Los halcones peregrinos estuvieron de visita en nuestro país, y entre vuelos de gran altura y sigilosas picadas, disfrutaron su estancia y supieron apreciar los encantos de La Habana Vieja.
Muchos días en horas de la tarde-noche, durante aproximadamente los meses de octubre y marzo, una pareja de halcones peregrinos se presentaban en una de sus zonas preferidas de cacería, la tan conocida Plaza de San Francisco de Asís, donde ante su visión extraordinaria revoloteaba en cantidades un vistoso animal, que representa para ellos un por ciento considerable de su dieta: las palomas.
Esta ave rapaz de gran porte, proveniente de Canadá y de Estados Unidos, es común encontrarlos migrando en Cuba entre los meses antes mencionados.
Con afiladas garras, un fuerte pico, un cuerpo compacto y muy aerodinámico, así como su característica bigotera negra, el halcón peregrino es nombrado como el animal más veloz del planeta, pues sus vuelos en picado para cazar alcanzan más de 300 km/h.
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