En clave económica, no se trazan los peores pronósticos para esta parte del orbe, pero tampoco se pasa por alto que el crecimiento de los 27 países de la Unión Europea perdió dinamismo, las circunstancias y posibles efectos del Brexit se mantienen brumosos pero influyentes, cualquiera sea su desenlace, y la guerra comercial norteamericana deja en suspenso ubicar la cuantía exacta del perjuicio a sufrir por el llamado Viejo Continente.
Si bien varios expertos consideran habrá en este espacio geográfico un crecimiento mejor al registrado durante el lapso que fenece, junto con los escépticos calculan no pocos riesgos a enfrentar en lo adelante. Entre los factores a incidir en pro o en contra del inmediato porvenir están las medidas proteccionistas estadounidenses, los precios del petróleo (en países en general carentes de fuentes energéticas propias) y la apreciación o menoscabo de la moneda única.
Finalmente caló el criterio de que el euro está mal diseñado, y las instituciones de la UE toman previsiones para su reforma. Los augurios en ese sentido apuntan hacia un avance de la divisa europea con respecto al dólar, una vez perfeccionada. Asimismo, los ministros de finanzas del pacto recién retocaron mecanismos contra quiebras bancarias y el sistema de ayuda intracomunitaria. De igual forma, en diciembre fue aprobado el primer presupuesto conjunto del grupo, pero sin definiciones suficientes como para presumir su influjo.
De peso, a tener en cuenta por sus probables repercusiones, es el factor en cuanto a lo necesario de recuperar la caída del poder adquisitivo de los europeos —nos referimos a las mayorías, no a las élites—, cuando lograr una mayor confianza para eventuales inversores dependerá de aspectos como los antes citados, pero también de muchas políticas que provocaron descontento extendido e inestabilidad en la gobernanza.
Se mantienen retos específicos y de borrosa solución en algunas áreas (Grecia como máximo exponente y víctima de los excesos aplicados por Bruselas o la troika). La conflictividad entre la República de Irlanda y el Ulster, pues tiene en el divorcio institucional del Reino Unido un factor para el incremento de sus complejidades y resulta, en sí misma, causa de discordancias entre quienes aceptan o rechazan la separación de Londres de los hasta hace poco restantes socios.
Los acontecimientos en Francia a partir de una protesta inicialmente limitada a localidades periféricas y en contra de un nuevo impuesto sobre carburantes evolucionó hacia un proceso de insubordinación muy parecido a cualquier estallido social en regla. De la queja motivada por el pago de una tasa, so pretexto ecológico, se pasó a un crecido pliego de demandas, casi todas vinculadas al programa económico acentuado por la administración de Enmanuel Macron que, en esencia, resta derechos a la mayoría y es muy amable con los sectores favorecidos.
No en balde una demanda priorizada es que los ricos no tengan tantos favores fiscales mientras se aumentan los aplicados contra los ciudadanos de menos ingresos. Es absurdo que las grandes fortunas no paguen impuestos y las clases sencillas sí. Se desea contribuir a la protección y mejora del medio ambiente, pero no por fuerza deben pagarlo quienes menos tienen.
El retroceso del gobierno, al suspender la ecotasa y concesiones subsiguientes, como un aumento del salario mínimo, no satisfacen por entero las urgencias de esas franjas de la sociedad que han visto descender su nivel de vida junto con los amortiguadores oficiales en materias de primera magnitud (protección ante los despidos, ingresos medios no concordantes con el precio del alquiler o la progresiva privatización de la medicina). Por eso se vaticina que las protestas, amainadas luego del atentado terrorista en Estrasburgo, se revitalicen en cualquier momento.
Atentado terrorista en Estrasburgo (Foto: AFP).
¿Concluirá ese evento como el ocurrido en abril del 2018 con la prolongada y dura huelga planteada por los ferroviarios? Antes hubo rechazo público a la reforma laboral y también le adversaron al gobierno de Macron medidas de similar corte que elevaron hasta el 70 % la cantidad de franceses descontentos con la gestión de quien se considera capaz de modificar contextos europeos para aliviar enmohecidas estructuras y ha salido de este último trance debilitado.
