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sábado, 16 de noviembre de 2024

Dichos y hechos

Los dilemas entre Washington y Pionyang siguen dando quehacer...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 11/07/2018
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Pompeo criticado
El Gobierno norcoreano ha criticado duramente la actitud exhibida por el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, durante su visita a Pyongyang (Foto: Twitter Departamento de Estado EE.UU.).

Este julio mostró nuevamente que las percepciones oficiales estadounidenses y de Corea del Norte en torno a la desnuclearización de esta última nación siguen mostrando importantes resquicios y desencuentros.

No sorprende. Se sabe que a pesar de la inicial imagen constructiva derivada del inédito encuentro realizado semanas atrás en Singapur entre Donald Trump y Kim Jong-un sobre las severas y largas tensiones bilaterales y el desarrollo del arsenal atómico y misilístico norcoreano, para el ocupante de la Oficina Oval y su equipo resulta esencial proyectar e incrustar la idea de que solo “su firmeza y resolución” lograron llevar a Pionyang a la mesa de negociaciones, como corresponde al tan publicitado eslogan que los Estados Unidos “es y será el primero” del orbe.

Se trata de ignorar precisamente lo contrario, y el hecho cierto que la posesión por Corea del Norte de un creciente poderío atómico rompió por completo la noria de agresión y riesgos constantes vigentes en el paralelo 38 desde la década de los cincuenta del pasado siglo, toda vez que el agredido había potenciado muy seriamente sus posibilidades defensivas y su capacidad de respuesta demoledora a cualquier dislate militar de sus oponentes.

En consecuencia, si para el secretario de Estado Mike Pompeo, su visita de principios de este julio a Corea del Norte para hablar sobre estos temas resultó “muy productiva” (pero cuidándose de no aclarar precisamente los fundamentos de ese juicio), para sus anfitriones norcoreanos los intercambios resultaron un ejercicio tal de altanería que pueden poner en serio peligro los resultados que la gente espera del citado encuentro cumbre entre Trump y Kim Jong-un.

Así, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte en un comunicado citado por la agencia de noticias Yonhap: “…la actitud y posiciones de Estados Unidos en las conversaciones de alto nivel de este julio fueron muy lamentables”, a partir de sus demandas de desnuclearización "unilateral y forzada" de los arsenales nucleares de Pionyang.

La misma fuente subrayó que el desarrollo del diálogo bajo estas condiciones es “preocupante” y enfatizó que “no ha servido para fortalecer la confianza entre ambas partes, sino para “encarar una fase peligrosa en la que nuestra voluntad de desnuclearización podría removerse”.

El Ministerio de Exteriores norcoreano aludió también a las expectativas generadas en la comunidad internacional tras la cumbre de Singapur, y cómo Washington pretende ahora resquebrajar el espíritu inicial del diálogo.

Destacó además textualmente que “…sería un camino más corto hacia la desnuclearización el romper con valentía los métodos fallidos del pasado, impulsar nuevos acercamientos y tratar de resolver los problemas uno a uno, basándose en un principio de confianza y sincronismo mutuos”.

En pocas palabras, nada que ver con un Pompeo que en su relato público habló de “progresos y compromisos vigentes”, mientras que “a lo cortico” es más que claro que ha intentado torcer el brazo a sus interlocutores, como quien no ha aprendido las lecciones que en el trato con Pionyang viene recibiendo Washington desde hace más de seis décadas.

 Y luego, cuando todo fracase y se hunda a cuenta de la lógica resistencia a la imposición y la intimidación, escuchémosle entonces hablar a los grandes irresponsables y simuladores de la maldad de los “regímenes renegados, violentos y enemigos de la libertad y la democracia”.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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