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jueves, 26 de diciembre de 2024

Un despertar verde olivo en Santiago de Cuba

Hay ciudades que llevan consigo muchos hijos de esta estirpe. Tal es el caso de Santiago de Cuba, una ciudad rebelde por naturaleza,donde sobresalen algunos nombres de ilustres patriotas...

Arnaldo Alfredo Delgado Fernández en Exclusivo 30/11/2024
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Alzamiento del 30 de noviembre
Alzamiento del 30 de noviembre

Hay hombres que no se conforman con ver su patria pisoteada, y se convierten en líderes de movimientos revolucionarios, políticos o militares. Pasando a las páginas más gloriosas de la historia de una nación y en ocasiones hasta de un continente.

Pero hay ciudades que llevan consigo muchos hijos de esta estirpe. Tal es el caso de Santiago de Cuba, una ciudad rebelde por naturaleza, y aunque es cierto que sobresalen algunos nombres de ilustres patriotas como los Maceo, Gillermón Moncada, Quintín Bandera y muchos otros. No caben dudas que la generación encabezada por el joven maestro Frank País García, fue protagonista de la mejor herencia rebelde de la nación cubana. El solo hecho de mencionarla obliga recordar las acciones del 30 de noviembre de 1956.

De ninguna manera la “Ciudad Indómita” sería sumisa a la situación económica, política y social que había impuesto el dictador Fulgencio Batista en la isla caribeña. Así aquel 30 de noviembre la ciudad se vistió por primera vez de verde olivo con el brazalete rojo negro, y se levantó en armas bajo la dirección del Movimiento 26 de Julio. Su objetivo era apoyar el desembarco del Yate Granma que había zarpado desde Tuxpan, México, con ochenta y dos expedicionarios a bordo, liderados por el joven abogado Fidel Castro. Que nuevamente se empeñaba en la empresa de la libertad cubana.

Ya estaba acordada la clave para iniciar las acciones y llegaría a Frank en telegrama con el texto “Obra pedida agotada”. Lamentablemente el yate se retrasó hasta el dos de diciembre por las inclemencias del tiempo y la caída al mar del expedicionario Roberto Roque. Pero esto no empañó la epopeya llevada a cabo por la heroica ciudad de Santiago de Cuba. Que durante las acciones entregaba al altar de la patria la sangre de tres de sus más amados hijos, Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada.

No había temor a la muerte si el premio era la independencia definitiva, y bajo estos principios, un pueblo henchido de coraje atacó la cede de la Policía Nacional y la Policía Marítima. De igual manera en el Instituto de Segunda Enseñanza alrededor de una veintena de jóvenes combatían contra esbirros de la dictadura batistiana. Lo significativo es que solo doce de ellos eran miembros del movimiento 26 de julio. El resto se había sumado voluntariamente a la lucha contra el régimen en el propio momento de las acciones. Otra de las acciones planificadas no tuvieron el éxito esperado, tal es el caso del hostigamiento al Moncada, que fracasa a consecuencia de la captura y encarcelamiento de sus principales líderes.                        

Los jóvenes del movimiento logran incursionar en la cárcel de Boniato y facilitar la fuga de algunos revolucionarios presos por su participación en acciones para derrocar la dictadura que sumía al país en la miseria y la servidumbre al vecino del Norte. Las acciones de aquel día demostraban que la sed de libertad e independencia definitiva, era el clamor de todo un pueblo y no de solo un sector de la sociedad. Reafirmaba la capacidad militar y el liderazgo político de Frank País y el compromiso con los destinos de la patria del Movimiento 26 de Julio.  

 


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Arnaldo Alfredo Delgado Fernández

Universidad de Oriente


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