Solo el 45 por ciento del arroz que llega a nuestros platos logra salir de los campos cubanos. El resto, viaja en barco hasta nuestro país por un precio de 560 dólares cada tonelada. Y semejante desembolso prende la alarma de los sistemas productores y procesadores del grano, en función de que la encomienda de sustituir importaciones trascienda la condición de consigna.
Un aventón fundamental en este sentido lo brinda el proyecto de colaboración Cuba-Vietnam, con incidencia en casi todas las provincias del país. Particularmente en Cienfuegos, nació durante el 2010 y al cabo de cuatro años pone sobre el tapete halagüeños resultados y constituye pie forzado para otras reflexiones.
Al tomarle el pulso al proyecto, Duong Minh, embajador extraordinario y plenipotenciario de Vietnam en Cuba, comentó que “no deben existir dificultades para cumplir los propósitos propuestos para 2015, sobre todo de elevar los rendimientos a más de 5 toneladas por hectáreas (t/ha). Cuba tiene potencialidades para cubrir las necesidades de arroz de consumo para su pueblo y Vietnam está en la voluntad de ayudarlos con asesoría técnica y de equipamientos y contribuir a que logren la seguridad alimentaria”.
De acuerdo con Yariset Herrera Mata, coordinadora del proyecto en la provincia ubicada al centro sur de Cuba, de 13 productores iniciales ya han logrado incorporar 77 y exhiben como promedio de rendimiento índices por encima de las 5,5 t/ha. También la cantidad de terreno creció de 144 ha a 542 y la producciones ascendieron de 656 t en 2010 a 2 757 al cierre de 2013.
Sin dudas, no ha faltado el trigo para engordar dicha alternativa de cooperación, aunque quedan otras tantas ambiciones por echar a andar. Hoy, el proyecto representa solo el 11,8 por ciento del total de producción, en tanto, los rendimientos de 5,5 t/ha superan las alrededor de 4 t/ha del resto del arroz para consumo cosechado en la provincia.
Durante el intercambio con Duong Minh, el asiático inquirió sobre las diferencias entre las prácticas incluidas en el proyecto y el resto de la producción. Y varias respuestas asomaron en forma de explicaciones y autocrítica.
Yariset Herrera expuso que una de las principales bondades para con los incluidos en el proyecto responde a la asistencia técnica por parte de los vietnamitas de manera sistemática. “Eso puede lograrse porque son pocos, solo 77 en comparación con los restantes 800 arroceros, a quienes es muy difícil asistir de esa manera y brindarles la capacitación requerida porque están muy distantes y dispersos”, acotó.
Ahora bien, ¿debemos resignarnos a que muchos campesinos ocupen tierras para el cultivo del arroz al libre albedrío? Emplear el tiempo con la asesoría sobre todo a los productores novatos garantiza que la tierra pueda explotarse de manera óptima, porque no estamos en condiciones de subutilizarla.
Orlando Díaz Valdez, director de la Empresa Agroindustrial de Granos en el municipio cienfueguero de Aguada de Pasajeros, refirió que para el trabajo con los asiáticos se escogieron los de mayor experiencia en el cultivo, los líderes, a quienes, además, beneficiaron con equipamientos y tecnología.
No obstante, los resultados del proyecto deben esparcirse en una suerte de proceso extensionista a partir de la cofradía con los vietnamitas. Al respecto, Lázaro Díaz Rodríguez, director del Grupo Nacional de Granos, afirmó que al principio se diferenciaba el paquete tecnológico destinado al proyecto y el del resto, pero en estos momentos todos reciben los mismos recursos. ¿Entonces?
“En sentido general el programa arrocero resulta uno de los más beneficiados en el país con la entrega de equipamiento de avanzada. La cuestión que más nos afecta es la falta de disciplina tecnológica y de capacitación, pues hay quienes no tienen problemas de maquinarias y tampoco muestran buenos rendimientos”, añadió.
Una vez más los problemas organizativos nos lastran amén de la disponibilidad de recursos, que no son suficientes, pero alivian. “En Vietnam, por ejemplo, cuentan con un gran número de trabajadores para controlar y asesorar técnicamente a los productores. Aquí nos falta eso”, recalcó Díaz González.
El directivo agregó que existen puntos esenciales en las actividades relacionadas con dicho cultivo. “El primero es la tierra. Dicen los vietnamitas que, incluso, la de Cuba es mejor que la de allá”; sin embargo, aquí persisten las fallas en la preparación y nivelación de los suelos.
“El segundo aspecto es el agua. Hay lugares donde no cuentan con ella suficiente, pero en otros sitios la tienen por cantidades y no la emplean de manera correcta ni tienen en buen estado los canales”, refirió Díaz González.
La óptima calidad de la simiente constituye el tercer requisito. “Hemos logrado categorizar gran parte de nuestras semillas, pero a veces nos encontramos a algunos productores que no la emplean como debieran”, señaló el directivo.
Escalonar la siembra resulta el cuarto indicador, pues de esa manera no existe un gran volumen de recogida al mismo tiempo. Pero no acabamos de aprenderlo y nos topamos con grandes picos de cosecha y la maquinaria no da a basto y cierta cantidad de arroz puede echarse a perder.
