Se le enfrían los bates

A maderazos, Industriales alisó su camino en la fase regular, se sostuvo en los peores momentos y clasificó a la postemporada. A maderazos, superó con menos complicación de lo previsible a Cienfuegos en la primera ronda de la postemporada.

Cuando los bates se enfrían, es gélido el sudor de los técnicos y los aficionados. Nada, dígase pitcheo o defensa, puede aupar a estos Industriales. Y el DT Lázaro Vargas lo sabe. Él mismo ha apostado todo por la ofensiva. Todo, hasta ahora, en los play offs, enfocado a querer armar un line up más equilibrado, esto es, menos ofensivo.      

A maderazos, ganó el quinto juego de su duelo con Matanzas y se colocó a un triunfo de la final de Cuba. Mas, pese a ello, hoy suda frío la dirección de Industriales y sus parciales. Y si no, deben hacerlo.

Ante un pitcheo en verdad mediocre, por mucho que se empeñe el DT Víctor Mesa en tapar sus lunares, Industriales ha tenido una ofensiva en verdad mediocre, por mucho que se empeñe alguien en demostrar lo contrario.

Han sido el staff —Odrisamer Despaigne en primer término— y el bullpen, no el bateo, los que tienen a los Leones al punto del rugido de campeón occidental. Los lanzadores han permitido tres carreras por juego, 15 en 5, versus Matanzas, en tanto la ofensiva ha construido poquísimo más de cuatro, 21 en 5 (en la primera ronda de la postemporada el margen fue mayor: 26 carreras anotadas y 17 permitidas en cinco juegos).

Más llamativo aún es la cantidad de indiscutibles y extrabases conseguidos. Frente a Cienfuegos, de 56 hits, 10 fueron dobles, uno triple y cuatro jonrones, en cinco juegos. Contra Matanzas, en esa misma cantidad de desafíos, de 44 indiscutibles, siete resultaron biangulares y cuatro vuelacercas.    

El bajón de Yasmani Tomás es uno de los lastres causantes del declive defensivo colectivo.

Bateó el muchacho de 20-8, con tres jonrones, dos dobles y cuatro impulsadas, en cuartos de final. Y en semifinal estuvo de 13-1 (jonrón, dos impulsadas) en cuatro juegos —no alineó de titular en el quinto, y cuando compareció de emergente lo transfirieron por decisión técnica del DT Víctor Mesa.

Raiko Olivares, Fran Camilo Morejón y Carlos Tabares también disminuyeron sobremanera sus aportes ofensivos, en tanto Irait Chirino, el primer bate, tuvo un OBP de apenas .125 en los dos últimos juegos disputados en el Latinoamericano, producto de un hit en ocho comparecencias al bate.

Luego de conectar 12 indiscutibles en el primer desafío semifinal, Industriales no volvió a batear diez en ninguno de los juegos siguientes, hasta el lunes. Y aunque en el quinto produjo esa cantidad, uno fue por dentro del cuadro (no se desenvolvió bien la defensa), otros dos los colocaron “con la mano” en el jardín derecho, y seis se lo repartieron a partes iguales dos hombres, Juan Carlos Torriente y Serguei Pérez.       

Encima de ello, el equipo no ha apelado al hit and run, toques de bola sorpresivos e intentos de robo de bases, jugadas que les ayudaron a lograr marcadores ganadores en cuartos de final y pueden practicar con regularidad.  Encima de ello, Lázaro Vargas se resiste a alinear a un equipo tan ofensivo como en el inicio de la temporada.

Y así y todo, marchan delante 3-2 en el duelo por el acceso a la final nacional. Pero, ojo. Este miércoles, y el jueves si fuera necesario (a no ser que la lluvia los retrase), se disputarán los partidos seis y siete, y en ellos Industriales se presentará sin Odrisamer Despaigne, inhabilitado por el resto del duelo, debido a la cantidad de pitcheos que realizó en el partido del lunes.

Dependerá más, por tanto, de su ofensiva, la que los trajo hasta aquí y que, ante el pitcheo de Matanzas, se ha enfriado. Lenta y sutilmente,  peligrosamente también.