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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Desencartonar la historia, ¿solo una utopía?

Cubahora dialoga con jóvenes cubanos en busca de alternativas que podrían acercar más al estudiantado a la historia de la patria y sus protagonistas...

Rosalia Carmona Ledesma en Exclusivo 25/02/2015
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Para muchos, la historia siempre se acerca de manera tediosa, haciéndose acompañar por todo un glosario de mártires, batallas, fechas… Es vista como algo abstracto, idílico, lejano; donde los héroes fungen como figuras que, de tan perfectas, se han vuelto intocables.

Sin embargo, hay quienes conocen a un Maceo y a un Martí pasionales, a un Camilo jaranero y a un Che irónico, quienes han descubierto que los historiadores no son tallistas, ni los hombres, sus piezas de mármol.

Amar la historia es un acto sublime, amar a un ícono trillado puede llegar a ser sinónimo de cobardía. Conocer el sacrificio de nuestros héroes, los de antaño, los del presente, los que serán siempre paradigmas para cada generación de cubanos, acercarse a sus vidas como los mortales imperfectos que fueron o que son, puede hacernos más orgullosos de haber ganado la batalla finalmente, puede hacernos levantar la voz para exclamar que tenemos aquí y ahora la materialización de sus sueños, puede hacernos comprender la esencia de sus sacrificios y vivir la historia, quererla, amarla.

Acercarse a la historia sin prejuicios ni estereotipos ha sido siempre un desafío para los jóvenes, quienes, a la altura de los siglos, dependen en gran medida de educadores apasionados por la investigación histórica, que los hagan sentirse identificados con la trascendencia y el espíritu revolucionario de épocas y hechos que les son cada vez menos palpables.

Con este propósito, Cubahora otorga a los estudiantes la posibilidad de dialogar sobre alternativas que podrían aproximarlos más a la Historia de Cuba y a sus protagonistas.

MIRADAS HISTÓRICAS DESDE EL SIGLO XXI

“La historia realmente es importante, pero el hecho de que el contenido sea tan extenso influye mucho en la motivación de los estudiantes por la materia y, en ocasiones, las clases pueden llegar a ser demasiado tediosas”, explicó María Francisca Izquierdo, pionera de la escuela Secundaria Básica Águedo Morales Reina.

Sin embargo, Alejandro Martínez, estudiante del Preuniversitario Pedro A. Quintana, confesó ser un apasionado de la materia, pues siempre se ha interesado por investigar los hechos históricos más allá de lo impartido en el aula.

Isabel Cristina Rivero, especialista del memorial José Martí, aseguró que el conflicto está muy relacionado con la metodología empleada por los profesores para impartir el contenido, que muchas veces no resulta la más apropiada. “Lo primero que debe existir es un magisterio que incentive el interés y el amor hacia la asignatura”.

Está en manos de quienes realizan la labor que, según José de la Luz y Caballero “solo puede lograr quien sea un evangelio vivo”, el hecho de que los jóvenes se aproximen al contenido histórico sin barreras, estereotipos o figuras endiosadas de por medio, y que conozcan que en Mangos de Baraguá se dijo algo más que “No, no nos entendemos”.

Es su misión hacer palpables hazañas que brillan por su sencillez y transparencia, porque fue precisamente la fragilidad, y no la inmortalidad lo que hizo héroes a sus protagonistas, porque no se arriesgaron talones, sino corazones. Está en sus manos verbalizar, más allá de adjetivar la historia.

Luis Jesús González, periodista de Radio Rebelde, Rebeca Chávez, cineasta cubana, y la pionera María Francisca Izquierdo, conversaron con Cubahora acerca de cómo debería ser impartida la Historia de Cuba.

Patricia Fernández, estudiante de noveno grado de la escuela Secundaria Básica Fabricio Ojeda, hizo énfasis en la necesidad de que existan profesores que hagan de la historia un relato para lograr que los estudiantes se identifiquen más con ella. “Cuando los profesores hacen de las clases un eco y no dibujan los sucesos o el contenido del libro, resulta muy difícil para nosotros enamorarnos de la materia”.

