Maternidades sororas e información, combinación exitosa para la lactancia

«La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es lo mejor para el bebé», anuncian y reiteran, una y otra vez, las instituciones de salud nacionales e internacionales.

Datos aportados por una encuesta realizada en 2019 evidenció que en Cuba la lactancia exclusiva antes de los seis meses es del 40.9%, la iniciación en el primer día de nacimiento es del 92.5% y el porcentaje de niños amamantados por primera vez durante la primera hora después del nacimiento es del 64.1%, según publicaba recientemente el portal del Ministerio de Salud Pública.

La lactancia predominante hasta los seis meses es del 54,3%, la que continua hasta el primer año de edad es del 35.3% y hasta los dos años, edad señalada por la Organización Mundial de la Salud como “mínima deseable y recomendable”,  es solo del 19.2%

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Lo que casi ninguna institución te dice es cómo lograrlo. Nadie te alerta que será difícil, que a veces será un camino cuesta arriba. Y que serán muchas las mujeres que fallaremos en el intento de lograr cumplir esa expectativa.

Yo fracasé estrepitosamente con mi primera lactancia.

Mi primer hijo nació hace 15 años, cuando en Cuba casi nadie tenía teléfonos celulares ni muchísimo menos conexión a internet a través de datos móviles que permitiera encontrar con facilidad información actualizada o redes de apoyo.

Desde la primera semana fue horrible. Los pezones me ardían con cada succión del niño. Yo tenía que morder un pañal para ahogar los gritos de dolor. Un día, cuando me soltó, Alejandro tenía la boquita llena de sangre. Mi sangre.

Cada vez que el bebé lloraba y alguien decía "tiene hambre, dale la teta" yo tenía ganas de que la tierra se abriera y me tragara. Buscaba excusas "no es hambre, seguro tiene sueño/el pañal mojado"...lo que fuera con tal de posponer la sesión de tortura en que se había convertido ese momento que todos anunciaban como una hermosa "conexión madre-hijo".

La repetida frase "lactar es amar" adquirió toda una nueva interpretación para mí, más irónica, algo como "hay que quererlos mucho para voluntariamente atreverse a pasar por esto".

Y yo amaba a mi bebé. Así que hice lo que algunas no se atreverían en mi situación: seguí lactando, a pesar del dolor. En algún momento, pasado el primer mes, todo mejoró. Dejó de doler, los pezones cicatrizaron. Aliviada, creí que podría llegar a los 6 meses.

Alrededor de los 3 meses de lactancia empecé a sentir los pechos, antes llenos y duros, ahora flácidos y vacíos. Ale lloraba de hambre. Yo de frustración. Me sentía derrotada por mi propio cuerpo.

Preparé el biberón con la ilusión de intentar la lactancia mixta. Pero, después de probar la leche aquella, Ale no quiso saber nada más de mis pechos. Se destetó solito.

Una semana después estrenaba su primer catarro. Quizás fue casualidad, pero yo me sentí culpable. Me he sentido culpable por 15 años.

LA LIGA DE LA LECHE CUBA

Las estadísticas cubanas evidencian la necesidad de un mayor apoyo a las madres que lactan, así como la de incrementar la labor educativa, pero aún resultan escasas las acciones desarrolladas por las instituciones de salud de la Isla.

Sin embargo, en los últimos 3 años, propuestas nacidas desde la sororidad femenina han comenzado a cubrir esos espacios educativos y de soporte.

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La Liga de la Leche Cuba (LCC) comenzó a desarrollarse en 2019 como una extensión de La Liga de la Leche Internacional, surgida en Estados Unidos en 1956 como organización sin ánimos de lucro, orientada a la promoción de la lactancia materna mediante el apoyo mutuo entre madres.

Micelys Torres, líder certificada de la organización en la Isla, cuenta que empezó brindando orientación en su entorno más inmediato, y que a través de grupos de Whatsapp  y Facebook se fue dando a conocer, y poco a poco se comenzaron a sumar madres que necesitaban ayuda y consejos para lograr lactancias exitosas.

Los encuentros presenciales de la LLC se vieron interrumpidos en 2020 por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, se continuó trabajando intensamente desde los espacios virtuales, añadiendo encuentros a través de Telegram para debatir, compartir información y responder dudas en tiempo real. Además, los grupos de Whatsapp funcionan las 24 horas, garantizando el acompañamiento permanente a las madres que lo requieren.

«En mayo de 2021 se acredita Hope Bastian como líder de la LCC, la primera en hacerlo desde Cuba, y a partir de ese momento hemos continuado ampliando el alcance del trabajo educativo», comenta Micelys.

«Creamos un cuarto grupo de Whatsapp, esta vez enfocado a la relactancia, pues cada vez nos llegaban más madres que querían retomar la lactancia. Ello es muestra del surgimiento en el país de una cultura pro-lactancia, que se ha extendido a través de redes sociales, en buena medida impulsada por la guía de la LCC.

