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jueves, 26 de diciembre de 2024

Ochenta maravillas de Alicia

Momentos inolvidables reservó la gala dedicada al octogésimo aniversario del debut escénico de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 30/12/2011
25 comentarios
La prima ballerina assoluta Alicia Alonso saluda a su público.
La prima ballerina assoluta Alicia Alonso saluda a su público.

El público que abarrotó la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana mostró una emotividad muy especial desde el momento en que la prima ballerina assoluta Alicia Alonso apareció en el área de la presidencia y ocupó su asiento, junto a su esposo Pedro Simón, director del Museo de la Danza y de la revista Cuba en el ballet. Simultáneamente, los miles de espectadores se pusieron de pie, la ovacionaron intensamente, hasta estremecer el recinto escénico.
La magia irrumpió con el material fílmico que sirvió de preludio a la evocación visual y sonora a escenas clave de su carrera desde la primera actuación de Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, quien sería conocida mundialmente como Alicia Alonso, y que reúne momentos inéditos en la carrera de la eximia artista y promete convertirse en un excelente documental.
Otro referente al debut escénico de Alicia, ocurrido el 29 de diciembre de 1931, en el Teatro Auditórium de La Habana, con la escuela del maestro Yavorsky, con Alicita como parte del cuerpo de baile en el gran vals de La bella durmiente, fue seleccionado como la obra inicial de la gala, en una feliz interpretación del cuerpo de baile de la compañía.
La función constituyó una conjunción de creaciones coreográficas de quien plantea que baila a través de ellas y se siente muy realizada en cada estreno o función, como en aquella iniciática, titulada La condesita, estrenada en 1942.
Una de las que podrían calificarse de paradigmáticas en esta faceta de su quehacer es el Grand pas de quatre, clase magistral de técnica e interpretación, que perfila caracteres y actuaciones de cuatro figuras emblemáticas de la era romántica del ballet, en cuya concepción prima el estilo, a lo cual se acercaron las creaciones de las cuatro bailarinas seleccionadas.
Viengsay Valdés, como Madame Taglioni, rol que con tanta brillantez asumió Alicia, trabajó con esmero la figura de aquella legendaria danzante, soberana de su época. Una labor certera fue desplegada por Yanela Piñera, como Cerrito; Anette Delgado en la Grisi; y Sadaise Arencibia en la Graham, aunque el estilo debe profundizarse aún más.
Pretextos, una de las creaciones de mayor impacto visual en la labor coreográfica de la Alonso, se mostró en la plenitud de su escenificación, en sus cuatro movimientos y en la coda, en la cual la sincronización llegó a su máxima expresión, en esa labor de planos contrastantes, con un ritmo ágil que otorga una visión de constantes perspectivas en una riqueza de dinámicas que responde a lo más contemporáneo del danzar.
Inspirada por uno de los poemas que sugieren la complicidad de pasos y gestos para proyectar la integralidad de su imaginario, Preciosa y el aire devino uno de los más recientes títulos de Alicia, que supo imbuirlo del aliento lorquiano, con la estilización de la pasión gitana que vibra en ese duelo amoroso de la muchacha que danza, busca, rechaza y juega al amor con el aire personalizado, en interpretaciones atinadas por parte de Irene Rodríguez, Alejandro Silva y el cuerpo de baile.
Como poema danzario podría calificarse A la caída de la tarde, un título cuyo protagonismo recae en la recreación de una atmósfera imbuida de magia de un romanticismo nostálgico recreado por la coral balletística que recrea metáforas en el atardecer y llena la noche de luz.
Entre-acto capricho, de Ignacio Cervantes, devino el soporte sonoro de Diálogo a cuatro, un pas de quatre, donde Dayesi Torrientes, Arianni Martín, Luis Valle y Arián Molina, muestran un potencial de energías y talento enjaezado por un sentido estético que concilia su ejecución y la traduce en un arte renovador.
El resultado de profundas investigaciones cristalizó en la reconstrucción realizada por Alicia del ballet La flauta mágica, a partir del original de Lev Ivánov, creado por Riccardo Drigo, apareció en escena en el grand pas de este título, protagonizado con sumo lucimiento por Anette Delgado y Dani Hernández, quienes caracterizaron en técnica e interpretación a Elisa y Lucas.
Una sorpresa advino con Fiesta criolla, segundo movimiento de la Sinfonía Noche de los Trópicos, de Louis Moreau Gottschalk, con contribuciones que enriquecieron el hecho dancístico, al cual le aportaron una vivacidad y alegría que convirtieron esta obra en un final muy feliz que se inscribirá en la memoria del público y que llegó al auditorio y a la teleaudiencia por haber sido transmitida la gala en vivo por Tele Rebelde.
Y el epílogo fue aun más emocionante con la presencia de Alicia en escena, junto a todo el elenco, al cual se incorporó Orlando Salgado, su partenaire, en los últimos tiempos. Ella, realizada en su vida y obra, hizo una reverencia a la compañía y otra al público, que estalló en interminable ovación y en vivas y bravos, para Alicia, mito y leyenda, cuyo pensamiento aparece en el paisaje del abanico que obsequió a los asistentes: “hasta la eternidad, bailando sin fin”.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC

Se han publicado 1 comentarios


rudy valentino
 30/12/11 22:21

BAILANDO SIN FIN. ALICIA ALONSO PRIMERISIMA Y DIRRECTORA ARTITICA DEL BALLET NACIONAL DE CUBA. VIVA ALICIA ALONSO VIVA EL BALLET NACIONAL DE CUBA.

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