lunes, 23 de septiembre de 2024

Tras una ciencia para la equidad

La revista Juventud Técnica (JT) cumple en este julio 50 años, momento oportuno para dialogar sobre el periodismo científico hecho en Cuba...

Mayra García Cardentey en Exclusivo 24/07/2015
1 comentarios

¿Lo andado? “Apenas un pulgar”, insisten. Y pareciera que 50 años es casi nada. En este tiempo la revista bimestral Juventud Técnica ha hecho suya la máxima del escritor y filósofo francés del siglo XVII Bernard Le Bovier Fontenelle: “…He querido hablar de la ciencia en una forma que no fuera científica. He tratado de llevarla a un punto que no fuera demasiado árida para la gente común, ni demasiado superficial para los sabios”. No ha sido fácil.

Un rigor conceptual y profundidad en los análisis ha signado estas cinco décadas de creer y potenciar la difusión de una ciencia para la equidad. Apuestan por el buen periodismo, a secas, sin apellidos ni sesgos de especialización. Está lo hecho y el camino por andar.

A propósito del onomástico y en busca de un diálogo sobre el periodismo científico en la Isla, Cubahora dialoga con Daymaris Martínez Rubio, periodista de JT y Premio Guillermo Cabrera en prensa impresa por la obra del año 2014.

-Construir narrativas atractivas en el periodismo científico resulta un ejercicio complejo ¿Cuánto de laborioso y dilatado?

-“Depende. Hay quienes desarrollan una destreza tremenda y son capaces de escribir en horas lo que a otros le tomaría dos, tres, días, en ocasiones, más. Quitando la probable dificultad del lenguaje y del acceso a las fuentes y los contenidos de la ciencia, tal vez lo decisivo sea el tipo de historia y el enfoque.

“Si partes de una investigación periodística donde entrevistas a más de una decena de fuentes vivas, es casi seguro que sea una labor con mayúsculas. Si además te planteas el discurso como un tipo de interacción social, en su complejidad, deberías tener disposición a ver la totalidad y el fragmento. A veces necesitas tiempo para dialogar con la información reunida, porque intuyes que el modo en que contarías la historia es el modo que dicta una tradición, un contexto social, un tipo de hegemonía, y sabes que en nombre de todo eso podrías estar cometiendo una injusticia. Por eso, me parece inútil insistir en la objetividad como medida. La verdadera medida quizá sea la ética”.

-En este sentido, y tras varios años en este sector y de reconocimientos en tu haber, ¿cuáles puntos positivos o negativos asocias al periodismo científico hecho en Cuba y en particular al defendido desde las páginas de Juventud Técnica?

-“Mi experiencia es muy puntual, tiene que ver con lo que he podido hacer (y no) en JT, que por otra parte no es el medio típico, sino el único dedicado por cinco décadas y de modo exclusivo a la socialización del conocimiento sobre ciencia y tecnología en Cuba.

“Eso, lógicamente, conecta con algo más amplio, pero preferiría evitar las generalizaciones. Algo que encuentro positivo, pero insisto en situar en contexto, es el modo en que ha evolucionado la relación de JT con sus fuentes.

“Esa evolución nos complace, no solo porque supera la mirada tribal de mundos en conflicto que hace rato está obsoleta en casi todo el mundo; sino porque parte de un reconocimiento de la diversidad. Por ejemplo, no comparto el núcleo fósil de la imagen hiperracionalista y aséptica de la ciencia, pero me siento en el deber de tomar en cuenta el modo en que sus comunidades se sienten guardianas de un método (o métodos) de trabajo específico(s).

“Me siento en el deber de tomar en cuenta esas sutilezas y cuando me acerco a mis pares de la ciencia (que, por otro lado, son como regla la fuente primaria del conocimiento que socializa el periodismo científico), intento dejar atrás la actitud defensiva para construir redes de colaboración en el tiempo.

“Un punto negativo asociado a la práctica del periodismo científico podría estar en la actitud pasiva frente a los procesos de la ciencia y la tecnología. En JT evitamos todo el tiempo la actitud contemplativa, porque estamos persuadidos del componente subjetivo y de poder que hay detrás de todo eso. La ciencia y la tecnología no son neutrales, responden a valores, ideologías, intereses, expresados en contexto. Por eso, nada debería hacernos suponer la bondad de decisiones tomadas solo en sus nombres. La propia comunidad científica pelea por tener espacios para participar, proponer..., oponerse si fuera necesario. Las sociedades deberían tener iguales derechos.

“Para eso también haría falta generar algo como nuestra propia teoría de la comunicación científica en Cuba, por ejemplo. Porque significaría poder reflexionar sobre lo hecho; poner claridad y responsabilidad en temas muy curiosamente dejados al “oficio”. Me refiero a asuntos como la democratización del conocimiento y la responsabilidad social, ambos sumamente importantes, porque el encargo de la comunicación científica no concierne solo a ´comunicadores´. Sin embargo, no es algo que esté claro desde las políticas, por tanto es un marco de actuación muy conveniente para evadir responsabilidades.

-¿Cuáles consideras características y funciones imprescindibles de un periodista científico? ¿Qué debería evitar a toda costa?

