martes, 24 de septiembre de 2024

Vilma Lucila, luminosa protectora: a 15 años de su siembra

Brilló con luz propia en el llano y en la sierra, como después del Triunfo de la Revolución...

José Ángel Téllez Villalón en Exclusivo 18/06/2022
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Vilma
Vilma no fue, como se dice, la gran mujer detrás de un hombre inmenso (Foto: Bohemia).

Nació la primavera boreal de 1930, en la irredenta  y cálida Santiago. Fue su nombre, Vilma Lucila, como un signo o premonición del arco de su vida completado hace 15 años, a pocas horas del solsticio de verano.

Sus padres, Margarita Guillois y  José Espín, polinizaron su carácter  con el ejemplo de un actuar austero  y fraternal;  brotó con su luz  una sensibilidad humana y un trato afable  y  solidario, sin herrumbres, ni cercas arbitrarias.

“A Vilma la adornan tantas cosas sin dejar de ser una persona de carne y hueso como todas nosotras. Nació con esas cualidades. Porque una persona que le duela tanto el dolor ajeno, una persona que haya renunciado a todas las posibilidades que ella tenía, materiales y de todo tipo en su juventud, para jugarse la vida de la forma en que lo hizo tiene que ser muy especial”- contó su amiga y  ayudante personal Alicia Martínez.Fue  siempre, sobran las evidencias, fresca y resplandeciente. Desde muy joven, cultivó su mente y su cuerpo.

“Estuvo siete años en ballet. Conoció a Alicia Alonso, en un Lago de los cisnes que hicieron en Santiago. Empezó a estudiar guitarra clásica, pero decía que los dedos no le acompañaban. Hablaba, leía y escribía perfectamente el inglés y el francés. Ella habló francés primero que español. Su mamá era descendiente de franceses y le tocaba el piano y cantaba en francés”,  rememoró Alicia. “Le gustaba la música y cantaba. Los boleros y la música instrumental eran sus  preferidos, pero a la vez decía que no había algo tan sabroso que arrollar en una conga en Santiago de Cuba”. Por ahí hay un documental  donde se le escucha  cantando unas nanas a sus hijos.

Esa afición por las artes floreció a plenitud en la recién inaugurada la Universidad de Oriente donde matriculó la carrera de Ingeniera Química Industrial, porque no quería irse de Santiago. “Ella nos contaba que lo que quiso estudiar fue medicina y ser cirujana del corazón”. “Decía que eso o piloto, le encantaban las alturas”, rememora Alicia. En este recinto  se destacó en la Coral Universitaria dirigida por el italiano Juan Viccini y en el grupo de danza.

También se distinguió entre la vanguardia juvenil de su época,  como líder estudiantil y defensora de las causas más justas. Cuentan que durante manifestaciones de los estudiantes por las calles de Santiago, era Vilma, siempre delante,  la que portaba el banderín que distinguía a su escuela de ingeniería. Ya en  conmemoración del fusilamiento de los Ocho Estudiantes de Medicina que en apoyo al movimiento independentista puertorriqueño y su líder Pedro Albizu Campo; en protesta por la muerte del estudiante universitario Rubén Batista en La Habana, el 13 de febrero de 1953, en una  peregrinación en homenaje a Antonio  Maceo, o   repudiando el llamado proyecto del Canal Vía Cuba, que perseguía dividir la Isla en dos..

Un activismo que se acrecentó  después del cuartelazo de Batista, del 10 de marzo de 1952. Una semana después, se hizo pública el posicionamiento de la FEU frente al Golpe de Estado, tomando la firme decisión de no reintegrarse a clases hasta tanto no fueran restauradas las garantías constitucionales, cerrando sus puertas durante cuarenta y cinco días. Vilma  participa en el movimiento político en demanda del restablecimiento de la Constitución de 1940 y en todas las manifestaciones contra la tiranía.

En casa de Vilma Espín se escondió Severino Rosell,  uno de los  jóvenes asaltantes al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. También prestaron ayuda a los que se encontraban escondidos en el hospital de La Colonia Española.

Deborah, que fue  su nombre de guerra, militó en la organización clandestina Acción Nacional Revolucionaria, fundada por el líder revolucionario oriental Frank País, hasta que esta se integró  al Movimiento 26 de julio.

Luego de concluir un curso de postgrado en Estados Unidos, por orientaciones de la Dirección del Movimiento 26 de julio, hizo escala en México para entrevistarse con el líder del movimiento Fidel Castro y recibir sus instrucciones.

Bajo las órdenes directas de Frank participó en el alzamiento armado de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, en apoyo a los expedicionarios del yate Granma. Su vivienda se convirtió desde entonces  en cuartel general del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba.

