¿Cesárea? Solo si es necesaria…

Cuando se avecina el momento tan anhelado de dar a luz, no pocas mujeres se dejan dominar por los temores y piensan que la realización de una cesárea es la mejor opción, pues no sentirían dolor y su bebé llegaría al mundo sin sufrir los traumas propios del parto.

Sin embargo, si no es necesaria ante la existencia de determinados requisitos o en casos de emergencia, la cesárea, en tanto intervención quirúrgica que permite el nacimiento a través del abdomen mediante un proceder seguro, implica riesgos. No está exento de ellos un parto fisiológico o vaginal, pero someterse a una cirugía “por capricho” no puede ser el modo de actuación, sobre todo cuando se mantiene una relación muy estrecha con tristes indicadores como los de la mortalidad y morbilidad maternas.

 Si se detecta un cambio de posición de la criatura a última hora, si se diagnostica placenta previa o su desprendimiento prematuro, si se espera un bebe muy grande o se pronostica un sufrimiento fetal por disimiles causas; si la madre porta el virus del Sida o padece de diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías o en caso de inducción, no queda otra salida. Estos son algunos de los criterios que determinarían la práctica de una cesárea, sin ignorar cualquier otro tipo de situación que se genere y represente un peligro para ambos. 

Claro que los obstetras deben estar cada vez más preparados y dominar al detalle la fisiología del parto, perfeccionar sus técnicas y habilidades, y no lanzarse por el camino más “fácil”. Así se evitarían complicaciones asociadas per se a la cirugía como: sangramientos, afecciones por el uso de la anestesia, infecciones, entre otras, y la más grave: la muerte de la madre.

Ciertamente, no todas las mujeres están, fisiológicamente, preparadas para recibir a su hijo o hija a través de un parto vaginal, y en ese caso, la cirugía estaría justificada. Pero no puede ser el argumento económico, como sucede en otros países, o el simple deseo de los progenitores, lo que determine su realización. No pocos alegan que ciertas patologías se evitan si el bebe llega al mundo por esta vía, pero si estas son de origen genético o metabólico, no es la cesárea la que evitaría las consecuencias.

Países desarrollados y en vías de desarrollo estudian, incluso, posibilidades y tests que permitan que una madre que dio a luz por primera vez mediante una cesárea, pueda recibir a sus posteriores hijos a través del parto vaginal. No es la recomendación común, pero querer contribuir a un cambio con respecto a ella, denota el interés creciente por los especialistas por reducir las cesáreas cuando no son estrictamente obligatorias. También Cuba perfila sus investigaciones para lograrlo, aunque por el momento solo insiste en un lapso de tres años como mínimo entre un embarazo y otro, si el primero fue a partir de este tipo de cirugía.

Mientras, se sugiere mantener hábitos de vida saludables, planificar los embarazos y acudir al médico a tiempo para detectar cualquier situación de riesgo que requiera tratamiento o un mínimo de prudencia. Se fomenta el acompañamiento en el parto por la pareja o cualquier otro familiar y se respeta todo el cronograma de atención del Programa Materno Infantil de nuestro Sistema de Salud para evitar a toda costa que madre e hijo corran peligro.