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domingo, 24 de noviembre de 2024

Los Gallos necesitan pulir sus espuelas

Sancti Spíritus está fuera de la zona de clasificación de la Liga Occidental y necesita alisar sus espuelas tan pronto como ahora...

Rafael Arzuaga Junco en Exclusivo 07/03/2012
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Frederic Cepeda y Yuliesky Gourriel
A los Gallos les ha faltado ofensiva... y algo más (Juan Moreno Hernández / Cubahora)

Incluso en las malas Series Nacionales abundan las emociones durante las fases preliminares. Por más que las critiquemos, por más que nos aburramos las más de las veces con muchos juegos de pelota, por más que nos fastidiemos por la “constancia” de los males del pitcheo, el bateo y la defensa…, el camino que va de las inauguraciones al final de las etapas de calificación nunca es monótono y rompe, casi siempre, los muchos pronósticos previos a la competición.

La Serie 2011-2012 —desconozco si es la peor de todas, 51 es un número mayor que yo, por tanto no las he visto todas— no es excepción de esta regla. La estampida de Matanzas hacia una cota inédita, la carrera de Alfredo Despaigne a por una temporada fabulosa y el arribo de Enrique Díaz al liderazgo del top ten de hits conectados en Cuba, son algunos de los varios sucesos que seducen y suscitan la atención de los aficionados.

El gran rendimiento de Las Tunas, la posibilidad de que Pinar del Río se convierta en el tercer equipo eliminado al siguiente año de coronarse (después de Holguín e Industriales), el vaivén de Santiago de Cuba —con la sangría que provocan muchas lesiones—, la actuación del lanzador yumurino Jorge A. Martínez, la debacle del pitcheo de Artemisa y el casi no hit no run de Odrisamer Despaigne son otros de los acontecimientos extraordinarios de la ordinaria pelota que se juega esta campaña.

Casi seguro otras historias están por acontecer. Y creo yo que, al menos de una, Sancti Spíritus será protagonista. Basta mirar la tabla de posiciones, ahora que comenzó la cuenta regresiva del calendario, y pillar fuera de la zona de clasificación a los Gallos, uno de los grandes equipos señalados por muchos como seguro clasificado y hasta aspirante de fuerza al título.

Con el quinto revés de su as Ismel Jiménez, frente a Holguín el martes, los espirituanos están cinco victorias por debajo de .500, juegan exactamente para .462 (30-35) y se han alejado del cuarto lugar, Pinar del Río (33-33), una selección con otro hálito en los últimos compases, que ha firmado el obituario de Metropolitanos.

Armado con un line up fortísimo, aún sin su hombre proa Robersis Ramos, baja por lesión, el equipo del DT Ruperto Zamora solo batea .268 y, aunque es cuarto en cuadrangulares (65), es apenas noveno en carreras anotadas, que al fin y al cabo son las que definen los triunfos y reveces. 

Fabricar marcadores ganadores, precisamente, ha sido el principal handicap de esta selección. Y en ello ha influido su .278 de promedio ofensivo con hombres en base, solo superior al de Artemisa (.247), Camagüey (.274) y, sí, Cienfuegos (.276); el décimo puesto en estafas (26 en 47 intentos), pese a tener jugadores que podrían intentar y lograr más robos de bases; y el mal año de sus dos jugadores estrellas.

Yulieski Gourriel acumula 27 extrabases (11 dobles-16 jonrones) y 55 impulsadas —comenzó la campaña con una proyección de 100 impulsadas—, pero su .305 de average y el .404 de porcentaje de embasamiento (OBP) en el cuarto turno son números por debajo de su clase, que lastran las oportunidades del equipo.

Frederich Cepeda, que ha jugado 51 partidos, diez menos que el mejor de los Gourriel, promedia .275, con 16 conexiones de más de una almohadilla (7-2-7) y 34 remolques, cifras indigentes para el más popular de los peloteros cubanos, que batea tercero en el line up.

Téngase en cuenta que en la Serie de Oro, por ejemplo, Gourriel, autor de 43 extrabases (21-2-20), promedió .339, tuvo OBP de .436 y se ponchó solo 17 veces (ahora ya se ponchó en 29 turnos). Y Cepeda, que disparó 56 (25-3-28), promedió .397, tuvo un OBP de .518 y un OPS (OBP + Slugging) de 1. 292 (por .433 y .884 ahora).

