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viernes, 15 de noviembre de 2024

Por un “mejor” corazón

¿Cuánto podemos hacer por nuestro corazón? Reflexionemos juntos en el Día Mundial del Corazón....

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 29/09/2013
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Día mundial del Corazón1
"Un mundo, un hogar, un corazón"

¿Sabías que la presión creada por el corazón cuando late es tan alta que si abriésemos un agujero en él podríamos ver cómo la sangre alcanza hasta 10 metros de altura?

¿Habías leído que en  cuatro o cinco minutos el llamado órgano del amor bombea la totalidad de la sangre que hay en el cuerpo, la que es 6 veces más espesa que el agua?

Podemos saber además que la media de pulsaciones de un adulto promedio es de 72 por minuto, pero el corazón puede llegar a palpitar 200 veces en una sesión de ejercicios. Dicen los expertos que, entonces, si conectáramos un corazón adulto a un camión cisterna con un depósito de 800 litros, lo llenaría en un día.

Y pregunto: ¿No nos asombra cada una de estas “capacidades”? ¿Por qué vivimos sin tenerlas en cuenta? ¿Por qué olvidamos que ese órgano que en un día late aproximadamente 100 mil veces para bombear lo que cada una de nuestras células demanda, necesita de nuestros cuidados y atenciones?

Luego vienen los análisis, los electrocardiogramas y las prescripciones médicas. Y lo que puedo evitarse queda atrás, en la vasta lista de lo que pudimos hacer y no hicimos.  A propósito del Día Mundial del Corazón, celebrado cada 29 de septiembre bajo el lema Un mundo, un hogar, un corazón, la doctora Elizabeth Rodríguez Rosales, especialista de I Grado en Medicina General Integral y en Cardiología de la unidad de cuidados coronarios del Hospital Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán señala que resulta incomprensible el hecho de que no cuidemos nuestro corazón desde edades tempranas, teniendo en cuenta lo fácil que es.

“Las enfermedades cardiovasculares ocupan en nuestro país el segundo lugar entre las causas de muerte de todas las edades, superadas por los tumores malignos desde el año pasado. Podemos hablar de insuficiencias cardíacas, de infartos del miocardio, de muerte súbita y de cardiopatías isquémicas, las que son las más frecuentes y también pueden ser evitables.

“Existen factores de riesgo modificables y no modificables. Con estos últimos, relacionados con la herencia genética, la edad y el sexo, por ejemplo, no podemos hacer mucho. Con el tiempo aparece la arterosclerosis, la enfermedad de obstrucción de las arterias, causa principal de las cardiopatías isquémicas y siendo hombre o mujer, tenemos más o menos probabilidades de padecerlas, pues nosotras contamos con la protección que nos otorgan los estrógenos hasta  después de la menopausia. Por ello, en una edad determinada, las defunciones por esta razón se igualan entre hombres y mujeres.

“Entre los factores modificables tenemos el hábito de fumar, la no compensación de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, la obesidad y el sedentarismo, la nutrición, el estrés y las dislipidemias o trastornos para el metabolismo de los líquidos”.

La sistemática realización de ejercicio físico y una dieta sana y equilibrada, con bajo consumo de sal y con la presencia de frutas y vegetales son cartas de triunfo que cada uno de nosotros tiene bajo la manga, agrega la especialista.

¿Cuán difícil puede ser esto?, reflexiona la galeno. “La prevención será siempre el mejor camino para contrarrestar las elevadas cifras que se tienen en torno a las enfermedades cardiovasculares, aunque sepamos que en las instalaciones hospitalarias de nuestro país existen los recursos y el personal capacitado para tratarlas”.

Recuerdo entonces que toda la gama de sentimientos y sensibilidades del ser humano se albergan en un órgano que es un poco más grande que nuestro puño; que los poetas llenan páginas y los cineastas abrazan metáforas para estremecernos desde el corazón y cada uno de nosotros solo tiene en sus manos la responsabilidad de prolongar sus latidos.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

Se han publicado 1 comentarios


Antonio
 30/9/13 7:51

La distancia que existe entre la piel y el corazón es de tan solo tres centímetros, sin embargo, la humanidad ha tardado tres mil años en recorrerla de una forma segura. Soy parte de un equipo quirúrgico cardiovascular y mi trabajo es disminuir esa distancia y recorrerla de una forma segura. Las enfermedades cardiovasculares "matan" cada año tantas personas en el mundo como las que murieron durante la Segundaa Guerra Mundial, y sin embargo, la humanidad no hace nada sólido para erradicar esta matanza. Mis saludos, Ana María, y mi enhorabuena por contribuir con una gotica más por difundir este tema importante y desconocido para muchos. Antonio.

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