-“No veo grandes distinciones entre la función social de un tipo de periodismo y otro. Si lo sitúas en el plano del encargo social, verás que estamos en igualdad de deberes con los públicos. Quizá, con la ciencia y la tecnología pese doble una relación de poder que no ha estado muy clara para todos, que vemos o no vemos de acuerdo con nuestros referentes culturales..., y es ahí donde –según la teoría, aunque ya sabemos que en la práctica sucede muy poco– el periodista científico debería desempeñar un papel más activo en el terreno de las políticas públicas, donde muchas decisiones suelen ser tomadas de espaldas a los intereses y necesidades de las mayorías.

“Pasa similar con las características. Cuando lees a Tom Wolfe te parece que hay mucho de lo que deberías saber en un libro como El nuevo periodismo. ¿Qué se supone que sea esta profesión? O eres periodista o eres un sumiso. Yo evitaría la sumisión a toda costa. En cambio, me gustaría ver más ética, garra, conciencia social, iniciativa, espíritu emprendedor, menos ego y más afán colectivo. En el periodismo científico habría que alejarse además de la postura servil o defensiva sutilmente tipificada por el modelo de déficit (cognitivo), según el cual periodistas y público en general no están capacitados para opinar ni participar en asuntos dominados por expertos”.

-Muchas veces los temas son áridos, los textos herméticos y las investigaciones poco accesibles. ¿Cómo hacer para “potabilizar” la penetración del discurso científico en los medios?

-Están los recursos de redacción y estilo, ejemplos de buenas prácticas, la imaginación... Pero, en caso de que a alguien no le fuera bien con las teorías, está el lado humano, el sujeto social que, por cierto, está muy necesitado de ser atendido.

-No pocas instituciones envían sus notas de prensa que se publican tal cual, en tanto se percibe una homogeneización de la comunicación científica en los medios cubanos. ¿Cómo producir trabajos originales, creativos y atractivos?

-“Creo que ´culpar´ a las notas institucionales por la falta de autonomía creativa es como mínimo exagerado. Deberían no existir, a ver qué otra excusa inventamos para esquivar el ejercicio responsable de la individualidad. La autonomía creativa dota de una enorme responsabilidad, pero esa enorme ventaja no ha sido comprendida”. 

-Un déficit del periodismo científico cubano, por no decir del periodismo en general, es la falta de investigación...

-“Sí, es de las grandes contradicciones del sistema de prensa cubano. Lo aprendí en clases con Ariel Terrero y luego volví a leerlo en una entrevista que concedió a propósito de una tesis de diploma. Está en el blog Letra Joven y siempre que puedo vuelvo a leerla.

“Si haces el ejercicio y preguntas en la calle cuáles son los conflictos asociados a la ciencia y la tecnología, probablemente encuentres muchas sorpresas. Pero, no hace falta correr el riesgo de hablar por los otros, especialmente no en un país que desconoce la percepción de sus ciudadanos sobre temas muy específicos.

“Sin embargo, lo que muestran las agendas de los estudios Ciencia Tecnología y Sociedad (CTS) es que persiste una zona no cubierta de expectativas y urgencias en torno a asuntos neurálgicos como la participación pública; la enseñanza; la comunicación social; la democratización de la política en ciencia, tecnología e innovación; el impacto y la evaluación social de la tecnología; y otros problemas éticos vinculados a los procesos sociales de la ciencia y la tecnología. 

“Para eso surgió Dilemas, una sección de JT creada en 2007 por su directora Iramis Alonso, precisamente, para reflejar esas controversias y cuyo principal apoyo metodológico proviene del periodismo de investigación. Las polémicas en torno a la transgénesis o las pseudociencias no están en la mayoría de los medios cubanos. En JT sí, y lo que estamos demostrando es que la ciencia y la tecnología suelen ser terrenos escabrosos donde muchos argumentos se ocultan en nombre de estrategias y políticas ´placebo´, por lo general de espaldas a las sociedades”.

-Retomemos una idea: en las distinciones también se esconden las discriminaciones y parcelar “esto es periodismo científico”, “esto es cultural”, atenta contra la premisa de que todo buen periodismo es eso, a secas…

-“Todas las fragmentaciones esconden un sesgo. Por eso, más a menudo de lo que querría, la idea de la especialización me desorienta. Estoy segura de lo que tiene de beneficiosa cuando necesito poner una historia en contexto, relacionarme con las fuentes, moverme sin demasiados tropiezos en un escenario específico... Pero, lo que ha cambiado ha sido, básicamente, el contexto; todo el encargo social sigue siendo el mismo.

-¿Juventud Técnica en estos 50 años por una “ciencia para la equidad”?

-“Lo andado, si miras, es apenas un pulgar contra toda una historia de dominación cognitiva que ya lleva muchos siglos. Por eso, cuando se insiste en la idea de la equidad, se está pensando en lo hecho, pero desde un punto de vista crítico. La herencia positivista en la ciencia y el periodismo es tan fuerte que, por mucho que hemos querido cambiar la mentalidad, en JT todavía las mujeres y la comunidad son voces de fondo en el discurso periodístico. Hay que revisar la intención editorial, pero también hay que admitir que son restricciones impuestas por el contexto. Lo bueno es que ese contexto puede cambiar. Y eso queda”.


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Mayra García Cardentey

Graduada de Periodismo. Profesora de la Universidad de Pinar del Río. Periodista del semanario Guerrillero. Amante de las nuevas tecnologías y del periodismo digital.

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Iramis
 24/7/15 11:43

Gracias Mayra.  Gracias Daymaris, por poner en palabras claras y bellas, nuestra razón de ser.

 

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