Situación comprometida ocurría casi en paralelo en Hungría, donde la promulgación de una ley semejante a otras aplicaciones neoliberales para flexibilizar el mundo del trabajo en favor de las empresas provocó multitudinarias demandas públicas. Esa nueva resolución duplica el número de horas extra que se deben trabajar en el año y autoriza a la patronal a pagarlas hasta 36 meses después de ejecutadas. A escala popular tildaron como Ley de la Esclavitud la tajantemente rechazada.
En el 2018 también se vivieron jornadas de enardecimiento ciudadano en Rumanía y Polonia. Esta última, pese a no figurar dentro del conjunto con bajo crecimiento, padeció descontentos, sobre todo debido a los apreciados en calidad de ataques a la democracia, o en cuanto a la separación de los estamentos judiciales del ejecutivo central. Tales disposiciones provocaron una moción de castigo por parte de la UE a Varsovia, aparte de las manifestaciones callejeras y otras acciones también en contra que, en definitiva, obligaron al gobierno ultraconservador de Ley y Justicia a dejar a un lado el proyecto.
Todos los pronósticos económicos, sean para esas marismas o si atañen a los mayores y más industrializados, presentan altos grados de incertidumbre, ante todo motivados por las directrices emanadas de Washington, las propias contradicciones de la administración Trump, sus cambios de humor o planes y los desequilibrios al interior de las propias naciones europeas, provocados por el modelo imperante y la falta de realismo o sensibilidad al materializarlo.
Cuando comenzó camino el 2018 estaba pendiente concluir las elecciones en Cataluña, convocadas por la presidencia de Mariano Rajoy. El mal manejo del problema agravó circunstancias de por sí complejas y mantienen una saga inconclusa. En medio, y al término de las investigaciones legales sobre el conocido Caso Gurtel, concluyeron decretando la culpabilidad del Partido Popular en la financiación ilícita a figuras y a la entidad conservadora gobernante. El dictamen judicial dio pie a una moción de censura contra Mariano Rajoy y el acceso, en su lugar, de Pedro Sánchez (PSOE), con un equipo de trabajo y proyectos puestos de inmediato en favor de dar alivio a medidas asfixiantes que habían estado provocando grandes protestas en el país.
Asaeteado por la derecha vieja y la reciente (el PP, Ciudadanos, los ultra de Vox) cada medida y todos los miembros del gabinete están expuestos a permanente crítica y boicot. El propósito es sacarle del puesto con adelanto electoral o un juicio parlamentario a la peor usanza contemporánea.
Alemania también se adentró en el 2018 con una inédita suma de tiempo sin constituir gobierno. Tras un arduo semestre intentando conciliar intereses, los democristianos (CDU) volvieron a coaligarse con los socialdemócratas (SPD), quienes pese a fuertes reticencias partidistas repitieron la rutina de compartir con los conservadores germanos una judicatura que les ha estado quitando electorado.
El ascenso de la ultraderecha (Alternativa para Alemania, AfD, por sus siglas en alemán) que por primera vez desde mediados de los 40 tuvo acceso al parlamento, aumentó los riesgos de tener como corriente aceptable lo excepcional y peligroso.
Comicios regionales posteriores confirmaron la amenaza. Ante hechos consumados, Ángela Merkel, la estadista mejor valorada durante casi dos decenios y a quien tildaron de la mujer más poderosa del planeta, decidió tirar la toalla: concluir su mandato y no aspirar a otro. Ya tiene sustituta en la Unión Demócrata Cristiana (CDU), pero no solo por ese detalle el país de mayor tamaño, población y riqueza de Europa se sumerge en una espiral de eventualidades. Dado su peso y el protagonismo del cual hace uso dentro del Pacto Comunitario, la inseguridad que de este país emana va a reflejarse en el funcionamiento y derivas de toda la UE.
