Dos hombres. Dos épocas. El mismo destino: Antonio Maceo Grajales nació el 14 de junio de 1845 en Santiago de Cuba. Ernesto Guevara de la Serna, en Rosario, Argentina, ese propio día del año 1928.
Del Titán de Bronce, el propio Che, como conocemos al guerrillero argentino-cubano, afirmó en antológico discurso en 1962 que el recuerdo de Antonio Maceo adquiría con el triunfo de la Revolución luces propias: “Empieza a estar más íntimamente ligado al pueblo, y toda la historia de su vida, de sus luchas maravillosas y de su muerte heroica, adquiere el sentido completo, el sentido del sacrificio para la liberación definitiva del pueblo”
Mientras Fidel dijo de ambos: “Ochenta y tres años separaban el nacimiento del uno y del otro. El primero era ya un personaje legendario cuando el segundo vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América”
Ambos son paradigmas de nuestra historia. Si se quisiera buscar una palabra que fuese sinónimo de valentía, coraje e intransigencia revolucionaria esa palabra sería Maceo; en tanto, como dijera Fidel, para el Che Guevara, la palabra identificativa sería sinónimo de austeridad, integridad, espíritu de sacrificio y ética.
De Maceo, los cubanos heredemos su hidalguía, su lucha inquebrantable por sostener los ideales independentistas, aún en las condiciones más difíciles, su preclara capacidad de avizorar los peligros que representaba la injerencia de los Estados Unidos y esa intransigencia que le llevó a protagonizar la Protesta de Baraguá, hecho calificado por José Martí como “de lo más glorioso de nuestra historia”.
Del Che, ese ideal del hombre nuevo. Ese ser de carne y hueso, capaz de cometer errores, pero de esforzarse cada día para ser mejor, para dar de sí sus mayores esfuerzos y sacrificios, sin pedir nada a cambio, solo por la satisfacción del deber cumplido.
Maceo, el primogénito de Marcos y Mariana, de soldado de filas llegó a mayor general del Ejército Libertador, del cual fuera su Lugarteniente General en la epopeya de 1895. Supo empinarse y sobreponerse a los prejuicios raciales de su época y nunca comulgó con la indisciplina y el desorden. Recordada es su carta respuesta a Vicente García en 1877 conminándolo a unirse a la sedición de Santa Rita, de tan funestas consecuencias para la causa mambisa en la Guerra de los Diez Años:
“ Al mismo tiempo, indignación, desprecio me produce su invitación al desorden y desobediencia de mis superiores, rogándole se abstenga en lo sucesivo de proponerme asuntos tan degradantes, que sólo son propios de hombres que no comprenden los intereses patrios y personales. (…) siempre apoyaré al Gobierno legítimo y no estaré donde no pueda existir orden ni disciplina, porque vivir de esa manera sería llevar la vida del bandolerismo. Después de terrible juez del pueblo, vendrá la Historia, que juzgará imparcial y sinceramente de sus hechos pasados”.
También el guerrero de las 26 heridas y cientos de combates victoriosos supo oponerse al peligro que representaban los Estados Unidos para la causa libertaria de Cuba: “¿A qué intervenciones ni injerencias extrañas, que no necesitamos ni convendrían? Cuba está conquistando su libertad con el brazo y el corazón de sus hijos; libre será en plazo breve, sin que haya menester otra ayuda”.
En tanto, mucho más conocida es su carta al coronel Federico Pérez Carbó, fechada el 14 de julio de 1896, en la cual afirmó: “De España jamás esperé nada; siempre nos ha despreciado, y sería indigno que se pensase en otra cosa. (…) Tampoco espero nada de los americanos; todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos; mejor es subir o caer sin su ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”.
El historiador Leonardo Griñán Peralta, en su libro Maceo. Análisis caracterológico, afirmaba que el patriotismo era su prenda más relevante. Al respecto, significaba: “Fue como el sol en derredor del cual girasen todos sus gustos e inclinaciones”
Mientras del Che Guevara oportuno sería sacar a colación un reciente libro publicado por Edison Velázquez, quien trabajó junto a él en el Ministerio de Industrias y fuera su Delegado en la antigua provincia de Las Villas, con el sugestivo título de “El Che que yo conocí”, el cual nos acerca aún más a la estatura de ese paradigma, cuyos restos mortales reposan en Santa Clara y en cuyo honor, los cubanos llevamos compromisos y resultados.
Afirma Edison: “En sí mismo nos dejó una imagen real de cómo concebía al hombre nuevo; pero era un hombre de carne y hueso que crecía y luchaba por modelar su sueño de que un hombre nuevo era posible”.
