Bicicletas ¿otra y otra vez? o ¿para siempre?

El 10 de febrero de 2017, en Pasando el Niágara en bicicleta, pero por no tenerla en El Foro dijimos: “Lo que en la dura década de los 90 del siglo pasado pareció que venía para quedarse… ha tenido otra historia...”

Decíamos que en los primeros años de la década de los 60 del siglo pasado, los niños lo consideraban un juguete hasta que el cerco tendido por el gobierno norteamericano obstaculizó su entrada al país, y entonces fue dejando de estar entre las aspiraciones infantiles.

De pronto, cuando la situación era más complicada por la pérdida intempestiva del mercado del campo socialista de Europa del Este, que cayó en un abrir y cerrar de ojos, se promovió el uso masivo de la bicicleta como medio de transporte en la Mayor de las Antillas.

El 19 de junio de 2015, en Bicicleteros hablamos de cómo la situación de los usuarios de ese equipo se ha ido agravando por el desgaste de las piezas y el cada vez mayor precio que cobran por su reparación, mientras que nadie habla siquiera de adecuar las normas de tránsito a la presencia de los ciclos, así como las condiciones de las vías para evitar accidentes.

La masiva importación desde China de las Fliying Pigeon y Forever fue complementada con artefactos obtenidos en la industria local, aunque en estas hubo Una entre un millón, como publicamos aquí el 5 de febrero de 2016, de la cual todavía está pendiente contar cómo logré convencer a los fabricantes de todos los defectos técnicos que impedían que rodara y procedieran al cambio.

No obstante, lo cierto es que muchos aceptamos las bondades de un medio ecológico y antisedentario para resolver la humana necesidad de trasladarnos de un lugar a otro, y admitimos que no fuera transitorio, sino que se quedara para siempre, aun cuando hubiera suficientes vehículos automotores.

Seguimos necesitando comprensión de que no se trata de una obligación por la falta de recursos, y de no pensar en imponer o persuadir que la mayor cantidad personas se transporten en ciclos, o creer que todos tenemos los mismos incentivos y existen las mismas condiciones.

A la pregunta: ¿Se espera mejoría en el servicio del transporte público cuando se restablezca?, se le ha dado la siguiente respuesta:

“El servicio de transporte público cuando se restablezca completamente tendrá niveles de satisfacción de la demanda similares a los que presentaba antes de la COVID-19. No se cuenta en estos momentos con partes, piezas y agregados que permita poner de alta una cifra de ómnibus que impacten significativamente en el número de vehículos funcionando”.

Sobre la inserción del transporte en la estrategia económica del país, el ministro del sector, Eduardo Rodríguez Dávila, informó que se elaboró un grupo de medidas en función de “aprovechar mejor lo que tenemos”, entre las que figuran: potenciar el uso de los sistemas de control y gestión de flotas con GPS, incrementar las transportaciones por cabotaje, el reordenamiento de las rutas para desplazar la demanda en los horarios picos y fomentar el uso de las bicicletas, triciclos y motocicletas eléctricas.

En estos tiempos de aplicación de etapas pos COVID-19 y sus correspondientes fases, con la bicicleta no debiera volver a ocurrirnos que nos acordemos de ella como de Santa Bárbara: solo cuando truena.