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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Historia de Cuba en Juegos Panamericanos

La Mayor de las Antillas ocupa el segundo lugar en el medallero histórico de la lid continental...

Alejandro David Besada Basabe en Exclusivo 22/07/2019
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Atletas cubanos
En un escenario deportivo cada vez más parejo en cuanto a reparto de medallas, Cuba debe mejorar en demasía para retomar su histórico lugar en Lima 2019

Cuba ha sido una participante habitual de los Juegos Panamericanos desde la primera edición en Buenos Aires, Argentina, en 1951. Con 2030 preseas, 876 áureas, 591 de plata y 563 bronces, la mayor de las Antillas ocupa el segundo escaño histórico en el podio continental, a más de mil medallas doradas de los Estados Unidos, pero con una ventaja significativa sobre Canadá, país que ostenta 455 títulos.

En su primera participación en la lid multideportiva, la delegación cubana estuvo conformada por 77 atletas (76 hombres y una mujer) y solo compitió en once de los dieciocho deportes programados en el certamen.

El más destacado representante fue el velocista Rafael Fortún, quien triunfó en las pruebas de 100 y 200 metros planos, y obtuvo una segunda posición en el relevo 4x100. Mientras, el beisbol anotó el primer oro en la historia del evento.

En Buenos Aires, Cuba, con nueve medallas doradas, nueve de plata y diez de bronce, quedó en la tercera posición, por detrás de los anfitriones y de Estados Unidos, primera ocasión en que los del Norte no quedaron en lo más alto del podio por países. Cuatro años después, la antorcha panamericana llegó a Ciudad de México. El golpe de estado de Fulgencio Batista en 1952 y la agitada situación del país, así como el abandono al movimiento deportivo cubano, llevó a la peor actuación de la Isla en Juegos Panamericanos.

La lid de 1955 contó con la presencia de 62 participantes  (57 hombres y cinco mujeres). Destacó la actuación de Berta Díaz, “La Gacela de Cuba”, al obtener oro en los 60 metros planos –único título de Cuba- y plata en los 80 con vallas, logro que ha sido irrepetible; y los siete segundos lugares de la gimnasia. Igualmente, cabe destacar la ausencia del beisbol, por los problemas económicos que afrontaba el país. A pesar de ello, la Isla solo alcanzó la novena posición por países, con un oro, diez platas y ocho bronces.

En 1959 los Juegos llegaron a Chicago. Ocho meses antes había ocurrido el triunfo revolucionario del 1ro de enero, el apoyo del nuevo gobierno al deporte permitió la asistencia de la delegación más amplia hasta ese momento con 143 atletas (135 hombres y 8 mujeres). Sin embargo, aun tardaría algún tiempo en hacerse sentir internacionalmente el respaldo del Estado.

Ese año, Cuba terminó en la octava posición con dos títulos, cuatro preseas plateadas y cuatro bronces. Volvió a resaltar Bertha Díaz con el oro en los 80 metros con vallas. El otro metal dorado vino de la mano del pesista Juan Torres, quien ganó en la división de los 67 kilogramos. Asimismo, cabe destacar el inicio de la carrera de “El Fígaro”, Enrique Figuerola, quien finalizó bronce en los 100 metros planos.

 

Para 1963 la delegación cubana llegaba con el total apoyo del gobierno revolucionario. Con base en el principio de que “el deporte es un derecho del pueblo”, se había constituido Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) (1961), el cual encauza el desarrollo del deporte a nivel nacional. Si bien la delegación cubana llegó a Sao Paulo con un menor número de participantes (64 atletas, 49 hombres y 15 mujeres), los resultados fueron superiores y se mejoró en tres escaños el lugar entre países, con cuatro medallas de oro, seis de plata y cuatro de bronce.

En la pista destacó Enrique Figuerola, con el título en los 100 metros planos, así como Miguelina Cobián, quien obtuvo tres segundos lugares en 100 y 200 metros planos y relevo 4x100. Igualmente, el boxeador Roberto Caminero logró el primer título cubano en ese deporte. La gimnasia aportó una plata y tres bronces, mientras el beisbol recuperó su corona.

