A casi un año de la intentona de golpe de estado, los esfuerzos del gobierno Sandinista por estabilizar la economía y recuperar la paz están dando resultado. No obstante, existe un minúsculo grupo de oposición reaccionario ligado a la derecha nicaragüense más recalcitrante y financiado desde el exterior, que apuesta por generar violencia en las calles como ocurrió el pasado sábado 16 de marzo.
Estos grupos no tuvieron nunca, o perdieron progresivamente, el apoyo que en algún momento alcanzaron gracias a la manipulación mediática de sus noticias falsas. Se comprobó este sábado, cuando salieron a manifestarse sin el permiso requerido por la ley nicaragüense. El objetivo: generar zozobra cuando en el estadio nacional se realizaba un juego amistoso entre una selección de Puerto Rico y otra de la sede anfitriona.
Ese evento de índole internacional tuvo de antemano el rechazo de los elementos que dentro y fuera del país quisieron boicotearlo, pues era expresión de una normalidad en regreso. Pese a todo, la jornada deportiva fue un éxito y prueba que en Nicaragua se continúa trabajando por la estabilidad para todos los nicaragüenses.
UN DIÁLOGO DONDE CABEN TODOS
El más reciente proceso de negociación y diálogo con todos los sectores más representativos a nivel nacional, son otro contexto sobre el cual quisieron influir los promotores de la violencia del sábado 16 de marzo. Esas acciones expresan el rechazo a las conversaciones, algo típico del conservadurismo golpista y su desinterés por todo razonamiento. En abril del 2019 convirtieron el entonces Diálogo Nacional en un espectáculo propagandístico, asegurando que se trataba de una mesa de rendición. Quisieron repetir el ardid.
El gobierno sandinista, al contrario, en una muestra de buena voluntad y disposición a concertar intereses, liberó a más de un centenar de presos que habían estado ligados a los hechos de violencia, sobre todo en los meses de abril a julio del año pasado, cuando fallecieron 199 personas.
EN DEFENSA DE LA PAZ
Desde enero a la fecha, se discutió en el seno de las familias nicaragüenses una propuesta de ley de Cultura de Paz y Reconciliación, que luego fue aprobada por la Asamblea Nacional con el nombre de Ley para la Cultura de Dialogo, Reconciliación, Seguridad, Trabajo y Paz, que expresa la vocación del pueblo nicaragüense en la búsqueda de la Paz necesaria para seguir construyendo un país donde todos estén incluidos en un proyecto de justicia social y democracia económica con soberanía y autodeterminación.
Desde que en el 2007 el Comandante Daniel Ortega, liderando al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) regresó a encabezar el gobierno, comienza un avance en términos de crecimiento y redistribución de la riqueza, reducción de la pobreza y la extrema pobreza, inversión social, educación y salud gratuitas, entre no pocos aspectos. Esta ley que se inspira en los valores culturales de los nicaragüenses, es hija de los beneficios entregados por el gobierno Sandinista en los 12 años recientes y guía para avanzar en los nuevos desafíos en todos los ámbitos.
La intentona de golpe de estado del 2018, dañó, pero no pudo frenar el regreso a la seguridad social y el progresivo retorno al crecimiento económico.
Cada uno de estos intentos para desestabilizar al país, están enmarcados en una estrategia geopolítica más amplia, contra los gobiernos revolucionarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela. El objetivo del imperio norteamericano es borrar de la geopolítica latinoamericana y caribeña, el ejemplo de soberanía y autodeterminación de estos tres pueblos que, aunque con el viento en contra, continúan luchando contra un imperio que pretende adueñarse a plenitud del hemisferio.
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