Los tres pichones, de Onelio Jorge Cardoso, es un cuento que a lo largo de la historia del teatro cubano ha formado parte del repertorio de muchos colectivos.
Múltiples son las miradas y las revisitaciones a este texto infantil, escrito por nuestro Cuentero Mayor. En 1982, el Grupo Teatro Escambray fue el primero en estrenar un montaje de Los tres pichones.
Ahora, como parte del 15 Festival Nacional de Teatro Camagüey, 2014, y como homenaje a los cien años del cuentero, el Frente Infantil de Teatro Escambray presenta Los pintores, una versión al estilo del director artístico y actor-titiritero Maikel Valdés Leiva. La puesta en escena forma parte del proyecto Cien Cuentos para Onelio, que lidera la actriz-titiritera Yilian Fernández Alacal.
Como dice Rafael González, director general del Frente Infantil, en las palabras del programa de mano: “Desde la propia génesis del colectivo, las narraciones de nuestro cuentero mayor formaron parte del repertorio de la agrupación, interesada en encontrar referentes culturales que le permitieran una comunicación efectiva con el público campesino de la zona.
”Sin embargo, Los tres pichones desbordaba ese contexto para proyectarse hacia el tema de la necesidad de los jóvenes por correr su propia suerte aunque no estén preparados para hacerlo, universo habitual también del repertorio escambraiano”.
Los pintores es una muestra de la creatividad que caracteriza a los titiriteros cubanos. Las figuras animadas corresponden a la técnica de los títeres planos —una suerte de brochas con mecanismos como muelles y ojos elaborados a partir de bolitas de tubos de desodorante—, construidos en un taller muy singular donde Teatro Escambray materializa sus sueños.
“Somos un mecánico, un carpintero y un electricista que nos sentamos a discutir cómo será cada títere”, confiesa el también diseñador de la puesta Valdés Leiva.
Uno de los grandes aciertos de Los pintores es el rescate de ritmos populares cubanos que corren peligro de extinción ante los retos que imponen las fusiones y nuevas sonoridades influidas por la globalización cultural.
Así, los actores-titiriteros Teresa Denisse y Maikel Valdés interpretan con gracia y cierta soltura —mucho mayor en el caso de la joven— ritmos como el chachachá, el mambo y hasta la habanera; para fundir en una sola puesta en escena el baile, la narración y el arte de figuras animadas.
La relectura de Maikel, con asesoría de Yaqui Saíz, se caracteriza por un empleo minimalista de la escenografía —solo un retablo a la manera de un caballete de pintura— y el empleo del factor sorpresa para mantener el ritmo de la representación, donde se produce un diálogo intensísimo con los diversos públicos, sin hacer distinción entre niños y adultos.
Los pintoreses una puesta disfrutable y amena que se agradece por el carisma de sus artífices, dos jóvenes que, al decir de Rafael González, corren “junto con los tres pichones los avatares de la aventura necesaria que todos debemos sufrir para que nadie nos vaya a cortar las alas”.
Algunos temas que ahora mismo ocupan las agendas informativas cubanas como la unificación monetaria o la emigración en busca de nuevos horizontes también forman parte de esta versión, en la cual, el director artístico se toma la atribución de lanzar al aire improvisaciones que resultan las delicias de los mayores.
“Más que una poética es un fundamento que debe tener el teatro de figuras. Tomo los títeres como justificación para divertirme y transmitir mensajes. Los llamados temas espinosos deben ser tratados sin perder la fantasía y desarrollarse sobre el mundo de la realidad cotidiana, porque los niños la viven, muchas veces distorsionadamente, desde la casa o la escuela”, explica el director artístico.
Sobre su labor como creativo comentó, quien desde hace once años labora como profesor en la Escuela Profesional de Arte Samuel Feijóo, de Santa Clara: “A partir del diseño concibo los montajes de las obras. Así me sucedió en el año 2010 con El sinsonte y el rosal, donde el retablo era una guitarra desarmable. No soy diseñador ni escenógrafo pero lo intento”.
LOS 45 DEL FRENTE INFANTIL
El Frente Infantil de Teatro Escambray nació en 1970 bajo la égida de Elio Martín, Miguel Navarro y Adelaida Herrera. Hoy, el joven matrimonio de juglares, integrado por Maikel y Denisse, continúa la labor de sus fundadores.
“En saludo al aniversario 45 del Frente Infantil de Teatro Escambray estrenaremos en La Macagua —nuestra sede— el espectáculo titulado Cuentos a caballo, compuesto por dos obras: una adaptación de El caballito de los siete colores, de Feijóo y El rey de los caballitos, de Enrique Pérez Díaz”, adelantó Maikel.
“El caballito de los siete colores tendrá en su banda sonora la música de La Original de Manzanillo y los títeres son de bastón con mecanismos. Mientras que en el segundo cuento utilizamos títeres de guante.
”En total serán 15 muñecos y toda la escenografía aparecerá a partir del cuerpo de un caballo. Será como una especie de Caballo de Troya, para mover al factor sorpresa y lanzar textos que son ganchos para adultos. El espectáculo está concebido para 45 minutos de duración”.
Por su parte, Elio Martín continúa el homenaje a Onelio con el montaje de varios de sus cuentos para niños y adultos: Pájaro, murciélago y ratón; El cangrejo volador; Los tres pichones; Juan Candela; El hambre; yFrancisca y la muerte.
Bienvenidas estas puestas que recuerdan el legado de Onelio y que dan continuidad a la obra fundacional de Teatro Escambray en la década de los 80. Mucho se agradece que el comité curatorial del 15 Festival Nacional de Teatro, haya tenido en cuenta esta propuesta como parte del programa de Camagüey, 2014.
Dunia María
15/10/14 15:28
Es un sitio muy interesante y variado, me encantó!
Tere
7/10/14 13:41
El trabajo de los titiriteros me encanta en una ocasión tuve que hacerlo para los niños y fue muy divertido jejeje detrás de ese telón las ocurrencias y risas son inumerables jajajjaja
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