Winnipeg 1967 fue testigo del despunte del boxeo, que con tres metales dorados, igual cantidad de platas y una de bronce, lideró el medallero de la Isla. Cuba quedó cuarta en estos Juegos al obtener 48 preseas, ocho títulos, catorce segundos lugares y veintiséis terceros. La gimnasia volvió a sobresalir con dos medallas de cada color, así como las pesas con una dorada y otra de plata y dos bronces. Miguelina Cobián reapareció y consiguió tres metales de cada color.
El beisbol no pudo retener el cetro logrado en Sao Paulo.

Los Juegos Panamericanos de Cali 1971 constituyeron el despunte definitivo del deporte cubano: 105 medallas, 31 de oro, 49 de plata y 26 de bronce. La Isla quedó en segunda posición por primera vez desde el inicio del evento continental hacía veinte años.

Dentro de la delegación antillana (270 atletas, 215 hombres y 55 mujeres) destacaron el triplista pinareño Pedro Pérez Dueñas, quien impuso record mundial de 17 metros y 40 centímetros; el gimnasta Jorge Rodríguez, con cuatro títulos individuales y un quinto colectivo; y Rolando Chang con tres oros en 56 kilogramos, quien lideró los siete metales áureos de la halterofilia. Al mismo tiempo, el boxeo aportó cuatro primeros lugares y tres terceros, mientras la lucha libre con tres monarcas y siete plateadas.
En el apartado colectivo, el beisbol retomó la corona de manera invicta y comenzaron una seguidilla de diez títulos que finalizó en Guadalajara 2011 y los equipos de voleibol, masculino y femenino, tomaron la cima continental.

En Ciudad de México 1975, Cuba se presentó con 310 deportistas (239 hombres y 71 mujeres). La delegación antillana conquistó 134 medallas, 57 de oro, 45 de plata y 32 de bronce. En el atletismo se obtuvieron siete medallas doradas, y destacó la figura de Silvio Leonard, quien en 100 metros planos rompió el record para el torneo. Las pesas aportaron 18 metales áureos, donde resaltaron Francisco Casamayor (52kg), Carlos Lastre (56kg), Rolando Chang (60kg) y Roberto Urrutia (67kg).

El boxeo volvió a sobresalir con la inédita cifra de siete preseas doradas, dos plateadas e igual cantidad de bronces, mientras la lucha obtuvo tres primeros lugares, dos segundos y cuatro terceros. Igualmente, la esgrima sumó cinco títulos y la gimnasia destacó con los cuatro dorados de Jorge Cuervo y los dos de Roberto León Richard.
En deportes colectivos, revalidaron la supremacía el béisbol y el voleibol masculino y femenino.

San Juan 1979 confirmó a Cuba en el segundo escaño por países. Puerto Rico recibió una delegación de 328 atletas (258 hombres y 70 mujeres), la cual obtuvo 64 medallas de oro, 47 de plata y 34 de bronce.

Las pesas lograron 22 títulos de treinta en disputa, mientras la esgrima tributó seis. El atletismo, aportó 25 preseas, incluidas seis coronas, dos de ellas de Silvio Leonard en 100 y 200 metros planos. Roberto León Richard lideró con tres oros los siete primeros lugares de la gimnasia. En deportes de combate, la lucha grecorromana con cuatro metales áureos y el boxeo con cinco, fueron los más destacados. Mientras, al voleibol en ambos sexos y al beisbol, se unió el polo acuático.

Cuatro años después, la Isla continuó su ascenso cuantitativo con ochenta medallas de oro -16 más que en San Juan-, 49 de plata y 45 de bronce. El gimnasta Casimiro Suárez obtuvo cinco títulos, casi la mitad de las alcanzadas en ese deporte (11). Las pesas conquistaron 18 metales áureos, la esgrima seis, el judo cuatro y la lucha –grecorromana y libre- sumó trece. Asimismo, el beisbol y el voleibol femenino se coronaron por cuarta ocasión.

