Llegó a suelo afgano el 7 de octubre de 2001 convencido de dos cosas: 1) Iban a eliminar a los criminales que proyectaron aviones sobre las torres gemelas de Nueva York, ergo: Al Qaeda, y 2) El triunfo sería inmediato. Tener el mayor y mejor dotado ejército del mundo sirve para ganar ¿no? Pero hoy, 17 años más tarde, en una Tonawanda tan fría como la de sus abuelos, lee con sorpresa en distintos medios que las tropas norteamericanas no tienen ninguna perspectiva de éxito.
Cuando comenzó a perder sus criterios de superioridad sobre el terreno, el mismo Ryan, ya promovido a oficial, supo que los talibanes sumaban unos 15 000 en todo el inmenso territorio centroasiático. Hoy se estima son más de 60 000 esos insurgentes con el control de algo por encima del 60 % del espacio geográfico de su país.
La guerra más larga librada por EE. UU. en toda su historia se agudiza. Donald Trump vierte fuego sobre gasolina al ordenar un aumento de las tropas, desdiciéndose del declarado propósito de una retirada completa de efectivos. Algo similar hizo con respecto a Siria. El presidente, además, ordenó incrementar los castigos aéreos y el resultado fue un obvio crecimiento de víctimas civiles y destrucción de las pobres y muy maltratadas infraestructuras previas o las malhechas por empresas norteamericanas, demolidas como lo que eran: castillos de arena.
Con su teatral grandilocuencia, Trump envió la ridícula e inútil superbomba. Esa o cualquier elemento de los surtidos arsenales norteamericanos no tuvieron alcances positivos en términos militares y mucho menos humanos. De inicio, o ahora mismo, hay pruebas de eso. La Misión de las Naciones Unidas en Afganistán situó el actual como uno de los años más trágicos dentro de este conflicto, debido a las 1692 víctimas civiles (de ellos, 157 mujeres y 363 niños, solo en los seis primeros meses del 2018, cifra en ese semestre superior al compararlo con los registros del último decenio).
La estrategia de Trump, aparte de usar más soldados Ryan o Smith, John o Rock, incluye presiones intensas sobre Pakistán, país decisivo en la logística para abastecer a las tropas en suelo afgano, pero maltratado por la Casa Blanca durante los tres últimos mandatos. Islamabad colabora a regañadientes, y las posiciones belicosas de la actual administración con actores regionales como Irán o Rusia le añaden complejidad a un asunto sumamente embrollado.
El optimista vicepresidente Mike Pence creyó que la victoria sobre los talibanes estaba “más cerca que nunca”, pero es obvia su equivocación, y también pudiera serlo no tomar en serio la oferta de los talibanes, que el pasado año en una carta propusieron negociar. “Si desean un diálogo pacífico con los afganos específicamente, y con el mundo en general, hagan que su presidente, los congresistas beligerantes y los funcionarios del Pentágono comprendan esta realidad y le obliguen a adoptar una política racional hacia Afganistán” —plantearon en la misiva, donde recordaron que si la guerra duraba cien años más el resultado sería el mismo que se está constatando, pese a “la nueva estrategia de Trump”.
En la práctica, Estados Unidos o varias de sus figuras del Pentágono han sostenido diálogos con los talibanes (no se olvide que estos oponentes fueron obra de la CIA en los 80, para, como dijera Zbigniew Brzezinski, provocarle un ruinoso Vietnam a la URSS). Esa fuerza beligerante se supone sufrió modificaciones al haberse convertido en una resistencia a los invasores de su suelo nativo.
Los contactos ocasionales previos con entes estadounidenses parecen haberle dado motivos a los talibanes para ofertar un diálogo de envergadura capaz de finiquitar este largo drama. Pero EE. UU. no tomó el guante y ha sido Rusia —otra vez— la gestora de una reunión con representantes paquistaníes, funcionarios oficiales afganos y miembros de la cúpula talibán, bajo la atenta mirada de naciones aledañas de muchas formas concernidas por los malos influjos de esta larga contienda.
La primera reunión internacional sobre Afganistán ocurrió en Moscú y con asistencia de “…una delegación del Buró político talibán, con sede en Doha…”, según consignara Serguei Lavrov, anfitrión del encuentro, fundamentado en el criterio de que solo un acuerdo político negociado puede resolver el agudo dilema.
En la mesa de negociación, estuvieron presentes cuatro miembros del Consejo para la paz de Afganistán, cinco representantes talibanes, otros paquistaníes “y hasta funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Moscú”, relata una nota de Página 12.
“La participación en esta reunión de un organismo gubernamental afgano y de los talibanes es una contribución importante a la creación de condiciones favorables al lanzamiento de negociaciones directas”, dijo a su vez Lavrov, sin ignorar que el radical movimiento condiciona todo diálogo a la retirada de las tropas extranjeras.
Los informes de prensa señalan, asimismo, que el portavoz de los talibanes, Mohamad Abas Stanikzai, aclaró que ellos no piensan entenderse con las autoridades instaladas en Kabul: “No reconocemos como legítimo al actual Gobierno de Afganistán, porque no fue elegido por el pueblo sino que llegó a la sombra de la invasión”.
Pretenden, eso sí, tratar con Estados Unidos, en definitiva el verdadero conductor de una realidad múltiple y tremebunda, con extremos como tener a la mitad de la población sin trabajo —provocando una emigración inmensa y trágica— o el crecimiento del negocio de las heroína, resucitada con la ocupación y abriéndole una siniestra ruta al narcotráfico.
Además, el Daesh o califato islámico se ha introducido en este territorio y complicado las cosas en términos actuales o posteriores. Solo ese detalle hace recomendable buscarle final a un prolongado e irresponsable lance, de tan atroces consecuencias.
Posdata: los participantes del diálogo acordaron mantener el formato de la reunión y, eventualmente, repetirla, en busca de soluciones solventes.
senelio ceballos
16/11/18 7:21
Saludos Lic.Elsa..Esa reunion casi en SECRETO...solo posaron para fotos conjuntas......Se supo que ya no son 60 000 efectivos armados......Algunos expertos aquí les calculan el doble..........Otros en 150 mil si se suman las milicias regionales armadas de autodefensas........Como segunda cuestion que salio aqui a la luz en....www.Estrella roja.ru....Una agencia con sus estaciones de radio, prensas y Tv especializada en ciencias y tecnicas militares.........Dijo.....Los soldados de EU estan / viven hace ya mucho tiempo como en islotes aislados y cercados con alambres y cazamatas.........El trafico de narcoticos ha subido desde el momento de CCCP abandonar afganistan en 6-8 veces.......Otro punto muy peligroso....QUE solos unos 120-150 kilometros de las fronteras que cuidan los soldados rusos junto otros ejercitos amigos y aliados de la region.....[PAISES DE DEFENSA COLECTIVA.....todos los ex-sovieticos, menos azervaichan que despues de los conflictos en los 90 de KARABAJO se retiro de sus aliados y mantiene relaciones economico-culturales PERO NO MILITARES....[ESTA FUERA DE BLOQUE],,,Es algo parecido a nuestra Spain y los paises de nuestra L.América.......Los turcos dicen.......Azerviachanos y turcos..somos el mismo pueblo viviendo en diferentes paises....MUCHOS PELOTONES DEL EGIL-islámico radicalista han formado sus campamentos de entrenamientos , muchos preceden desde Siria,irak y libia..........RECUERDAN aquel discurso de Bush........Voy a atacar a Benlady. en afganistán..CONMIGO o CONTRAMI!!!!!!!.......cont
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