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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Elecciones en Estados Unidos: lo de nunca acabar

Si votar ha sido complicado en Estados Unidos este martes, lo que está por venir apunta a un mayor embrollo...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 04/11/2020
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EEUU elecciones
Aun no se conoce quién será el presidente de los Estados Unidos por los próximos cuatro años.

Estas líneas, escritas sobre las 3 am de este miércoles, esperaban pacientemente en la canana del autor por el pronunciamiento público de Donald Trump en torno al conteo de votos finalizado en plena madrugada, y al que se sabía haría obligada referencia en su aparición en la TV desde la Casa Blanca.

Según los medios de presa que siguieron minuto a minuto la concurrencia de los norteamericanos a las urnas, varios Estados de la Unión anunciaron que no darían resultados hasta por lo menos el viernes próximo, debido a que falta la revisión de las boletas enviadas por correo desde hace semanas, y que en todo el país suman millones.

Por otra parte, hasta donde se informó de lo ya contabilizado, el demócrata Joe Biden marcha al frente en materia de votos electorales al acumular unos diez puntos de ventaja sobre el actual presidente (tal como rezaban previas encuestas), y colocarse a una treintena de proclamar su victoria.

 De manera que, si bien nada está decidido hasta este instante, lo aparentemente sensato en un mandatario y candidato responsable, sería explicar claramente al público tal entramado y llamar a la calma en espera de que los mecanismos electorales y judiciales cumplan su trabajo.

  Sin embargo, y con cara de pocos amigos según criterio de no pocos observadores, el señor presidente y candidato a una segunda ronda de gobierno, dedicó sus minutos en la tribuna a resaltar algunas de las cifras parciales que le han favorecido, y a partir de ahí insinuar que su continuidad al frente de la Casa blanca es un hecho consumado y que solo “un vergonzoso fraude” diría lo contrario.

En pocas palabras, se centró únicamente, en una trastornada alocución, en añadir leña al fuego, alebrestar a sus más belicosos seguidores, y ahondar las dudas en torno al sistema electoral gringo.

Y dijo más, porque ya aseguró que no solo “habrá que custodiar los resultados” de esta todavía inconclusa contienda que él personalmente parece dar por finiquitada, sino que, de hecho, remitió verbalmente a la Corte Suprema la tarea inminente de designar al presidente de la nación, en clara referencia a que fomentará un rollo judicial de alto nivel para que no se reconozca otra victoria que la suya propia.

Un paso este último que explica su reciente premura por completar la membresía del gran jurado con una magistrada representante de su tendencia política, y asegurarse de esa forma mayoría republicana en el “magno estrado”.

En conclusión, una verborrea alejada por completo de la realidad vigente en medio del proceso eleccionario de este martes 3 de noviembre, y que reitera la valía del título de “peor presidente en la historia norteamericana” que no pocos de sus conciudadanos le han conferido.

“Luego de mí el caos”, reza una frase muy conocida en nuestro repertorio criollo, sin embargo, en el caso tan peculiar que nos ocupa, cabe tal vez la modificación de “Conmigo, antes y después, el dislate vigueta”, porque sencillamente el ocupante de la Oficina Oval quiere seguir al timón a toda costa y a todo costo, aunque la sacrosanta democracia Made in USA se vaya a pique.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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