Realmente, siempre me han decepcionado esos partidos de fútbol en los que el músculo le gana el duelo al arte. Y así catalogo lo que aprecié este martes en el juego entre el local Cuba y Nicaragua, en la segunda fecha del grupo B, en la zona A de la Liga de Naciones de CONCACAF.
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La sede fue la candente cancha sintética Antonio Maceo, de Santiago de Cuba. No hubo tranquilidad alguna. Unas tras otras se sucedían las patadas, especialmente en el complicado mediocampo que es donde se ganan los partidos.
Ora una zancadilla, ora un empujón o un agarre de camiseta para detener un avance, lo cierto es que el árbitro canadiense Pierre-Luc Lauziere marcó la friolera de 31 faltas -12 para los locales y 19 para los nicas-, lo cual mostró el registro de 12 tarjetas amarillas, repartidas en seis para cada dotación.
Brilló por su ausencia el arte de tocar la pelota, ningún equipo podía completar cuatro pases contínuos y el balón jugaba más afuera que dentro de la cancha. Partido para el olvido.
Pero entre patadas y empujones, llevó la mejor parte el elenco nicaragüense, que con este empate se quedó como líder del grupo con cuatro puntos. Cuba marcha tercera (2).
Los cubanos comenzaron el encuentro con la novedad de que la figura del partido anterior, el portero Raiko Arozarena, -logró mantener el 0-0 contra Jamaica con seis atajadas-, no pudo jugar, pues pidió permiso al director técnico Yunelys Castillo para reportarse con su equipo, Las Vegas Lights, de la segunda categoría profesional de Estados Unidos.
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El primer gol llegó de penal en el minuto 41, cobrado por Karel Espino, volante de contención del Comunicaciones guatemalteco, luego de una infracción cometida por el defensa Christian Reyes sobre el cubano Dariel Morejón, tras una serie de rebotes en el área después de un tiro libre desde el costado izquierdo cobrado por Dayron Reyes, volante del club Inter de Miami, en la MLS.
Pero a partir de ahí, Cuba, se "escondió" sobre la cancha para aguantar el resultado. Y una vez más, pagó caro ese argumento.
Tanto arremetió Nicaragua en el segundo tiempo, que la posesión de la esférica le favoreció 66-34.
Los Leones del Caribe, preparados para el contragolpe, tuvieron en el minuto 69 la jugada más clara de asegurar el triunfo. El centro delantero Maykel Reyes remató, solo frente al portero Manuel Rodríguez, un centro largo al área que mandó al lado contrario del arco.
Pero los nicas no cejaron en el empeño y siguieron pisando el área chica. El árbitro Lauziere concedió seis minutos de tiempo agregado. Y en el 96', apenas a 40 segundos de su silbatazo final, una desatención defensiva cubana les catapultó hasta el empate.
El extremo derecho Luis Fernando Coronel habilitó dentro del área, y con una pared de espaldas, a Widman Talavera, quien venció al portero cubano Ismael Morgado tras una salida precipitada.
La selección absoluta cubana volverá a la cancha en esta Liga de Naciones en el próximo mes de octubre, con doble partido frente al conjunto de Trinidad y Tobago.
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