Los XVI Juegos Olímpicos de la Era Moderna tuvieron lugar en la australiana ciudad de Melbourne, con la participación de 539 atletas procedentes de 67 países entre ellos 363 mujeres. Por primera vez una ciudad de Oceanía era anfitriona de la magna cita, ya que anteriormente estas se habían escenificado en América y Europa. Bueno es aclarar que los eventos ecuestres se efectuaron en Estocolmo, Suecia, debido a reglas australianas de cuarentena.
Los Juegos se efectuaron desde noviembre 22 hasta diciembre 8 de 1956 y esta fecha, distinta a las habituales, fue debida a la situación geográfica del país sede, en el hemisferio sur del globo terráqueo. A la inauguración en el Memorial Cricket Ground, adaptada para la ocasión, acudieron 110 000 personas.
Cuba figuró en cinco deportes, representada por 15 hombres y una mujer, los cuales compitieron sin éxito alguno en atletismo (2), gimnástica (1), natación (2), remos (9) y yatismo (2). La nota más destacada en nuestra delegación la constituyó la presencia de Bertha Díaz, primera cubana que participaba en olimpiadas.
Bertha corrió los 80 metros con vallas y resultó eliminada en semifinales, en las que cruzó la meta con tiempo de 11,2 segundos, válidos solo para un quinto lugar. La cubana había clasificado en sus dos heats eliminatorios con 11,4 segundos. Su compañero de vallas Evaristo Iglesias corrió peor suerte, pues en su primera serie clasificatoria se fue de la competencia.
Rafael Lecuona, único competidor en gimnástica, terminó en la plaza 52 en total de ejercicios; y los nadadores Manuel Sanguily (200m pecho) y Raúl Martín (400 y 1500 libres) tampoco tuvieron acceso al medallero, aunque Sanguily se coló en la final en la que terminó séptimo con marca de 2:42:00 minutos.
En remos el cuatro sin timonel integrado por Enrique Hernández, Orlando Lanza, Luis Olivera y Joaquín Pérez no rebasó el repechaje que lo llevaría a la final. Similar suerte corrió el cuatro con timonel tripulado por Virgilio Ara, José Hurtado, José Roa, José Romero y Enrique Torres.
Por último, en yatismo, el Kurush IV tuvo que afrontar serios desperfectos que no le permitieron ir más allá del sexto lugar en las competencias de clase Star. A bordo estuvieron los hermanos Jorge y Carlos de Cárdenas Plá.
Aunque algunos periodistas cuestionaron el escaso número de deportistas enviados por Cuba, la realidad es que, para la época en que vivíamos, no era de asombrar la exigua cantidad de atletas de la delegación cubana ya que ese era el viaje más lejano y costoso en el que nuestro país pudiera participar.
DOS DE ORO PARA LATINOAMÉRICA
En relación con la participación de América Latina y el Caribe, vale destacar dos auténticos valores del área: Joaquín Capilla, de México y Adhemar Ferreira Da Silva, de Brasil, quienes fueron los únicos latinoamericanos que ganaron medallas de oro en esta isla continente llamada Australia. Capilla obtuvo su galardón en el clavado, plataforma de 10 metros, mientras que Ferreira Da Silva repitió la medalla de oro que había ganado en Helsinki 52 en la especialidad de triple salto. En Melbourne su presea dorada la consiguió rompiendo el anterior record olímpico, que también era de él. Por último, solo resta añadir que Chile ganó dos medallas de plata y Argentina una, las cuales fueron las únicas plateadas que obtuvo América Latina en estos Juegos.
TRIUNFO PARA LA URSS
La tabla general de medallas fue encabezada por los atletas de la delegación soviética, que en su segunda presentación en los Juegos hicieron trizas los sueños de Estados Unidos, echando por tierra el reinado olímpico de los sobrinos del Tío Sam al ganar 37 medallas de oro, 28 de plata y 31 de bronce por 32-25-17 los destronados estadounidenses.
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