En 1987, Cuba llegó a Indianápolis con una delegación de 385 atletas (272 hombres y 113 mujeres). El saldo fue de 175 medallas, 75 de oro –cinco menos que en la edición anterior- 52 de plata y 48 de bronce, siendo nuevamente el segundo lugar por países. Volvieron a destacar la halterofilia, la lucha y el boxeo, con 25, 10 y 8 títulos, respectivamente. En el atletismo sobresalió la “Tormenta del Caribe”, Ana Fidelia Quirot, con dos preseas doradas en 400 y 800 metros planos. Asimismo, beisbol y vóley femenino obtuvieron su quinta corona consecutiva.

Cuarenta años después de los primeros Juegos Panamericanos llegó La Habana 1991 y la única ocasión en que Cuba destronó a Estados Unidos de su primacía por países. En este escenario la delegación cubana se creció tanto que conquistó 265 medallas, 140 de oro, 62 de plata y 63 de bronce. Los pesistas lograron 29 títulos de 30 posibles y los boxeadores once. En la natación se logró, por primera vez, un cetro panamericano, con la victoria de Mario González en los 200 metros. Asimismo, el atletismo aportó 42 preseas, de ellas doce metales dorados, con las dos coronas revalidadas de Ana Fidelia Quirot y la actuación de la corredora Liliana Allen al obtener oro en 100 y 200 metros planos.

Además, en los deportes colectivos, brindaron triunfos el vóley, masculino y femenino, el polo acuático y el balonmano masculinos, así como la destacada victoria del beisbol, con knockout de 18-3 a Puerto Rico, en la final. Con el listón demasiado alto luego de la actuación en La Habana, llegó la delegación cubana a Mar del Plata 1995. Allí, a pesar de no alcanzar los resultados de hacía cuatro años, la representación caribeña volvió a dejar una gran impresión: 238 medallas, 112 doradas, 66 plateadas y 60 bronces, para un segundo lugar por detrás de Estados Unidos.

En el atletismo destacó el tercer título consecutivo del “Príncipe de las Alturas” Javier Sotomayor, en el salto alto con record de 2,40 metros; y el nuevo oro de Liliana Allen en los 200 metros planos y la plata en los 100. A su vez, Erick López, que revalidó las tres medallas doradas de La Habana, y Yordania Corrales, con el mismo número de preseas, lideraron la gimnasia artística (5) y la rítmica (4), respectivamente.

Volvieron a hacerse sentir deportes como las pesas (22 oros), el boxeo (7 oros) con la tercera corona de Félix Savón (91kg), el judo (10) y la lucha (10). Siguiendo la tradición, el beisbol y el vóley revalidaron por séptima vez sus coronas, mientras el balonmano lo hacía por tercera ocasión consecutiva.
Hasta la ciudad canadiense de Winnipeg, en Canadá, llegaría la fiesta deportiva en 1999. Para esta cita, la delegación antillana estuvo conformada por 518 atletas, de ellos 315 hombres y 203 mujeres.

Ese año, lograron 156 medallas en total, 69 de oro, 40 de plata y 47 de bronce, la actuación menos sobresaliente de los últimos veinte años y la primera alarma: el segundo lugar histórico estaba en riesgo y el amplio dominio sobre los otros países, excepto Estados Unidos, había quedado atrás. Individualmente, destacó Erick López, quien lideró la gimnasia artística con seis primeros lugares, cinco segundos y un tercero. Asimismo, resaltaron el record mundial impuesto por el pesista Idalberto Aranda, con 205,5kg en el envión; y los records panamericanos logrados por Anier García, con 13,17 segundos en 110 metros con vallas y Daimí Pernía, con 53,44 segundos en 400 metros con vallas.

