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jueves, 21 de noviembre de 2024

Flores a un héroe

La desaparición del “Señor de la Vanguardia” fue motivo de profunda tristeza en cada uno de los sectores revolucionarios del país, que cubrieron con flores las costas de la mayor de las Antillas...

Arnaldo Alfredo Delgado Fernández en Exclusivo 28/10/2024
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Camilo Cienfuegos foto
Camilo Cienfuegos foto

La Historia de Cuba se ha caracterizado por la limpieza moral de sus principales representantes. No con esto pretendemos afirmar que son seres inmaculados o nada por el estilo. Pero sin dudas, nuestros héroes y mártires han marcado su paso por la tierra, no solo con su valor y patriotismo, sino también con sólidos valores humanistas y patrióticos.

No son seres ni de mármol ni de bronce, tampoco semidioses como el mítico héroe griego, Aquiles. Son la encarnación de un pueblo, víctima durante siglos de difíciles procesos históricos, matizados por la dominación, la explotación y la falta de independencia. De ahí la empatía líder-pueblo que ha caracterizado cada uno de estos procesos hasta concretarse la definitiva independencia.

Uno de estos héroes, que son la fiel representación de las aspiraciones de un pueblo, lo fue Camilo Cienfuegos. Si preguntáramos a cualquier cubano por el “Héroe de Yaguajay”, lo primero en recordar a parte de su probado valor y patriotismo, será su carácter jovial, jaranero y esa sonrisa que siempre dibujó la felicidad en su rostro.

No por ser el último expedicionario del Granma, su valor fue menos, todo lo contrario. Su jocosidad y hasta en ocasiones indisciplinas, fueron convirtiéndolo de un joven fogoso con sed de independencia, en uno de los líderes indiscutibles del proceso revolucionario en la Sierra Maestra. No en balde Fidel Castro lo consideró su principal hombre de confianza y el comandante Ernesto “Che” Guevara trabaría una sólida y sincera amistad con el mismo, al punto de nombrar Camilo, a su primer hijo varón en honor al entrañable amigo.

Una vez triunfada la Revolución cubana, Camilo como hombre de confianza de Fidel es designado para tomar la principal fortaleza militar de Cuba, el cuartel de Columbia, sede del Estado Mayor del Ejército, en La Habana. Lo anterior debido al peligro del establecimiento de un nuevo gobierno anticonstitucional en Cuba, tras la huida de Batista.

Lo que era un peligro eminente a partir de que el Ejército batistiano seguía indicaciones del embajador norteamericano Earl T. Smith, que había condicionado de conjunto con el general Cantillo, la libertad de cientos de presos políticos entre los que se encontraba Ramón Barquín, hombre de confianza de Washington, que  trata de establecer relaciones con Fidel para que aceptara el cargo de Primer Ministro del gobierno provisional. Lo que solo era una estrategia para desarticular la triunfante revolución ya que se negaba a entregar los mandos militares al Ejército Rebelde. 

Pero Camilo Cienfuegos en pocas horas, el dos de enero logra desarticular el macabro plan. Lo que permitió que al siguiente día fuera designado por Fidel como Jefe de todas las fuerzas de Tierra Mar y Aire de La Habana, mediante la Orden militar No. 1. Así también participará en el acto de bienvenida de la Caravana de la Libertad. Donde el líder histórico de la Revolución en muestra de confianza y respeto mutuo, le pregunta durante su discurso, “¿Voy bien Camilo?” y este contesta afirmativamente, demostrando la sincronía de principios y objetivos revolucionarios entre ambos; “Vas bien Fidel”.

Una vez establecido el gobierno revolucionario es nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, donde desempeña numerosas tareas a favor de la Revolución. Así el 20 de octubre de 1959 recibe la noticia de la traición de uno de los comandantes del Ejército Rebelde, Hubert Matos, que tenía bajo su mando el cuartel Agramonte en Camagüey. Camilo logra capturar al traidor sin siquiera disparar un tiro, pero lamentablemente, en uno de los viajes de regreso del Camagüey, el héroe del pueblo desaparece físicamente consecuencia de un accidente aéreo el 28 de octubre de 1959 con apenas 27 años.  

La respuesta del pueblo cubano ante la noticia de la irreparable pérdida, no se hizo esperar. La desaparición del “Señor de la Vanguardia” fue motivo de profunda tristeza en cada uno de los sectores revolucionarios del país, que cubrieron con flores las costas de la mayor de las Antillas, sitio donde reposan los restos del héroe del pueblo. Lo anterior no fue solo cuestión de una vez, sino que se convirtió en una tradición transmitida de generación en generación que como muestra del respeto a su legado se reúnen cada 28 de octubre a las orillas del mar para honrar a Camilo y su imperecedero patriotismo.    


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Arnaldo Alfredo Delgado Fernández

Universidad de Oriente


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