La Necrópolis Cristóbal Colón es una de las 21 existentes en La Habana y está declarada Monumento Nacional desde el año 1987. A lo largo y ancho de sus 57 hectáreas de extensión se atesoran espectaculares obras escultóricas, razón por la cual se le conoce como un museo a cielo abierto.
Muchas de la obras de arte que perpetúan las memorias de los que allí descansan, están inspiradas en historias de amor que servirían como fuente de inspiración a escritores por la peculiaridad que encierran cada una de ellas. Muchas han devenido en leyendas populares, que hasta la actualidad tiene gran vigencia social.
La Milagrosa: Una historia de amor convertida en lleyenda popular
Amelia Goyri de la Hoz vivió una historia de amor desde los 7 años con su primo José Vicente Adot Rabell. A pesar del prematuro noviazgo, el amor entre ellos se mantuvo vigente e incluso superó la negativa de sus padres a la relación por la diferencia de clases.
Después de un periodo de secreto noviazgo finalmente logran contraer matrimonio,, pero lamentablemente por poco tiempo, pues ella fallece un año después consecuencia de una complicación en el parto. Más no sería la muerte quien diera fin a ese amor perpetuo, pues José Vicente se dedicó a cuidar con sumo esmero el lugar donde descansaba los restos de su adorada esposa.

Visitaba la tumba de su amada diariamente y realizaba un ritual que consistía en tocar una de las cuatro argollas de la tapa de la bóveda para despertarla, (pues para el Amelia no estaba muerta, sino dormida), pararse frente a la sepultura, conversar con ella y luego marcharse dando la vuelta por detrás de la escultura sin darle la espalda en señal de respeto.
Debido a lo peculiar de su ritual y de la sistematicidad con que lo realizaba, muchas personas que visitaban el camposanto sintieron curiosidad y así devino la popularidad de Amelia, quien más tarde pasaría a ser reconocida como "La Milagrosa" cuando, (según la leyenda) al exhumar su cadáver se encontró su cuerpo intacto y con el feto en los brazos, en vez de en los pies, como se aseguraba estaba colocado al momento de ser enterrados.
La estatua de "La Milagrosa" comienza a recibir innumerables visitas de mujeres con dificultad para concebir, madres con niños enfermos y se le atribuyen milagros relacionados con la maternidad.
Actualmente muchas son las plegarias que recibe la estatua de la convertida en santa, y se encuentra siempre rodeada de flores y lápidas con mensajes de agradecimiento alrededor del sepulcro.
Catalina Lasa y Juan Pedro Baró: amantes que desafiaron tabúes sociales.
Catalina Lasa del Río Nogueira fue una de las mujeres más hermosas de la alta sociedad cubana de principios del siglo XX, y Juan Pedro Baró un riquísimo hacendado matancero, propietario de varios ingenios y negocios vinculados a la industria azucarera.
En una fiesta celebrada en 1905 a la que asistieron ambos, ocurrió una atracción mutua. Los recién enamorados, decididos a no esconder sus sentimientos, por encontrarse ambos respectivamente casados, comenzaron una relación clandestina y emigraron a Francia, acorralados por la presión social.
[

Sometidos a persecuciones, anduvieron escondidos hasta que solicitaron audiencia al Papa en el Vaticano, quien decide anular el matrimonio religioso de Catalina con su legal esposo y bendecir el próximo con el señor Baró.
Sin embargo, la salud de Catalina se resquebrajó repentinamente y murió en Francia. Su cadáver fue embalsamado y traído a Cuba y fue enterrada en el Cementerio de Colón, en un mausoleo construido especialmente para que pudieran descansar sus restos.
Cuentan que Juan Pedro Baró visitó durante cada mañana el mausoleo de Catalina hasta que murió una década después. Fue enterrado en el panteón, y sus tumbas quedaron clausuradas para el descanso eterno.
La Tumba del amor: Margarita Pacheco Alonso y Modesto Canto Menjibar
Modesto Canto Menjibar, fue un profesor que se enamoró de su alumna Margarita, quien correspondía a su amor, por lo que se unen en matrimonio.
Modesto era mucho mayor que ella, lo que conllevó a que su unión sufriera críticas, lo que no logró opacar el afecto mutuo de la pareja. Un tiempo después Margarita muere a la temprana edad de 39 años.
[

Siendo además de maestro y músico, escultor, Modesto talló el busto de Margarita en 1964 con la inscripción: «Margarita mía, modelo esta obra inspirado en tu sagrada memoria. Tu Modesto». Un año después realizaría su propio busto, que colocó al lado del de su amada, aguardando el momento de unirse a ella veinte años después.
En el panteón, conocido como «la Tumba del Amor», puede apreciarse un epitafio que dice: «Bondadoso caminante: abstrae tu mente del ingrato mundo unos momentos y dedica un pensamiento de amor y paz a estos dos seres, a quienes el destino tronchó su felicidad terrenal, y cuyos restos mortales reposan para siempre en esta sepultura, cumpliendo un sagrado juramento. Te damos las gracias desde lo eterno. Modesto y Margarita».
Relatos que entremezclan realidad y leyenda, teniendo como común denominador la ldevoción,y lealtad de estos tres hombres a sus esposas, en espera del momento en que sus almas se volvieran a encontrar.
Son muchas las memorias que guarda en sus paredes este sagrado lugar, historias de amor que van más allá de la muerte..
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.