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martes, 26 de noviembre de 2024

Camilo en eternas imágenes

Quizás muchos no sepan distinguir el rostro de este reportero entre la multitud siempre por la cámara, esa cómplice de su fábula diaria, con la cual atrapó en blanco y negro los detalles de la vida de Camilo...

Raquel Marrero Yanes en Exclusivo 06/02/2012
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Perfecto Romero
Perfecto Romero Rodríguez

A 80 años de su natalicio, Camilo sigue siendo para nosotros el hombre de la eterna sonrisa, del gesto amable, de la mirada diáfana, siempre joven, siempre eterno. En muchas de las imágenes, archivadas en la imaginería popular, está la obra de quien atrapó mediante instantáneas, la presencia de Camilo Cienfuegos Gorriarán.

Perfecto Romero Rodríguez, fue uno de ellos. Parte de la labor de este artista del lente puede ser apreciada a través de las imágenes que reflejan las distintas facetas de la vida del un héroe inolvidable, pero también la de un ser humano extraordinario y humilde como lo fue el Señor de la Vanguardia.

Sus imágenes han recorrido el mundo. La lucha de los rebeldes en la Sierra Maestra, la toma de Santa Clara, la batalla de Yaguajay, y los encuentros con hombres y mujeres del pueblo en la apoteosis del triunfo revolucionario de 1959, fueron algunas de las escenas eternizadas por Perfecto.
De su primer encuentro con Camilo dice: “No lo esperaba. De aquel hombre solo había oído hablar que era valiente, que había conducido la columna No. 2 hasta Yaguajay, pero nada más.

“En Yaguajay nos encontramos. Me trató como si me conociera de toda a vida y se convirtió en mi amigo. Allí le tomé la primera foto, esa en la que está de pie con el fusil en la mano. Después de esa le hice muchas más.

“En sus visitas, encuentros y recorridos por todo el país, gustaba de la compañía de un fotógrafo. Y casi siempre lo acompañé, eso fue un privilegio. Él sabía que, en momentos trascendentales como aquellos de inicio de la Revolución, la imagen tenía una voz, una información, un mensaje esencial para Cuba y el mundo.

“Camilo era atractivo y simpático, un verdadero galán. Tenía el esplendor de los artistas, su rostro, su risa, gestos, mirada encerraban un discurso mágico que invitaban a perpetuarla, sin sospechar que un día concurrirían como leyendas.

“Al captar con el visor al héroe legendario, aprecié siempre un retrato de inmenso calibre, de ahí que los cientos de fotos que pude hacerle son fabulosas. Pero de todas, la favorita es la que aparece en el billete de veinte pesos cubanos.

“Además de ser una gente que el pueblo aclamaba a su paso, era simpático y buen orador. En cualquiera de sus momentos facilitaba una fotografía exquisita. Mucho le ayudaba su figura, la barba y su sonrisa.

HOMBRE DE PUEBLO

“Fue tremendo como político y también como persona; un hombre de pueblo que supo ganarse el cariño de la gente. Todo el mundo lo aclamaba y lo quería mucho. Los hombres, las mujeres y los niños enloquecían de emoción cuando veían a Camilo.

“Le daban cartas que muchas veces eran anotaciones en diminutos pedazos de papel, que él siempre guardaba y luego contestaba personalmente, de eso dan fe las múltiples instantáneas en las que aparece con los bolsillos llenos de papeles.

“Recuerdo en una ocasión en un viaje a Ciego de Ávila, acompañado de la prensa, un periodista mexicano le pregunta que iba a de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Y sin titubear contestó: 'Quiero que las FAR sean de nuevo tipo, que no sea una institución mercenaria, sino de pueblo y para el pueblo. Y así fue, su sueño se cumplió'.

Esas son cosas que no se olvidan y cuando pienso en ellas todavía me emocionan, expresa a Cubahora este admirador sin reservas del hombre que se convirtió en figura mítica por su sencillez, jocosidad y sombrero alón; en Comandante de la eterna sonrisa, en el Señor de la Vanguardia, el Héroe de Yaguajay, y —para el Che Guevara— “el compañero de cien batallas, y el hombre de confianza de Fidel en los momentos difíciles de la guerra”.

Quizás muchos no sepan distinguir el rostro de este reportero entre la multitud que desanda diariamente por las calles habaneras acompañado siempre por la cámara, esa cómplice de su fábula diaria, con la cual atrapó en blanco y negro los detalles de la vida de Camilo para convertirla en historia y comprender que aquel niño que nació el 6 de febrero de 1932, en la barriada habanera de Lawton, se convirtió en eterna imagen.


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Raquel Marrero Yanes

Se han publicado 1 comentarios


Juan Julio
 14/2/14 23:29

Camilo Cienfuegos, el hombre de pueblo, el hombre hecho historia.

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