Ciego de Ávila, Villa Clara, Las Tunas, Granma y Santiago de Cuba tienen una verdadera guerra en la Liga Oriental por cuatro puestos en la clasificación. Todos tienen un pie en los play offs, ninguno está seguro, y el orden allí quizás deberá esperar a la última jornada, después de una apasionante carrera (bueno, del lobo un pelo: eso es lo menos que nos puede deparar este torneo de tan poca calidad).
Más emocionante en el Este, que en el Oeste, se antojan las últimas tres semanas de la Serie Nacional de Béisbol 51 y, supuesto está, las atenciones y titulares de la prensa bailarán al son de los desempeños de estos equipos, si bien no se podrá perder de vista cómo se ubican, finalmente, Matanzas, Industriales, Cienfuegos y Sancti Spíritus, los cuatro del Oeste que tienen los dos pies en la postemporada.
Hay, al margen de esas batallas, otras cruzadas también interesantes por los títulos individuales en las principales estadísticas de bateo, el departamento del juego que más expectativas suscita.
Alfredo Despaigne y José Dariel Abreu son los dos bateadores con más opciones de hacerse con la distinción de Jugador Más Valioso en la temporada y ello es así porque los dos, puntales en los pasos de sus equipos, se disputan los jonrones y carreras impulsadas, dos de los departamentos más importantes.
Despaigne (392 comparecencias, 300 veces al bate), con 33 cuadrangulares y 93 anotaciones remolcadas, lidera estas estadísticas, aunque no muy lejos de Abreu (350 comparecencias, 256 veces al bate), segundo con 29 y 89.
Pese a su mejor frecuencia, es complicado —no imposible— que el primera base de Cienfuegos alcance al jardinero de Granma, que desaprovechó tres días en el Mártires de Barbados contra el pitcheo de Mayabeque para romper la marca de bambinazos en la pelota cubana (el récord, 33, data de la Serie de Oro y está en poder de Yohenis Céspedes, aunque el líder en esa lid fue Abreu, que botó esa misma cantidad de Mizuno 150, igualó el récord y necesitó menos veces al bate).
Ninguno de los dos, sin embargo, puede darse el lujo de desaprovechar muchas oportunidades de remolcar, porque impulsar es una acción más veleidosa, que no depende enteramente del potencial de estos jugadores, y cuatro de diferencias se pueden borrar, o ampliar, en dos o tres juegos de pelota.
En estas disputas individuales, no caben más bateadores, salvo que Yulieski Gourriel (341 comparecencias, 276 veces al bate) regrese del descanso con el bate ardiendo. El tercera base de Sancti Spíritus acumula 22 vuelacercas y 80 impulsadas, dos guarismos extraordinarios pero fuera de la órbita armada.
Más abajo aparecen, en jonrones, Héctor Olivera (17), que no jugará más en el torneo; William Luis (17), Alexander Guerrero (16), Edilse Silva La O (16), Lisbán Correa (15), Alexei Bell (15) y Yosvani Peraza (15), jugadores con una cota fija en los 20 cuadrangulares.
Y, en impulsadas, que tiene un cota inmensa (111, de Alexei Bell desde la XLVII Serie), le siguen Yordanis Samón (70), Alexander Malleta (67), Danel Castro (67), Edilse Silva La O (67), Serguei Pérez (64), Yurisbel Gracial (60) y William Luis (59).
HITS
Diez jugadores tienen más de un centenar de indiscutibles e Irait Chirino atesora 100 exactamente. Al frente de la lista aparece Yordanis Samón con 112, uno más que Yordan Manduley y Roberto Carlos Ramírez (111), principales aspirantes a consagrarse como el campocorto del Equipo Todos Estrellas.
Más retrasado aparecen jugadores a los cuales no se les puede descartar para ganar esta corona, Rusney Castillo y Alexander Ayala (106); y, con menos posibilidades, están Danel Castro y Guillermo Heredia (104), Yoelvis Leyva y Alfredo Despaigne (102), más Rudy Reyes (101).
Casi 13 años cumplirá el récord, a menos que alguno de estos beisbolistas batee 153 y destroce los 152 conectados por Michel Enríquez en la XXXVIII Serie.
