Bajo una economía de guerra, nos queda rectificar errores y enrumbar al país

Por estos días de celebraciones de fin de año y de advenimiento de un aniversario más de la existencia de la Revolución, entre los temas de conversación en las colas, en los hogares, en los centros laborales, en la calle y en otros espacios figuran las medidas anunciadas el 20 de diciembre ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Opiniones de todo tipo han surgido al respecto, y aunque es lógico que así suceda en épocas de crisis, de limitaciones materiales y financieras, de  escasez como las que vivimos por causas objetivas y subjetivas, bienvenida sea entonces toda esa información y argumentos que de manera oportuna y clara ayude a comprender el alcance u objetivos de tal o mas cual asunto, y de ser posible lograr que en su ejecución y control participe el pueblo.

No puedo haber nada de complacencia o justicaciones, sino mucha inconformidad y sobre todo voluntad y deseos de trabajar, de acabar de enrumbar a la nación hacia su paulatina recuperación, de que el Producto Interno Bruto empiece a dar señales de crecimiento, de contar con la divisa imprescindible para resolver carencias y reactivar  capacidades industriales, de que con más producción de bienes y servicios también se detenga la inflación al bajar los precios y de avanzar en medio de un clima de legalidad y cumplimiento de las leyes.

• Consulte además: Segundo Período Ordinario de Sesiones de la ANPP en su X Legislatura (+Datos)

Pero las proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante el año venidero, como bien señaló el Primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al presentarlas, se  implementarán en un escenario de economía de guerra, en el cual -aunque muchos compatriotas no lo vean así- el bloqueo estadounidense es el principal obstáculo al deseo y necesidad de tener una Cuba próspera.

"Incluso, si la gestión económica del Estado fuera la más eficiente y efectiva del mundo, cosa de la que no puede presumir ningún gobierno, muchos de nuestros problemas persistirían por la causa del bloqueo, como se expresa en la contracción de los abastecimientos para el consumo de la población, el nivel de inflación y el insuficiente poder adquisitivo de la mayoría del pueblo", dijo este viernes Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.

"Ese es el objetivo de la guerra económica, y los resultados se materializan con claridad, aunque no alcanzan a cumplir con la meta que se trazó el imperialismo desde el triunfo de la Revolución", subrayó al clausurar el Segundo Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Y también en su discurso aclaró que en una suerte de tormenta perfecta confluyen con mucha frecuencia, el deseo de superar la situación adversa, la correlación entre las variables económicas, el compromiso por preservar las conquistas sociales y la muy poca y a veces nula disponibilidad de divisas.

"Todo ello ha sido caldo de cultivo para la toma de decisiones no integrales, que provocan lógicas incomprensiones e impactos negativos por su aplicación en condiciones desfavorables, lo que muchos consideran causa de todos los problemas, sin ser realmente las únicas y ni siquiera las más determinantes", acotó el Presidente de la República.

NO CESAN LAS BOLAS

Aunque en muchos cubanos hay una comprensión cabal entorno a la economía de guerra que enfrentamos, acompañada de una fuerte y sucia campaña de odio, mentiras y tergiversaciones y en la cual se pretende resquebrajar la unidad del pueblo, no podemos obviar que otros tantos compatriotas están  reacios a que se les hable del bloqueo y creen que el Estado está cruzado de brazos.

Lo cierto es que casi a diario hay que salirle al paso a informaciones mal intencionadas, publicadas en las redes sociales con el propósito de sembrar dudas, desconfianza y descrédito hacia las instituciones y políticas del Estado, de ir creando condiciones para un estallido social.

A modo de ejemplo, Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, aseguró este viernes 22 que durante el 2024 se mantendrá la libreta para la distribución de la Canasta Familiar Normada, con lo cual desmintió las bolas de que iba a desaparecer tan imprescindible mecanismo de distribución de alimentos y artículos de primera necesidad, surgido hace 60 años.

En lo que sí hemos tenido dificultades, y también lo hemos reconocido, es que no se han podido garantizar todos los productos por incrementos de precios, por falta de financiamiento oportuno, por la persecución del bloqueo estadounidense que limita a veces que las transacciones financieras lleguen en tiempo, acotó la Ministra en sus declaraciones a este reportero.

Nos espera un nuevo año tan tenso como complejo en el cual se impone implementar el Programa de Estabilización Macroeconómica, incrementar los ingresos en divisas al país y las exportaciones como una de sus fuentes, impulsar la actividad productiva con énfasis en la producción de alimentos y el aprovechamiento de las capacidades industriales instaladas, avanzar en el desarrollo del sistema empresarial del país y la integración entre todos los actores económicos, y seguir profundizando los mecanismos de protección social, de atención a vulnerables.

"Para cumplir los objetivos del 2024 se demandan resultados más tangibles y sostenibles; hay que enfocarse en las cosas que dependen de nosotros, más trabajo, más energía, más comprensión de los objetivos del Plan y más seguridad para propiciar la participación más activa y consciente del pueblo", dijo Marrero Cruz a los diputados.

Pero los esfuerzos y proyecciones habrá que concretarlos bajo una Economía de guerra, y tal cual explicó el Presidente cubano "así la hemos llamado, porque (el Estado) debe operar en un escenario de política de máxima asfixia, diseñada y aplicada contra un pequeño país por el más poderoso imperio de la historia".