Según la enciclopedia Ecured, el urbanismo es la disciplina que tiene como objeto de estudio la configuración física y dinámica de las ciudades en aras de alcanzar un desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de la población.
Desde una perspectiva holística, enfrenta la responsabilidad de ordenar los sistemas urbanos así como sus actividades económicas y sociales, no solo desde la ingeniería civil y la arquitectura sino también desde el diseño, el derecho, la sociología, la geografía, la ingeniería ambiental y el paisajismo.
Por su parte, en la página web de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se especifica que el Esquema Nacional de Ordenamiento Territorial de Cuba es el instrumento de planeamiento territorial que, a partir de una visión estratégica de largo plazo, ofrece propuestas integrales de distribución de las fuerzas productivas y de ordenamiento de las estructuras territoriales de carácter socioeconómicas, político-administrativas y ambientales.
NACE EL INOTU
En enero de 2021, el antiguo Instituto de Planificación Física, fundado el 19 de mayo de 1960, pasó a denominarse Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo (INOTU), con delegaciones en las 15 provincias y en el Municipio Especial Isla de la Juventud y direcciones municipales en todo el país. La sede central radica en un inmueble de la Avenida Independencia No. 2420 entre Línea del Ferrocarril y Calle 100, en el capitalino municipio de Boyeros.
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Acerca de la misión del INOTU conversamos con la Arquitecta Ibis Menéndez-Cuesta González. La subdirectora general de planeamiento explicó que ese instituto es el encargado de trazar las políticas públicas que aprueba el Consejo de Ministros y establecer, desde el punto de vista metodológico, cómo se deben elaborar todos los instrumentos de planeamiento con vistas a fortalecer el papel de los municipios en lo referido a la planificación física.
“Desde enero se asumió una subordinación vertical, como un Organismo de la Administración Central del Estado (OACE), aunque el ordenamiento territorial y urbano sigue siendo una responsabilidad de los gobiernos locales, desde el punto de vista físico espacial, junto a las estrategias de desarrollo municipal y provinciales a los que se suman los planes de la economía. En la capacitación de esos gobiernos está la clave para que puedan usar esos instrumentos de la mejor manera”, advierte la arquitecta.
El proyecto de Ley del Ordenamiento Territorial y Urbano y la Gestión del Suelo fue aprobado durante la primera jornada del Octavo Período de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 21 de diciembre de 2021.
Acerca de los beneficios que traerá la legislación, cuando entre en vigor, señaló la arquitecta: “La Ley no va a ser la varita mágica que nos va a resolver todos los problemas pero si va a ayudar a que las personas entiendan qué hacemos y dónde estamos. Se modificó el término Planificación Física porque existía desconocimiento sobre su significado”.
La subdirectora general de planeamiento del INOTU especificó que “el cambio de nombre obedeció a que haya una mayor identificación con la disciplina, con la labor que hacemos (ordenamiento territorial y urbano). Al no contar con una Ley nos regíamos por acuerdos, por un Decreto de los años 70, muy obsoleto y que además no lo regulaba todo.
“Nosotros emitimos las políticas públicas y otros OACE tienen la responsabilidad de gestionarlas e implementarlas: los intendentes, gobernadores, las asambleas municipales, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los Ministerios del Interior, la Agricultura, la Construcción, Educación y Educación Superior, de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, las Oficinas del Historiador y el Conservador y el resto de los organismos que influyen en el ordenamiento territorial y urbano”.
La nueva Ley establece también las responsabilidades de la ciudadanía, de los administradores de entidades estatales, privadas y de los nuevos actores económicos.
“Algo muy importante, y que los diputados de la Asamblea elogiaron mucho, es que la Ley establece la obligatoriedad de que las personas tienen que participar y las pautas de cómo será esa participación.
“Quien convoca a la elaboración de un instrumento de ordenamiento territorial y urbano es el gobierno local, para poder conformar los equipos de trabajo con todos los actores: el que suministra el agua, la energía, los servicios, con la presencia de la comunidad a la que se le tiene que rendir cuentas e informar de cómo se van implementando todos los procesos”.
Como mensaje final, la arquitecta recuerda un eslogan que los urbanistas cubanos han usado desde hace algún tiempo: “Entre todos hacemos ciudad. Asumamos ese reto”, concluye la especialista.
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