Yenier Bello y Eriel Sánchez no han podido tapar la “escasez” ofensiva del dúo, porque para lograrlo deberían, sencillamente, tener temporadas con números iguales o parecidos a los mejores de Yulieski y Cepeda, y ello no es nada sencillo.

Los dos receptores se han combinado para 68 impulsadas, una cifra nada despreciable. Bello, al que se le veían fibras para estar a estas alturas en el equipo Cuba, tiene 11 jonrones y va camino de igualar o superar los 19 de hace un año; y Eriel, que jugó 66 partidos y conectó 11 cuadrangulares en la Serie 50, ha desaparecido 11 pelotas en 61 partidos de la LI.

Sin embargo, esta ayuda no ha bastado para hacer carburar un line up sin piezas de recambio importantes en el banco y en el que únicamente Yunier Mendoza (.342 de average) ha rendido homogéneamente de noviembre a principios de marzo.

Pueden buscarse explicaciones en la defensa, esa pésima defensa de .966, que le ha abierto el home plate a 44 anotaciones sucias, y con  problemas graves en el cuadro interior. Excepto el segunda base José Ramón Alfonso —.982— y el inicialista Yunier Mendoza —.986—, ningún otro jugador de cuadro fildea por debajo de .950 (dos botones de muestra: Orlando Acebey juega para .950 en 321 lances repartidos entre la parada corta y la esquina caliente; y Gourriel para .930 en 200 lances, todos en tercera base).

Pueden buscarse explicaciones en el pitcheo colectivo, cuya efectividad es de 4.16 y le batean para .279; o en el bullpen, cuarto con menos entradas trabajadas (178 y dos tercios), que es castigado con fiereza (le batean .298, con 22 jonrones y les han anotado 104 carreras limpias) y tiene 5.24 de promedio de carreras limpias.  

Pueden buscarse explicaciones en estos indicadores y no se encontrarán. La mayoría de estos escandalosos números no son los peores del campeonato y algunos, incluso, son mejores que los de selecciones sólidamente establecidos entre las cuatro primeras posiciones de sus divisiones.

Si bien puede tener un rendimiento bastante uniforme en los tres renglones más importantes del juego, ha sido —y es— la ofensiva su principal argumento para figurar en los pronósticos como uno de los aspirantes a luchar por la corona.   

Ahora bien, a mi modo de ver, Sancti Spíritus, junto con la baja ofensiva de su alineación, sufre una crisis de identidad o como quiera llamar usted, lector, a la falta de confianza en sus posibilidades, a la carencia de suficiencia para ganar hasta cuando las cosas no van bien, a la falta de seguridad en sus talentos, en sus fuerzas.

Estas carencias, descubiertas ya en las postemporadas, ahora parecen ser también un lastre en el camino a los play offs.

No hay más que verlos jugar. No parecen disfrutar los partidos ni siquiera cuando tienen ventajas ganadoras. Sí, es complicado disfrutar el juego de pelota en momentos de slump colectivo, pero hundirse en esas circunstancias solo se les perdona a Holguín o Metropolitanos, a los equipos chicos.

El cataclismo que ahora viven las huestes del DT Ruperto Zamora es consecuencia directa, me parece, de las insuficiencias arriba referidas, el bajón de la ofensiva colectiva no es más que un aderezo.

Para ser grande, no basta contar con nombres ilustres o con tener el respeto de los contrarios. Para ser grande es necesario tener gallardía, empaque, orgullo, carácter, arresto…, es necesario ser tan irreverente como el Pinar del Río campeón en 2011 —para citar solo un ejemplo.

Y, durante esta temporada, hasta hoy 7 de marzo de 2012, Sancti Spíritus, amén de los fallos de sus aptitudes, no ha tenido ni esas, ni otras actitudes.

Lástima, porque por su historia reciente, por plantilla, por el linaje de Cepeda, Yulieski e Ismel, Sancti Spíritus debe agarrarse, con las uñas si es preciso, al propósito de ganar, ganar y clasificarse.

Un propósito aún al alcance que, si lo consiguen, alisará las espuelas de los Gallos y convertirá en más competitiva la valla en que se convierte la postemporada de la pelota en Cuba.

Sigamos entonces el rastro en las próximas semanas de este equipo con 31 partidos por disputar, para tener de primera mano los pormenores de su rendimiento. A partir de las circunstancias actuales, si se hunde o emerge al fin, igual será uno de los sucesos extraordinarios de la pelota ordinaria que se juega en la Serie.


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Rafael Arzuaga Junco


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