Entre los deportes destacaron la esgrima (9 oros), el boxeo (9) y el judo (9). Asimismo, el beisbol retuvo su corona por octava ocasión, mientras el voleibol femenino no pudo mantener la recha y cayó en la final frente a Brasil. Un dato negativo fueron las acusaciones de dopaje contra Javier Sotomayor y tres pesistas. En el caso del “Príncipe de las Alturas”, se le negó el cuarto título consecutivo, a pesar de las protestas del atleta y las autoridades cubanas.

En 2003, Santo Domingo organizó los XIV Juegos Panamericanos. La delegación cubana llegó con 394 deportistas (237 hombres y 157 mujeres), quienes obtuvieron 72 medallas de oro, 41 de plata y 39 de bronce, para mantener la segunda posición. Nuevamente, Erick López fue protagonista: ganó seis títulos y se convirtió en el líder de todos los tiempos con 22 preseas individuales, 18 títulos, tres segundos lugares y un tercero. También destacaron los records del jabalinista Emeterio González, con un envío de 81,72 metros y de la martillista Yipsi Moreno, con un lanzamiento de 74,25 metros.

Por deportes sobresalieron la lucha (10), el remo (9) y el atletismo (12). El boxeo solo obtuvo seis medallas, menor cantidad de coronas desde San Juan 1979 (5), y las pesas, tuvieron una de sus actuaciones más discretas, quedando en el sexto lugar por países.Por novena ocasión el beisbol retuvo su cetro, mientras el baloncesto femenino repitió el triunfo de hacía cuatro años.

En los siguientes Juegos de Río de Janeiro 2007, la delegación cubana recibió una fortísima oposición de los locales, quienes ocuparon la segunda posición durante la mayor parte del tiempo. Solo un repunte en las jornadas finales permitió mantener el histórico lugar, con 59 títulos, 34 preseas de plata y 40 de bronce. Destacaron el atletismo (10 títulos), donde sobresalió la victoria de Mariela González en el maratón, la lucha (9) y el boxeo, el judo, la halterofilia y el remo, con cinco cada uno. Asimismo, las “Morenas del Caribe” recuperaron el metal dorado perdido en Santo Domingo y el beisbol logró su décima y última corona.

En Guadalajara 2011, Cuba mantuvo su segundo lugar en el medallero al conquistar 58 preseas de oro, 35 de plata y 43 de bronce. Nuevamente, Brasil quedó en tercero luego de una dura porfía. 

Por Cuba sobresalieron el atletismo (18), donde resaltó el doble cetro de Adriana Muñoz en 800 y mil 500 metros planos; la lucha (9), el judo (6) y el boxeo (8). Sin embargo, los deportes colectivos no pudieron aportar títulos por primera vez en más de cuatro décadas: el equipo de beisbol cayó en las semifinales y quedó tercero, y los voleibolistas de ambos sexos cayeron en sus respectivas finales.

Para finalizar, Toronto 2015 hizo realidad las alarmas que habían sonado, por primera vez, en Winnipeg 1999. Cuba cayó al cuarto puesto, desplazada por Canadá (segundo lugar) y Brasil (tercer lugar), con 36 medallas de oro, 27 de plata y 34 de bronce.

El canotaje y el boxeo resultaron las disciplinas más destacadas para Cuba, al sumar seis títulos cada uno, mientras el atletismo, coronó a cinco de sus representantes.
Los deportes colectivos nuevamente estuvieron ausentes de lo más alto del podio, solo el vóley de playa femenino logró un metal plateado, a la vez que beisbol y baloncesto femenino obtuvieron sendos bronces.

En un escenario deportivo cada vez más parejo en cuanto a reparto de medallas, Cuba debe mejorar en demasía para retomar su histórico lugar en Lima 2019 y vencer a las poderosas delegaciones de Brasil y Canadá, así como otras también competitivas, el caso de México y Colombia. Esperemos que en Perú la delegación antillana aprenda de los errores de Canadá, las expectativas no son altas, aun así, vale soñar con nuevas alegrías en los Juegos Panamericanos.

 


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Alejandro David Besada Basabe

Estudiante de Periodismo


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