Ni democrática ni solidaria: los embustes de la Helms Burton (I) (+Podcast)

Tal como se afirma, el 12 de marzo de 1996 el entonces presidente de Estados Unidos William Clinton, firmó y convirtió en ley definitiva la Helms-Burton, añadió un nuevo mecanismo jurídico a la compleja relación existente entre Estados Unidos y Cuba, que recrudeció y codificó las sanciones ya existentes. Muchos la asocian con el derribo de dos avionetas de la organización contrarevolucionaria y narcotraficante "Cubanos al Rescate" el 24 de febrero anterior, avionetas que habían estado sobrevolando La Habana y otros lugares del país hasta ese día con total impunidad, en un acto de ingerencia y provocación, que incluyó la dispersión de propaganda contrarevolucionaria. Cuba había días antes advertido que no seguiría tolerando tales acciones ante los organismos internacionales y el gobierno de Estados Unidos, pero no le fue hecho caso a la advertencia. La ley estaba ya redactada y colegiada por un grupo de congresistas encabezados por Helms y Burton, pero financiados con fondos anticubanos, en especial de la Fundación Bacardí. Clinton se había resistido a firmarla según se dice, pero el derribo de las avionetas fue el argumento usado paor la comunidad anticubana para exigirle su firma. De todas formas, hasta en fecha reciente, no fue aplicada en toda su totalidad, atendiendo reclamaciones y presiones sobre todo de los gobiernos europeos que veían sobre todo en el Título III un engendro jurídico que afectaba sus intereses, aunque emitieron resoluciones internas para resguardarse de sus efectos. Recién el gobierno del Trump autorizó ampliar la aplicación de la ley considerando también este título.