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lunes, 18 de noviembre de 2024

“El desafío de la distancia”

Aunque la decisión ya esté tomada, un emigrante nunca sabe lo que significa vivir en La Habana...

Carlos Durán de la Cruz en Exclusivo 04/09/2014
10 comentarios

Llegar. Aunque la decisión ya esté tomada por el emigrante, y a pesar de sus sospechas, aun no sabe como será vivir en La Habana.

En este caso “llegar” no es el acto esporádico, sea cual sea el motivo, sino establecerse, casi conquistar, aunque más bien pelear, aprender y sobrevivir. Todo eso tiene que ser muy claro antes de subir a cualquier tareco con ruedas. El guajiro necesita ilusión y los pies bien puestos en la tierra para armar el bulto y añadir a su vida un poco de kilometraje.

Emigrar para la capital, la urbe, para las calles y ambientes de la ciudad que no tiene mucho de diferente al resto del país, un tanto más “suelta”, con más bullicio, donde “el invento” es mayor, el tránsito, los clubes, discotecas, millonarios, pobres y... no es nada sencillo.

De vez en vez el guajiro recién llegado llega a sentirse como frijol en sopa. Da lo mismo si es cuando en vez de coger la guagua P9 para el centro de la ciudad, y ante la tensión del transporte público, sube meteóricamente para la 9 y termina viajando en dirección contraria. ¡Qué iba a imaginarse la coincidencia del mismo número en la misma parada!

Al guajiro en La Habana es por lo que le dé. Lo mismo se enamora del malecón y los altos edificios, que les hace rechazo y se concentra en otras cualidades y beneficios de la capital. Y aunque “la guara”, el arte de crear relaciones humanas, sea un arma fundamental, el guajiro, a veces, es lo que es y sigue el camino a su paso y a su manera.

¿Llegar para qué? Algunos con la esperanza de alcanzar prosperidad económica, otros porque son “mucho” en la aldea y quieren escalar un poco más, otros porque necesitan el intento de superarse, de crecer, de aspirar, de luchar y despejar las variables de la frustración o del triunfo profesional. (Aclaro, algunos la utilizan de plataforma y el brinco que dan es largo, muy largo).

Para el “llegado del interior” un punto importante en la agenda es gestionarse alquiler, donde la suerte nunca está echada. La obligación conlleva revisar, si está al alcance, los sitios en Internet, pero allí el precio está caliente y pocas veces resuelve. Para la calle entonces y a esperar que la suerte sonría, a caminar, preguntar, hasta que aparezca… la solución. Hay que tener esperanzas, ¿no?

El estrés inunda y llegan por oleadas los recuerdos de amigos, familiares, errores, alegrías, amores y otros demonios vivos en la estela de los emigrantes. Pero “llegar” implica pensamiento de pirata y de avalancha, al abordaje y arrasando, aunque exista constante azote de tormentas y calores.

“La Habana tiene un no sé qué”, pero el guajiro extraña, le cuadre o no la vida en la meca de todos los cubanos. Cuando la nostalgia asume protagonismo, el emigrante piensa mucho en aquellos de su pueblo que viven felices allí. Por momentos llega a envidiarles.

El “no nativo” en la capital, poco a poco se adapta. Si está enfocado sigue su proyecto, aunque a veces toma senderos que no estaban en el plan. El buen guajiro, sin renunciar a lo que es, se convierte en habanero.

Más o menos sentimental, soñador, existencialista o ambicioso materialmente, el emigrante no es un ser extraño, es un humano: emprende, busca y sueña, aunque le duela. Llegar es muy importante, pero la historia comienza después.


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Carlos Durán de la Cruz

Periodista que no se cansa de perseguir sueños mientras anda por esta tierra.

Se han publicado 10 comentarios


Sol
 18/9/14 12:09

Muy bien por este trabajo Carlos, algunos q leyeron no se dan cuenta cuál es la intención del trabajo, yo se q es experiencia vivida, por eso transmite puro sentimiento.

