a Viñales, clasificamos los medicamentos, hicimos un inventario y entregamos por diferentes sitios: dos centros de aislamientos, uno que está en la Comunidad El Moncada que es para atender a niñas y niños con la COVID-19 y el del Campismo “Dos Hermanas” para personas adultas también con el virus y esperamos que finalmente en el policlínico del municipio acepten nuestra entrega. Sabemos que hay mucha necesidad de medicamentos e insumos. Donaremos medicinas de mano en mano en el barrio, según las personas requieran y tengamos. También priorizaremos a los ancianos”, contaba la joven pinera.

Como estas muchas otras ha sido las muestras de solidaridad con el territorio pinareño, que hoy en día ya muestra una disminución de los casos confirmados. Las autoridades de Pinar del Río consideran que lo peor ya pasó y estiman un descenso lento, pero continuo, de los contagios, pues por las características de la enfermedad es poco probable que esa disminución ocurra de forma abrupta.