Todos los 25 de noviembre la ruta entre el parque del Quijote hasta 23 y Malecón ve interrumpida su tráfico. Más perturbados, quizás, son los rostros de todo el que observa, transeúnte casual de ese momento. Una marcha, jóvenes cantando, en sus hombros un yate Granma y en sus cantos la revolución.
Un poco raros los rostros de esos transeúntes que ven pasar al grupo. No hay policías deteniendo el tráfico, no hay separadores, parece, dirían, bastante improvisado. A ese grupo lo miran con sospecha, algo distinto habita ese aire.
Mientras, al yate Granma lo cargan todo tipo de jóvenes, un grupo en específico, el Proyecto Nuestra América los convocó, pero ahí caminan las chicas de Cimarronas, Los Pañuelos Rojos entre otros. E incluso la UJC ha dicho presente porque todo homenaje (digno) a Fidel merece su presencia, como debe ser.
Y así la caminata, un micrófono conectado a una pequeña bocina y los demás a pecho desnudo. Y en cada pausa, alguien agarra ese micro y se dirige al público. Ahí comienza el látigo, coge su dosis el capitalismo, la misma dosis el patriarcado, pero también el burocratismo, el desdén, los facilismo y el peor parado de todos, el imperialismo.
Grita quien quiere y le ponen las flores al yate aquellos que lo desean. No hay nadie mirando, solo, quizás, el mar. Y luego, el barco al agua. Siempre con algo de tensión.
Es difícil lanzar la réplica al mar, más de lo que cualquiera imagina. Las olas que golpean con fuerza la roca a esa hora de la tarde lo impiden. Ha pasado de todo cuando el barco cae al agua, los que han marchado en ocasiones anteriores lo saben. –Necesitamos un ingeniero naval- bromean algunos. Y el Granma, finalmente, cae al agua.
No navegó esta vez viento en popa, el oleaje y las rocas le impidieron salir de la orilla. Unos minutos después ya era parte del fondo marino. Aquel barco parece que año tras años se niega a navegar. No quiere dejar la tierra y eso está bien. Que se siga fundiendo con el mar, a la vista de aquellos que lo han revivido, aunque sea por unos minutos.
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
(Pedro Pablo Chaviano/Cubahora)
Karla Díaz Estévez
4/12/22 22:44
Es una pena no haberme enterado y no haber ido.
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