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lunes, 18 de noviembre de 2024

La mesa se quedó servida

Reunión de Kim Jong-un y Donald Trump en Viet Nam...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 01/03/2019
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Reunión entre Trump y Kim Jong-un
la mesa para el almuerzo de este jueves entre ambas delegaciones quedó abandonada y con la vajilla desplegada en el hotel Metropole de la capital vietnamita, sede del tan esperado encuentro bilateral

De manera abrupta, según coinciden medios de prensa, concluyó este jueves en Hanoi la tan publicitada segunda cita entre el presidente de los Estados Unidos y su par de Corea del Norte.

En especial un Donald Trump “pletórico de optimismo” había llegado poco antes a la capital de Viet Nam, aunque ciertamente a la hora de concretar los asuntos volvió a prevalecer, no el equilibrio y la búsqueda del beneficio mutuo, sino la máxima de los tahúres de timar y burlar a sus interlocutores.

Por su parte, y desde la primera reunión bilateral en Singapur, Kim Jong-un había indicado que la desnuclearización de su país, la llave que precisamente sentó  a Washington en la mesa de negociaciones, no se produciría de un día para otro, y estaría determinada por las seriedad y el equilibrio que fuese capaz de aportar la Casa Blanca al proceso de entendimiento.

Lo cierto es que no fue así. Según despachos de prensa, el propio Trumb precisó que para Washington uno de los puntos clave de las conversaciones en Hanoi era el desmantelamiento del centro nuclear de Yongbyon, “el corazón histórico” del programa de armamento nuclear, paso asociado por Corea del Norte “al levantamiento de todas las sanciones impuestas en su contra.”

Sin embargo, Estados Unidos se limitó a ofrecer una “suavización” de las represalias y demandó por añadidura la inclusión de otras instalaciones nucleares en la lista de bajas.

Como bien apuntaron analistas, “se suponía que esta cumbre iniciaría un proceso en el cual los dos países tratarían de pasar a una relación más beneficiosa para todos, en lugar de insistir en el modelo de suma cero: "yo gano, tú pierdes".

Desde luego que jugar a la asimetría es la mentalidad y la “lógica” de un capitalista común, y especialmente de un multimillonario que responde al  segmento más retrógrado, cínico, altanero y violento del universo político norteamericano, apegado históricamente, cuando no a eliminar al contrario,  a traficar cascabeles y cuentas de vidrio a cambio de oro en sus tratativas con tales “seres inferiores.”

Tal vez Trump esperaba de Corea del Norte la “angustia” por complacer a Washington que decenios atrás embargaba a Mijail Gorbachov cuando accedió ante Ronald Reagan a desmantelar los misiles nucleares soviéticos que apuntaban a Europa Occidental,  mientras los cohetes gringos posesionados en el oeste del Viejo Continente, y con sus miras puestas sobre la URSS, permanecían intactos en sus lanzaderas.

Y es que precisamente ese es el tinte de lo que el inquilino de la Oficina Oval suele denominar “un buen acuerdo.” Pura y abierta desigualdad.

En consecuencia, la mesa para el almuerzo de este jueves entre ambas delegaciones quedó abandonada y con la vajilla desplegada en el hotel  Metropole de la capital vietnamita, sede del tan esperado encuentro bilateral.

Por el momento, y con la mira puesta en que este desliz puede entorpecer sus planes de reelección presidencial, Donald Trump  insistió públicamente en que  lo sucedido no es más que un infortunado episodio, porque su gobierno tiene la “buena voluntad” de llegar a un acuerdo “satisfactorio” con Pyongyang.

Un trapo caza incautos como el que desplegó previo a la cita al alabar sobre medida a Kim Jong-un, y propagar el  interés de su administración en hacer de Corea del Norte un “polo altamente desarrollado” y en establecer puentes mutuos de “cordialidad.”

Toda una bella parrafada que, a la hora de la verdad, se redujo a mera propaganda y al interés insano de sacar ventaja del oponente, por lo general considerado incapaz, tosco y carente de luces…

¿Entonces? Pues a esperar por un posible tercer encuentro y cuanto le anteceda, en el claro entendido que hoy por hoy Corea del Norte, con su poderío atómico, ya logró que sus históricos enemigos mordieran sus ínfulas y tuviesen que acomodarse al diálogo, no importa lo que se prolongue a cuenta de la sinuosidad, las tozudez, y la obstinación de quien solo quiere prevalecer e imponerse.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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