En Italia también ocurrieron asociaciones imprevistas. El Movimiento 5 Estrellas y los neofascistas reconvertidos en La Liga constituyen una alianza que está dando motivos de preocupación por sus tendencias rupturistas. No quieren seguir las órdenes de la UE, pero sí mantener los beneficios obtenidos de ella. La recuperación de la tercera economía europea sigue pendiente y a expensas de casualidades antes que de causalidades. De todos modos, Matteo Salvini y La Liga tienen mayor aceptación ciudadana que los grillinos y no se excluye el advenimiento de nuevos equipos de corte altamente conservador para aumentar el ya fuerte influjo que tienen en este mandato.
El empleo del lenguaje y ofertas populistas es factor de atracción, usado con éxito hasta el momento. Así se ha comprobado en países como Austria, Holanda e incluso Suecia, tan apegada a la noble socialdemocracia que les distinguiera y a la cual le deben mantenerse entre los pocos con estado de bienestar actualmente. Este país nórdico, durante mucho considerado un paladín de la tolerancia y apertura humanística, también ha experimentado una derechización a tono con los influjos emanados de Washington y un modo de hacer política partir de exuberancias y fanfarronadas, el placer por las sanciones y el chantaje o la univisión sobre conveniencias comerciales o económicas.
Nada alejado de los peores laberintos está también Ucrania, quebrada y a expensas de determinaciones no siempre competentes de EE. UU. y Bruselas. Las ayudas no ingresan a los sectores productivos ni al circuito popular, luego ¿adónde van, qué frenan o aúpan? ¿Es propio o por encargo el peligroso incidente en el Mar de Azov con buques rusos?
Buques rusosen el Mar de Azov (Foto: Reuters).
Junto con las penurias de la austeridad y las desregulaciones camina la ultraderecha. Es grande y otro serio inconveniente de múltiples cabezas asomando en insospechados escenarios. La conjunción de estos factores provoca ingobernabilidad y perspectivas nada recomendables.
senelio ceballos
24/12/18 10:11
Saludos Lic.Elsa...jajaja..ESTOY CON UD!...hoy tenemos una europa y dentro varios annos OTRA EUROPA..con otras fronteras entre paises...ESO ES UN PROCESO...largo e historico...Entre 1850-86 vario varias veces [ leer- la guerra desconocida...otros autores la llaman el ensayo para la I y II G.Mundial.....Despues de la I G.Mundial [ 1899-1918 ] otro mapa nuevo de europa......Despues de la II G.Mundial en [1937-45] nuevos paises y fronteras......YA en la historia moderna despues que EU-OTAN Durante casi 4 meses seguidos bombardeo a Yugoslavia otras 7 nuevas republicas nacieron [ las hicieron nacer ] en el mapa europeo ese proceso solo comenzo alli y continua todavia, ...Ud sabe lo que mas me preocupa... que esa enfermedad..NO LLEGUE A LA A.Latina y a nuestra a cuba....Yo le preguntaria a Ud y su equipo ...ESO PUEDE O NO LLEGAR A NUESTROS PUEBLOS LATINOS?.......Algunos autores dicen que en Brasil pueden nacer otras republicas que quieran independizarse del gobierno central.... Que ud dice a eso?.........Bolivia ya sufrio perdidas de sus territorios en las guerras de las SALITRES y en aquella de 1923 -25..No olvidemos que parte del CHACO, Uruguay, Paraguay y sus basto territorios eran de Bolivia.....Tendremos guerras alli otra vez?............En el MAR tenemos tambien problemas...llegaran a desatar conflictos?......Escribid sobre ellos PLEASSE!! por favor!! esperamos saber mas de nosotros .....alla los europeos y su lios son RICOS Y BLANCOS!!!! ....Ayer..en LONDRES, quisieron intentos de independencia de Los belfats!!!!.....
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