DOBLES
Dominan dos jardineros, Yuniet Flores (25) y Rusney Castillo (24), Ariel Pestano sonó 23, en tanto 22 tienen Raúl González e Irait Chirino, 21 Yadiel Hernández, y 20 los pinareños Osniel Madera y Lázaro Emilio Blanco.
Lo único que puede escribirse a esta altura es que la marca para una Serie Nacional —39, del pinero Michel Enríquez en la XLVIII Serie— tendrá otro año más de vida.
Ahora bien, señalar un líder, a tres semanas (16 juegos para el que más, para el que menos 11) de terminar el calendario regular, es un apuro innecesario. Mejor es estar atento a lo que sucederá.
PROMEDIO OFENSIVO
José Dariel Abreu tendría que abanicar tanto como crea posible para intentar alcanzar a Despaigne en el liderazgo de jonrones y desperdiciar muchos, muchísimos turnos al bate, para no ceñirse la corona de bateo por segunda temporada sucesiva.
Su promedio, .383, aparece bien arriba de los tres siguientes en el top ten: Rudy Reyes (.356), Danel Castro y Yordan Manduley (.355). Y es “imposible” de alcanzar para Samón (.349), Roberto Carlos (.348), Yunier Mendoza (.345), Olivera (.341) y Despaigne (.340).
Eso sí, por vez primera en cuatro años el líder no bateará .400 o más. Después de Yoandry Garlobo (.398) en la XLVII Serie, Michel (.401), Despaigne (.404) y el propio Abreu (.453) superaron la fabulosa cifra.
El average más alto de la historia, en un Serie Nacional, es del tunero Osmani Urrutia, que compiló .469 en la XLIII Serie.
CARRERAS ANOTADAS
Granma es el equipo que más anotaciones produce (impulsa 460, anota 490). Por ellos, no extraña ver en la cima de las carreras anotadas a dos alazanes, Ramón Tamayo y Despaigne, cada uno con 78, distantes aún de la marca cubana, en poder de Enrique Díaz (100) desde la XLII Serie.
Cerca están Rusney Castillo y Guillermo Heredia, con 72; en tanto acumulan más de 60 Yurisbel Gracia (68), Ramón Lunar (64), Alexander Malleta (63) y José Dariel Abreu (62). Completan el listado de los diez más anotadores Irait Chirino (59) y Yadiel Hernández (58).
BASES ROBADAS
Es una de las asignaturas pendientes de la pelota en Cuba, a pesar del ligero incremento en esta temporada, en la que la Mizuno 200 y la elevación del box a 15 pulgadas obligó a los directores a ordenar el robo de base con mayor frecuencia.
El capitalino Enrique Díaz se robó 55 almohadillas e impuso récord en la XXXII Serie, y al siguiente año estafó 53, pero desde entonces no se volvió a superar la barrera de 50 bases robadas.
Ahora, los cienfuegueros Lázaro Rodríguez y Yoelvis Leyva, con 27 y 22, en ese orden, más Rusney Castillo, 21, y Yuniet Flores, 20, resultan los que más burlan la vigilancia de los lanzadores y receptores.
El resto de los “infractores” que más veces logran sus objetivos son Giorvis Duvergel (18), Andrés Quiala (14), Yordanis Samón (14), Alexei Bella (14), Yunieski Larduet (13) y David Castillo (12).
TRIPLES
Este redactor no considera importante este departamento, pero la carrera por ganarlo está bien cerrada entre Bárbaro Erisbel Arruebarruena y Guillermo Heredia (8), Lázaro Rodríguez y Ariel Sánchez (7).
El récord (13), como se conoce, duerme apacible, imperturbable en las vitrinas del matancero Wilfredo Sánchez desde la VIII Serie.
BASES POR BOLAS
Alexander Malleta (83) y Despaigne (82) se escaparon de Abreu (69), Ramón Tamayo (67), Enrique Díaz (62), Frederich Cepeda (59), Eliut Torres (58), Yadiel Hernández (58), Ramón Lunar (55) y Andy Zamora (55).
Juan Manrique, receptor de los equipos de Matanza, recibió 105 en la XLII, una cifra inalcanzable hasta la fecha.
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