Por último, el directivo del Grupo Nacional de Granos dijo que ganar en seriedad en el sistema de contratación constituye uno de los aspectos esenciales. Deben evaluarse de manera correcta las potencialidades de cada finca y luego cumplir con lo pactado. Ocurre pues, que los estudios de capacidad de cada productor en muchas ocasiones queda en la epidermis y tampoco existe un seguimiento sistemático del cumplimiento de los compromisos pactados.
Hoy el país siembra 250 000 hectáreas de este cereal y para el 2016 el área debe extenderse hasta 300 000, pero más allá del crecimiento de la cantidad de terrenos ha de existir una suerte de comunión entre la elevación de los volúmenes y el perfeccionamiento de las técnicas en función de mejores rendimientos.
Duong Minh, además, se interesó por la motivación de los productores. El director del Grupo Nacional de Granos, expuso que en el 2008 a los campesinos se les pagaba 23,50 pesos por cada quintal y ahora en el 2014 se les están abonando 150. “Aún así, nos encontramos a muchos que no explotan los terrenos como debieran, sobre todo quienes recibieron las tierras en usufructo. Si no la emplean bien debemos tomar medidas con ellos”, recalcó.
PARA ESCOGERTE MEJOR
Asomará un alivio cuando transcurran varios días y el arroz pueda trasladarse de la jaba, a la fase de lavado y al caldero sin escala en la tortuosa escogida de piedras, granos partidos, quemados, pajas y machos odiados por las mujeres. ¡Siiiiii! machos odiados por las mujeres y por los propios hombres que también introducen sus dedos para apartar la bazofia de la lomita medio blanca.
Orlando Díaz Valdez, director de la Empresa de Aguada de Pasajeros, reconoce que existe un desfavorable estado de opinión de la población relacionado con la calidad del arroz en la red de comercio. “Eso sucede en gran medida porque no hemos consolidado el proceso industrial en la provincia, el 80 por ciento del procesamiento del arroz se realiza de manera manual”.
Debe cambiar el panorama cuando en el mes de octubre eche a andar la industria que en varios años de construcción suma 14 millones de pesos de inversión. “Para esa fecha debemos tener listo el molino de 5 t por hora, una báscula de 80 t, destinada al pesaje y control del grano y tres silos con capacidad de 3 000 t, en donde podremos almacenarlo y ponerlo a reposar por los 30 días establecidos. Ganaremos en capacidad, especialización, rapidez del proceso e indiscutiblemente el arroz tendrá mucha más calidad”, expuso Díaz Valdez.
Como ha quedado demostrado, a Cuba aún le resta bastante para no traer arroz de otras naciones. En Cienfuegos, para sustituir las importaciones, se precisan 20 000 toneladas de arroz seco y, al cierre de 2014, deben llegar a poco más de 16 000. “A tono con el programa de desarrollo, en 2020 debemos cubrir nuestra demanda”, destacó Díaz Valdez. Esperemos pacientemente durante los próximos seis años.
La influencia vietnamita nos asienta. Hoy constituyen los segundos exportadores de arroz en el mundo y cuentan con vasta experiencia en el asunto: “en 1986 nosotros importábamos más de 2 000 toneladas de arroz y en 1989 ya éramos exportadores”, contó Duong Minh. A eso se le llama un vital acelerón al estilo Need for speed.
No hemos de quedarnos como críos y que nuestra superviviencia dependa de la ayuda foránea, de hecho, en Cienfuegos logran avanzar, pero de los arroceros vietnamitas debemos aprender la disciplina tecnológica y la constancia en la ayuda técnica. Entonces, cuando dispongamos a nuestro paladar un bocado del cereal, pensemos que si se produjo en Cuba, quizás, también llevaba colgada una etiqueta vietnamita.
Ivan
17/1/15 22:52
Querido periodista. Corrijame si me equivoko. Usted dice que una tonelada de arroz a Cuba le ckuesta 560 dolares. Una tonelada trae 2200 libra. Por simple arritmetika 560 entre 2200 es igual a 0,26 centavos de dolar por 24 es igual a 6,10 pesos cubanos por libra. No se si en el precio de la tonelada estara incluido el transporte. Por otro lado en el articulo se dice que se le paga al productor por un quintal(100 lbs) 150 pesos. Entonces, me parece que a la vista de todos esta la solucion, paguenle mas al productor, ajustandose o pegandose mas al precio del mercado y tendremos mas arroz. Acaso no es mejor pagarle esos 560 dolares por tonelada a nuestros productores que pagarselo a un extranjero. Me parece que el estado tiene la solucion en las manos,Lo mismo sucede con el cafe y otros productos. Tienen que pagarle mas al productor. Gracias.
eustaquio
2/10/14 16:26
QUE INFORMACION SE PUEDE BRINDAR SOBRE LA COMERCIALIZACION DEL ARROZ PRECOCIDO, PORQUE LO VENDIERON HACE VARIOS DIAS EN EL TEN CENT DE OBISPO Y NO HAN VENDIDO MAS. SE VA A SEGUIR COMERCIALIZANDO O FUE UNA DE LAS TANTAS PRUEBAS?
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