En febrero de 1957, en compañía de Frank País, Faustino Pérez y otros miembros del de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, marchó al encuentro de la guerrilla dirigida por Fidel Castro, de esta para coordinar el apoyo desde el llano, y guiar al periodista del New York Times, Herbert Matthews.El 20 de julio de 1957, poco antes de ser asesinado, Frank País la nombró Coordinadora Provincial de la organización clandestina en la provincia Oriente.  Luego pasó a integrante de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio.

Luis Gálvez, compañero de lucha en la clandestinidad, contó de su serena reacción frente al peligro de que el Teniente de la policía y connotado asesino Enrique Despaigne, alias Mano Negra,  la descubriera y apresara  en vísperas de la Huelga de abril  de 1958. Ese preciso día,  el  de su 28 cumpleaños, había convocado a representantes de todos los frentes de organización del M-26-7, para  “comprobar el estado de las medidas orientadas y las acciones a desarrollar, para garantizar el éxito de los objetivos de la Huelga”. “Nos salvó a todos y confirmó su liderazgo revolucionario”, apuntó el entonces jefe del Frente Estudiantil Nacional.

Vilma se distinguió entre la vanguardia juvenil de su época (Foto tomada de Bohemia).

Por aquella actitud valiente, por “sus convicciones e inquietudes revolucionarias en el enfrentamiento sin ambages a los personeros de la dictadura”, se había ganado  un prestigio y reconocimiento, entre sus compañeros de lucha, y del mismísimo Frank País.

De modo que Vilma no fue, como se dice,  la  gran mujer detrás de un hombre inmenso.  Vilma era Vilma, antes de subir a la Sierra en junio de 1958, porque su vida corría  extremo peligro en la insurrección urbana. Brilló antes de  ser la novia de Comandante  Raúl  Castro, Jefe del  Segundo Frente Oriental Frank País.

De aquella experiencia comentó tiempo después: “fue una escuela, un inmenso laboratorio donde comenzaron las nuevas relaciones sociales y los principios de igualdad humana, de dignidad en que se funda nuestra Revolución. Se comenzó a constituir en las montañas lo que aspirábamos para todo el país".Brilló con luz propia en aquellas serranías y lo siguió haciendo después del Triunfo de Enero de 1959. Fue entonces más nítido, la significación de su nombre como “la protectora”.

“Vilma siempre estaba ayudando a todos. Hacía suyos los problemas del pueblo”. “El dolor ajeno le dolió mucho”. Son frases de Alicia que bien supo de  su entrega y dedicación  por los niños sin amparo filial, por las mujeres  en prisión, por los jóvenes en los centros de reeducación  por cuanto cubano necesitara de su ayuda, desde todas las organizaciones y  comisiones que presidía  o en las que participaba; desde la Federación de Mujeres Cubanas, el Centro Nacional de Educación Sexual, la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, el Grupo de estudios dedicado a Familia; el Centro de Estudios de la Mujer; el Grupo Multidisciplinario de enfrentamiento a la Violencia Intrafamiliar, y la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

La Heroína y fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, obraba convencida de que “La batalla por la igualdad social entre mujeres y hombres trasciende los límites de la justa e histórica reivindicación de las mujeres, porque alcanza a los hombres, a la sociedad y a la familia, se trata de una verdadera Revolución consustancial a la Revolución Socialista: transformar el pensamiento y las conductas, las pautas éticas y morales, la práctica social; transformar los esquemas mentales, echar por tierra los estereotipos sexuales en cada una de las costumbres tradicionales que rigen desde hace milenios en las sociedades clasistas, y los remanentes que aún persisten en muchas personas, para formar los seres humanos del socialismo y seguir avanzando unidos las mujeres y los hombres, con cultura, plenitud, con toda la eficiencia para volcarla, ahora y en el futuro, en cada uno de los objetivos de la gran batalla de la Revolución”.

Preceptos medulares  y recogidos en el Nuevo Código de las Familias,  al que Vilma dedicó muchas horas de trabajo, como afirman Alicia y la también cercana a  Vilma, Yolanda Ferrer Gómez.

Vilma Espín, como parte de la “Revolución dentro de la Revolución” que lideró,  al decir de Fidel, y en la conquista de toda la justicia que es objetivo supremo de esta gran trasformación, “consagró su vida a hacer realidad el elevado propósito martiano del mejoramiento humano, al objetivo de lograr una sociedad sin discriminación alguna”.
De ahí,  que el mejor homenaje que se le pueda hacer, es ponerla en actividad, dentro del pensar y el hacer de los revolucionarios y patriotas. Armarnos con su luz y sensibilidad, para defender y concretar el derecho de todos a la primavera, a florecer a plenitud  “por el bien de todos; bajo “ese sol del mundo moral”  que es la Justicia.

 


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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