José Ángel Borjas, profesor de la disciplina Historia, de la Universidad de La Habana, comentó a Cubahora que los educadores deben atraer a los alumnos con cada detalle histórico. “Se trata de aprovechar el ritmo y la interactividad que caracterizan los hechos para hacer de las clases una batalla empírica entre los estudiantes, que son precisamente quienes están construyendo hoy la historia”.

La cineasta cubana Rebeca Chávez sustentó que la materia debe ser más dinámica e interactiva para que los muchachos puedan acercarse a ella sin prejuicios. “Yo creo que la historia está llena de historias que merecen ser conocidas”.

“A mí me dijo un profesor que la historia se aprende como los cuentos infantiles, ya que es el cuento infinito que tenemos que escuchar todos los días. Los educadores tienen la responsabilidad y el compromiso de plantar la semilla de la sabiduría en sus alumnos”, expresó Luis Jesús González, periodista de Radio Rebelde y estudioso de la historia cubana.

Los jóvenes también han encontrado alternativas que podrían aproximarlos más a la historia y a sus protagonistas. Cubahora dialogó con estudiantes de varias enseñanzas en busca de sus criterios.

“Me gustaría que los maestros hicieran encuentros de conocimientos para lograr que las clases fuesen más amenas, dejar a un lado el dictado y la copia del libro que tan poco aporta a nuestros conocimientos”, explicó María Francisca Izquierdo.

Por eso Marien Porras, pionera de sexto grado de la escuela Isabel Rubio Díaz, se inclina por las representaciones escénicas de hechos históricos y el debate que generan estas para incentivar la búsqueda de bibliografía que permita ir más allá de las clases. “Pienso que sería la forma más creativa de acercarnos a lo que realmente pasó, pues la historia se basa justamente en el debate”.

Carlos Alberto Ortega, estudiante del preuniversitario Roberto Labrado, prefiere reactivar las visitas a museos, a exposiciones inéditas sobre figuras históricas, que se han quedado atrás con la dinámica que caracteriza al curso escolar.

“Sería muy interesante y productivo que los profesores empleen con más frecuencia los medios de enseñanza, como es el caso de la proyección de documentales que permitan comprender la trascendencia y complejidad del hecho histórico”, destacó.

Idealizar la historia, mirar el pasado desde la lejanía, parafrasear la consigna tradicional, constituyen esquemas a los que los nuevos tiempos imponen renunciar.

No se trata de privar a los héroes de sus calificativos, Maceo siempre será el Titán de Bronce; Martí, nuestro Héroes Nacional. Se trata de verlos como los hombres imperfectos que fueron, como los hijos de simples mortales y no de dioses del Olimpo. Se trata, en definitiva, de desencartonar la historia.


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Rosalia Carmona Ledesma

Estudiante de Periodismo

Se han publicado 1 comentarios


Yuniel Sole Fleites
 13/3/15 15:08

Muy bien comentar de este tema, además de estar de acuerdo con Desencartonar la historia, pues de una forma u otra tendremos  que hacer que las nuevas generaciones interioricen la historia de nuestra patria para que se sientan identificados con ella. No es obvio que la alta dirección del país está en la vanguardia en el tema, pero podemos percibir  que falta algo, cuando se comenta con la juventud. ‘’Es bueno decir que soy un joven de 25  año’’.  Precisamente, ayer dialogaba con dos amigos, ambos de la ciudad de Matanzas, una joven estudiante del Politécnico de Informática (IPI) y un estudiante de 2do año de  la carrera de Derecho, por supuesto este, si dominaba algo  de la cuestión abordada, pues estábamos comentando sobre el período especial; él que precisamente había nacido en los inicio de esta etapa,  yo un poquito antes. La joven se excusaba que ella era muy joven para conocer del tema, para ella nosotros éramos muy mayores, le preguntamos, que edad  entonces teníamos  nosotros, ella conociéndonos bien o sea es la novia de él. ¿Que despiste  tiene ella?  Ni siquiera sabia cuando había comenzado y por qué razones surgió. Y si fuera ella nada mas,  creo que no tuviéramos problemas. A muchos, les hacen falta que les desencartonen la historia para que la puedan entender con mejor facilidad y así despertarle un gusto inevitable. ‘’Estamos a tiempo y para luego será tarde’’.

 

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