Los hermanos Bouza Miranda son modelistas navales, y diez de sus piezas se encuentran en instituciones museables de la capital cubana. Pero, el mayor reto de sus carreras no fue construir la réplica del San Idelfonso, el Santísima Trinidad o las de los cuatro navíos habaneros que participaron en la batalla de Trafalgar.
El destino les deparaba a estos hermanos pinareños una tarea titánica. El Comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba les pidió una réplica del yate Pilar, en menos de dos meses. ¿Por qué surgió la idea? ¿Cómo pudieron cumplir con la inmensa tarea? Una maqueta en tiempo récord.
La idea de un Comodoro
El Comodoro José Miguel Díaz Escrich quería hacer algo diferente en la celebración por el 30 aniversario del club. Y se le ocurrió una idea:
«Es tradición en todos los clubes náuticos del mundo tener como un pequeño museo naval de los barcos históricos de sus clubes. Siempre quisimos tener barcos que significan parte de la historia naval cubana.
Era un sueño tener al Pilar, pero fue ahora por el 30 aniversario. Por eso, contactamos con Yosniel. Es una réplica a escala con todos los detalles para conseguir que fuera una pieza museable.
Además de su significación para el club, el yate Pilar está considerado por muchos historiadores como uno de los cuatro yates más famosos en la historia de Cuba.
¿Contento con el resultado final?
Es una pieza museable. Para que una maqueta de este tipo sea museable, tiene que reunir todos los requisitos de la pieza original. Es un orgullo para nosotros contar con una réplica que forma parte de la historia de Cuba. Nunca dudamos sobre el resultado final.»
Dos guajiros en acción
Los hermanos Yosniel y Yosnardy son dos guajiros de Mantua en Pinar del Río. La condición de habaneros adoptados no les ha hecho perder ese sentido de humildad que viene de la familia. Dos cubanos sencillos que hacen del modelismo naval un arte.
Y después de varias obras realizadas tendrían el reto más difícil: construir una réplica de un yate famoso en solo 59 días. ¿Sería posible? Yosniel cuenta la historia:
«Llevábamos algún tiempo sin hacer ningún modelo desde que empezó la pandemia. Y nos llama el Comodoro para decirnos que quería una réplica para el 30 aniversario del club. No se me olvida que a la entrada de la institución tenían un letrero que decía: Faltan 59 días.
No teníamos planos, no teníamos nada. Solo algunas imágenes que buscamos en internet. Le dijimos que sí, pero sabíamos que el tiempo estaba muy limitado.
¿Qué hicieron?
No podíamos perder tiempo. Al otro día ya estábamos en Finca Vigía tirándole fotos al yate original. La directora de Finca Vigía nos dio la posibilidad, porque el museo estaba cerrado al público, y pudimos tirar fotos, hacer mediciones.
Comenzamos a trabajar los planos, y esa tarea tardó casi 20 días. Porque nadie calcula la importancia que tiene la realización de los planos en el resultado final. Después a trabajar en la maqueta. Nos cogía las doce de la noche trabajando. Incluso, recuerdo que un día nuestra madre fue al cuarto de trabajo a las 12:30 de la noche, y nos preguntó hasta que hora estaríamos trabajando, sino pensábamos ir a dormir. Terminamos tres días antes del treinta aniversario.
¿Que representa para ustedes hacer la réplica de un yate tan famoso y que tanta relación tiene con Cuba?
Nosotros habíamos hecho barcos que no existen hoy en día, del siglo XVIII y el siglo XIX, pero hacer un barco que el original esté en Cuba, constituye un reto mayor. Habíamos hecho una réplica del buque escuela Simón Bolívar, pero ese barco está en Venezuela. Este está aquí, es de nuestra historia. Es un barco muy seguido en el mundo.
¿Es la réplica más grande que han realizado?
Este yate se hizo 1 en 10. Es la escala más grande, que no quiere decir que sea el más grande que hemos hecho. Porque nosotros hicimos el Santísima Trinidad que tiene 1, 26 metros, pero la escala es 1 en 75 porque aquel era un barco muy grande. Este tiene 1,19 metros, pero tienes que trabajar todos los detalles. Ha sido el barco de más detalles que hemos tenido que hacer. Desde las letras, las cositas más significativas hay que ponérselas. Todo lo que sea perceptible al ojo humano tienes que hacerlo.»
Yosniel y Yosnardy se muestran contentos con el último de sus hijos navales. Tienen sueños como modelistas. Quisieran hacer una réplica bien grande, o las de alguno de los barcos rusos que marcaron la historia. Pero se sienten contentos con el récord que poseen. Hicieron la maqueta del yate Pilar en solo 56 días. Ni el aventurero Hemingway lo hubiera creído.
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