«Resulta difícil precisar con exactitud el número de madres a las que ha apoyado la LCC en estos tres años de labor, porque nuestros grupos tienen mucha movilidad, muchas están solamente durante el primer año de lactancia, pero la cifra ya supera las mil mujeres a las que hemos apoyado y asesorado.

«A partir del trabajo de la LCC en la toma de conciencia sobre la necesidad de vivir una maternidad acompañada y recibir apoyo durante la lactancia materna, otras madres ya empoderadas e informadas, han creado sus propias comunidades como Maternando, La Tribu, Maternidad y Vida o uno dedicado a la alimentación complementaria con el sistema Baby Led Weaning».

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Cuando salí embarazada nuevamente, me propuse que esta vez lo lograría.

Lo primero, ahora con un teléfono y datos móviles a mi disposición, fue buscar toda la información posible sobre la lactancia, y acercarme a grupos de apoyo como La Liga de la Leche en Cuba y Maternidad y Vida. Allí, a través de la experiencia compartida por otras madres, me fui preparando para enfrentar mi segunda lactancia.

Con lo aprendido también pude entender lo que salió mal la primera vez. Supe que el mal agarre del bebé al pezón fue la causa de mi gran trauma con Alejandrito. Y que existe un proceso llamado “establecimiento de la lactancia”, en que los pechos ya no acumulan leche en exceso, y que por esa razón parecen vacíos pero en realidad somos capaces de producir la leche a demanda del bebé. Muy tarde aprendí que solo hubiera necesitado paciencia y seguir poniendo a Ale al pecho seguido para haber logrado el éxito sin necesidad de acudir al biberón que dio al traste con todo.

Leí, pregunté, vi videos y escuché las experiencias de otras madres. Absorbí tanta información como pude. Ya estaba lista para intentarlo de nuevo.

MATERNIDAD Y VIDA

Todo comenzó el 5 de agosto de 2020 como un grupo de Whatsapp para compartir tarjetones de embarazo y vacunación digitales, creado por Milene Carmona, actriz y especialista de programas y proyectos de la Dirección Municipal de Cultura en Diez de Octubre, quien no tenía idea de cuánto crecería aquel grupo y cómo modificaría su sentido original.

El grupo, que inicialmente nombró Tarjetones, mediante votación de sus miembros pasó a llamarse Maternidad y Vida. En los meses siguientes, gracias al intenso espíritu colaborativo de la comunidad, se comenzó también a compartir información científica actualizada relacionada con el embarazo, el parto y los cuidados del bebé.

«Todas la información incluye referencias y está certificada por las organizaciones de salud nacionales e internacionales (MINSAP, OMS, AEP, LLL, UNICEF, etc.), pero siempre aclaramos que aunque desde la comunidad aconsejamos y acompañamos, las recomendaciones e información que otorgamos no constituyen una valoración médica ni sustituyen una consulta con los profesionales de salud», explica Milene.

«Nos interesa defender y promover la lactancia materna y la crianza respetuosa. Apoyamos el parto humanizado y ayudamos a maternar en tribu.

«Trabajamos mucho y a diario, no sólo para que el grupo funcione sino también para que sea un espacio agradable donde las mujeres se sientan cómodas para expresarse. Nos une el deseo de apoyar la maternidad, pero no queremos limitarnos a los espacios virtuales y ya hemos desarrollado encuentros presenciales y ferias de emprendimientos.

«Sin embargo, como proyecto quisiéramos poder contar con el apoyo y respaldo del MINSAP, la Federación de Mujeres Cubanas, el Ministerio de Cultura y sueño hasta con la OMS y la UNICEF. ¡Tengo grandes expectativas e ideas!»

SEGUNDAS PARTES A VECES SON MEJORES

El inicio una vez más fue duro, también sentí dolor. Pero esta vez no estaba sola. Del otro lado del teléfono, a cualquier hora del día, incluso de madrugada, siempre hubo una mujer, muchas mujeres, que me escucharon, me aconsejaron, me consolaron y estuvieron ahí para apoyarme. Logré, con su ayuda, corregir el agarre de Dylan al pezón. Y cuando mis pechos comenzaron a sentirse “vacíos”, no me preocupé, no dudé de mi cuerpo, solo sonreí y seguí lactando más seguido.

Finalmente, pude disfrutar de "la conexión" y cumplir con mi añorada meta de lograr los 6 meses de lactancia materna exclusiva. Y no me detuve ahí, porque luego vinieron nuevas aspiraciones: llegar al primer año, etapa en la que, a pesar de la alimentación complementaria, la leche materna sigue siendo el alimento fundamental del bebé. Luego llegar a los dos años, mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Y por último, una vez alcanzadas todas las anteriores, mi última meta: llegar al destete natural del niño, cuando él esté listo y quiera finalmente abandonar la lactancia.

Yo sola no lo hubiera logrado. Lo confieso. No siempre la voluntad es la clave de la victoria. A veces, incluso procesos que debieran ser tan naturales e instintivos como amamantar, no se logran sin el conocimiento y el apoyo.  Me considero afortunada por haberlas tenido a ellas, esas mujeres increíbles, generosas y sororas que maternan en tribu conmigo.