La lucha cubana, que se puede decir oficialmente vio la luz casi a mediados del 2006, acaba de tener una nueva oportunidad para continuar su indiscutible crecimiento deportivo.
Atrás acaban de quedar 43 los torneos internacionales Granma-Cerro Pelado, celebrados en el majestuoso coliseo de la Ciudad Deportiva, y ello dio la posibilidad del necesario roce con figuras de más allá de nuestras fronteras.
El primer lugar, enseguida abundaremos en el tema, correspondió esta vez a las muy fuertes canadienses, nación que cuenta con competidoras de primer nivel, gracias a su cosecha de tres medallas de de oro, cuatro de plata y dos de bronce.
Esos tres éxitos de las norteñas correspondieron a Jessica MacDonald (división de los 51 kilogramos), tercera en los Campeonatos Mundiales de Estambul, Turquía 2011; Michelle Fazzari (59) y Erica Wiebe (72).
A continuación se ubicaron las cubanas, con 2-2-2, gracias a las coronas obtenidas por Yamilka del Valle (55), y Cándida de Armas (67); Argentina (2-1-0) y Ecuador (0-0-1).
Se debe apuntar, por cierto, que Del Valle continúa sus progresos, señal de haber dejado atrás una lesión en una rodilla, a tono con su expediente de monarca en el panamericano del deporte de Maracaibo, Venezuela, 2009, y ser una de las principales cartas de nuestro país. Y Armas, claro está, le mandó su imaginario telegrama a los entrenadores: “Estoy aquí…”
Es oportuno apuntar también que la porfía, ahora en su cuarta edición para mujeres, no tuvo una amplia participación internacional: únicamente salieron a los dos colchones 21 representantes de las de cuatro naciones antes mencionadas.
OTROS ENTRELONES
La cosecha de las cubanas pudo ser mayor, de no haberse visto afectada por dos aspectos.
Uno de ellos es la convalecencia, por una operación en el menisco de la rodilla izquierda, de la estelar Katherine Vidiaux, campeona de los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México 2011, y muy sorprendente quinto lugar en los Campeonato Mundiales de Moscú 2010. En aquella ocasión, como se recuerda, dejó a un lado su condición de debutante en esas lides, y terminó rozando las medallas.
El otro es haber tenido que dejar sin exponentes a dos de las divisiones, debido a que no se tenían pagadas las licencias a la Federación Internacional de Lucha Asociada (FILA), tema que se resolverá ya en breve de cara a otros cercanos compromisos, como el panamericano del deporte, y la clasificatoria con vistas a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Hubo algo que no me agradó de lo visto desde una silla cercana a los colchones: la forma clara en que perdió su combate nuestra Liseth Echevarría (72), campeona de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, contra la canadiense Erica Wiebe, en definitiva oro en una división en la cual solo hubo tres contendientes. Se le vio a la criolla, quizás se pueda resumir así, sin recursos.
Lo más preocupante es que ella es una de las tres posibles principales cubanas para los Juegos Olímpicos de Londres, en unión de Vidiaux y Del Valle.
Es hora de los técnicos estudiar todo lo ocurrido…
Y a propósito: Elio Garraway, desde hace cuatro meses en funciones de jefe de entrenadores, se mostró en sentido general satisfecho con lo ocurrido durante dos días en el coliseo de la Ciudad Deportiva, según declaró para los lectores de Cubahora.
“El grupo va bien, con mucha disciplina y deseos de victoria. Nos ha venido perfecto combatir contra luchadoras de otros países”.
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