Juegos con sello cubano

Los videojuegos producidos en Cuba, a pesar de las mediaciones tecnológicas que impiden trabajar con softwares y equipos de mayor nivel para conseguir productos de mayor calidad, cuentan con un diseño y estilo que garantizan el entretenimiento de los usuarios. Los productores independientes se unen a entidades como Vertex, Ludox y otros actores del sector estatal que defienden un área opacada culturalmente por producciones extranjeras que ocupan los catálogos de los cibercopys en Cuba.

Dentro de estas producciones varios juegos se destacan por la aceptación obtenida en las diferentes plataformas cubanas destinadas a alojar los videojuegos producidos en el país, teniendo mayormente como prioridad los que salen de las productoras estatales. Coliseum es el principal ejemplo de buenas prácticas en este ámbito de las producciones cubanas, desarrollado por Vertex, grupo que radica en la UCI.

Este videojuego, desarrollado en colaboración con los estudios de animación del ICAIC, muestra una aventura de ciencia ficción con personajes creados desde 0, con una historia que contextualiza el por qué los héroes deben enfrentarse en la arena para demostrar que son capaces de defender la tierra. Cuenta con buena aceptación en cada una de las plataformas donde se encuentra ubicado y en Cosmox lidera la lista, secundado por Kuba Kart, un MOBA-RPG de acción en tiempo real que permite incluso la interacción de los usuarios a través de grupos locales para poder usarlo en modo multijugador.

Los desarrolladores de Vertex ven en Coliseum su obra más influyente, con la cual han logrado alcanzar buenos números sin haber promocionado el producto ni realizado campañas publicitarias para apoyar el desempeño del juego. Distinto fue el caso de la Neurona Intranquila, videojuego inspirado en el popular programa televisivo del mismo nombre, que simula la experiencia de participar en el concurso mediante preguntas de opciones múltiples y demás dinámicas que trabajaba Baudilio Espinosa.

Este juego contó con gran aceptación por el público cubano por su facilidad más allá de la complejidad de las preguntas que llevaban a consumir todas las vidas en la mayoría de las ocasiones. Fue de los primeros en usar sistema de micropagos a través de la mensajería, demostrando su viabilidad como medio de obtención de ganancias dentro del juego, aunque fuese gratis la descarga.

Un ejemplo a señalar, no como caso de éxito, pero si como uno a tener en cuenta debido al mensaje que transmite y la forma en que lo hace es Aventuras en la Manigua, un videojuego centrado en la historia de un niño que quiere ser mambí. Una historia interactiva que cuenta con una animación curiosa y atractiva, el empleo del lenguaje propio de la época y símbolos y referencias que evocan la identidad cubana a lo largo de la trama. Una jugabilidad sencilla, enfocada en la resolución de situaciones a través de puzzles y el uso de la inteligencia y los objetos del entorno, hacen que acompañar al pequeño mambí sea una actividad interesante y a su vez, identificar de manera visual rasgos característicos de la época colonial, comportamiento de los mambises y contextualizar el proceso revolucionario de manera didáctica e interactiva.

Un juego centrado un poco más en el entretenimiento es Kuba Kart, simulador de carreras al estilo de Mario Kart, donde se unen personajes icónicos de los videojuegos de Vertex en carreras por pistas inspiradas en sitios de Cuba. El diseño es un poco rústico visualmente, pero se logran identificar características propias que identifican los lugares en los que se basan las distintas pistas.

Por último, podemos resaltar dos videojuegos que contaron con buena aceptación, impulsados mayormente por la visibilidad que se les dio con productos comunicativos, desde trabajos periodísticos hasta videos musicales apoyados en los contenidos. La Súper Claria y la Chivichana muestran las posibilidades que brinda el uso de la comunicación como mecanismo integrado en la proyección de un juego tanto para su socialización como el interés que puede generarse a raíz del mismo y poder aprovechar otras áreas como mercancías asociadas al juego en cuestión.

Estos juegos muestran parte de esa producción nacional que se lleva desarrollando en el país desde tiempos que uno no podría imaginar cuando se creó el Laberintos del Saber antes del 2000. Hoy en día existe mucha variedad de producción tanto a nivel de empresas como por desarrolladores independientes que crean sus pequeños estudios para producir estos videojuegos. Si desean descargar estos juegos se encuentran disponibles de manera gratuita en la página de Cosmox.