El 25 de marzo de 1896 Maceo le escribió a su esposa María Cabrales: “La patria ante todo; (…) continuar es deber; retroceder, vergüenza oprobiosa. ¡Adelante pues; para el terruño, la gloria de sacrificarlo todo!”.
Mientras el Che, al despedirse de Fidel en carta tan conocida, como hermosamente dramática, le dice: “En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera que esté, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura”.
Ambos murieron por el mismo ideal: Maceo, en San Pedro de Punta Brava, el 7 de diciembre de 1896, y el Che, asesinado en la escuelita de la Higuera, Bolivia, el 9 de octubre de 1967.
De Maceo dijo nuestro José Martí: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. (…) Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo. Su palabra es sedosa, como la de la energía constante, y de una elegancia artística que le viene de su esmerado ajuste con la idea cauta y sobria. (…) No deja frase rota, ni usa voz impura,… Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales e vigor y la grandeza”.
Del Che afirmó Fidel: “(…) lo vi realizar el primer disparo y sus primeras proezas. Médico e intelectual convertido en soldado temerario, siempre el primero cuantas veces hizo falta un voluntario para misiones difíciles, tuve el privilegio de conocerlo más de cerca”.
Y en una de sus Reflexiones, publicada en el periódico Granma en el 2007, escribió nuestro Comandante en Jefe: “Era un predestinado, pero él no lo sabía. Combate con nosotros y por nosotros”
A 177 años del nacimiento de Antonio Maceo y 94 del Che Guevara, el ejemplo de ambos nos acompaña y conmina cada día a ser mejores revolucionarios y mejores cubanos.
Miguel Ojeda
6/6/23 23:30
Comparto fraternalmente con ustedes poemas de mi poemario inédito PATRIMONIAL, relacionados con ellos dos , y cerca ya el día que también relaciona a estos dos grandes de nuestra Historia. Un cosmos de prodigios alrededor de ellos ... Miguel Ojeda. Distinción Por La Cultura Cubana. Laureado de la cultura. Artista De Mérito del ICRT. Miembro de La UNEAC. CUANDO UN MACHETE LOS GUÍA . El Caballo, hacia La Vida, bendecido por su amo, se enfrenta lindo a la muerte cuando un machete los guía. 200 años de vuelos hacia el sueño de estos días. El viejo , joven, tan niño, paloma, himno, horizonte, mañana, ayer, tan presentes cuando El Caballo en su frente trae volando aquel machete si su amo lo bendice. Tan Máximo que es Maceo multiplicado en La Historia, tantos caballos al vuelo para cantarnos su sino. A la distancia, en los siglos, amo y Caballo: unidos. Miguel Ojeda. MiRE SU ESTRELLA. Sueñan que sueña esa Luz por los sueños de su Ame'rica. - La Luz soñada es Historia, Realidades y Leyendas. Cantan que canta La Luz desde su ayer, hoy Estrella. - Son cantos de mar y cielos, aire y tierra, agua y fuego. ¿ Por que' quitarle la vida? - Porque su vida es tan bella, la acusaban de utopi'as, preocupaba su existencia. ¿ Y en cua'l mes vive La Luz? - Junio y Octubre se hermanan con un Julio en primavera pero la luz de La Luz se derrama a manos llenas. Ya no cabe en libro alguno y se reinvento' en palmeras. -¿ Co'mo se llama La Luz? - Acunaba tanto canto que se convirtio' en Poemas, Luz en cantos , canto en sierras, palomas que no se van, alto cantan... y se siembran. Rugen que la cegaron. - Gran error: mire su Estrella! Miguel Ojeda. CUANDO MARIANA LO SUEÑA. Cuando Mariana lo sueña viene volando una palma que con mariposas canta. Hermanos-Sueños, tan Hombres, Mariana- Patria, que orienta, Guerra- Poema , de tierra, Herida-Vida, de Historia. Si hoy Mariana los pierde, los encuentra Ayer-Mañana en esa Guerra- Esperanza. Ya se proyecta Mariana, Madre- Patria, centinela de la palma, de la Estrella, Los Maceo, los cubanos, Mariposa, sueño," vuela". Miguel Ojeda. HÉROE. No es blanco, negro ni chino; es HISTORIA-HOMBRE-MUJER trocando la noche en día. Se crece ante su futuro en pasado tan presente, el pueblo canta en sus venas, le protege cierta Estrella. " Héroe " , grita la tierra, " cuando vas hacia tu muerte te estás sembrando en LA VIDA " . Miguel Ojeda. LA HISTORIA FUTURO PARE. La Patria ondea en Bandera, Escudo- Flor canta Ave, Himno que noche clarea: la Historia futuro pare. ¡ Deja, deja que La Palma cante ! Miguel Ojeda.
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