Es cierto q un alto porciento de los q viven, mejor dicho "los q trabajan en La Habana" provienen del interior del país. La intención del trabajo no es criticar nada, es solo mostrar cómo se siente una persona q ha nacido y vivido en el interior del país y decide un dia ir a vivir a LA HABANA, en busca de un sueño, es solo eso.

Qué pena, hay personas q leen textos y no saben interpretar, solo leen con malos ojos y hacen malas interpretaciones.

Carlos, yo te felicito, espero leer otros trabajos tuyos, sigue adelante.

 

Modesto González Cortiñas
 19/9/14 20:50

Muy interesante, además, lo viví, en la década del 90, mientras hacía posgrados en la Habana, nunca me acostumbré, como tampoco me acostumbro a estar en el extranjero luego de 10 ños. Ahora en Trinidad y Tobago, luego de 3 años en nuestra Sagua la Grande, definitivamente se es feliz allí.

89
niurka
 12/9/14 11:14

Lo que no concibo es ver a personas que llegan a La Habana y "se instalan" en cualquier lugar, no creo que sea menor el trabajo que pasan si están en su provincia natal.

Dagoberto Ponce de León
 6/9/14 7:52

Dagoberto Ponce de LeónYa este tema da pena, más de 30 años hablando y publicando lo mismo. No está muy lejos el día en que para visitar y/o vivir en nuestra capital, se necesite una invitación y un pasaporte. Ahh, y una prueba en la Universidad del Dialecto Habanero.


YY
 5/9/14 14:43

SOY HABANERA NACIDA EN MATERIDAD Y VIVO EN EL MISMO CENTRO DEL VEDADO.

Amigos, mira que le tiran al GUAJIRO Y  no saben que por el oriente los guajiros SE sienten satisfechos de serlo, por el oriente se gano también la Revolución, y para los que no piensan de esta forma, porque les gusta tanto comerse el puerco o el macho que se hace en oriente y si no van les gusta q se los lleven y si no los carnavales, pero además también viajan a oriente haciendo trapicheo.

Recuerden esta frase "LOS SUEÑOS QUE SE ALCANZAN SON LOS SUEÑOS QUE SE INTENTAN", Por tanto soñar no cuesta nada y en realidad es cierto de que le gusta LUCHAR en el mejor sentido y no el invento y con todo respeto que muchos Habaneros  hacen...... Moraleja dejen que cada cual viva donde Desee y ocupense de ustedes. De la legalidad de donde vivir está en manos de las entidades competentes.

Hay personas que opinan como si tuvieran que llevarse a una de esas personas para su casa.

El Buril
 5/9/14 9:59

Quizás tu no seas ni habanera legítima.

El Buril
 4/9/14 15:49

Mira para eso, que jerga más repugnante la de este periodista, así que "guajiro", aldea", deseos de superarse". No todos los que viven fuera de La Habana son guajiros y mucho menos viven en aldeas y otro error garrafal "superarse " un % muy elevado de los científicos que tiene La Habana proceden del resto del país, también la mayoría de los artistas escénicos, pintores, músicos, camarógrafos, locutores y hasta periodistas, etc. Así que no hable tantas sandeces que eso no le sienta bien periodista y que conste ni vivo en La Habana ni me gusta vivir en ella.

Equipo de Cubahora
 5/9/14 14:56

Amigxs,  las razones y argumentos se dan sin necesidad de usar paalabras que nada aportan al debate franco. Gracias a todos por comentar. Saludos!!!

111
xiomara
 4/9/14 12:23

Estas en lo cierto Carlos me ha gustado mucho tu trabajo pues como dice el dicho "La Habana no aguanta más", cada día vienen mas personas del resto de la Isla para la habana a vivir, para la poma a hacerse el habanero

Mery
 4/9/14 12:21

Muy contenta de sumar al equipo de Cubahora a Carlos!!!!! Ojalá este solo sea el inicio de una larga relación de trabajo. Bienvenido a nuestro espacio!!!

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