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sábado, 16 de noviembre de 2024

Estados Unidos ante el espejo

Apuntes sobre cómo ven los estadounidenses su país...

Dalia González Delgado en Exclusivo 01/08/2018
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EE.UU frente al espejo
La mayoría de los estadounidenses creen que han logrado el “sueño americano” o están en camino de lograrlo. (Roberto Garaicoa Martínez / Cubahora)

Aunque venden una imagen de bienestar social e igualdad de oportunidades, Estados Unidos tiene la segunda tasa más alta de pobreza entre los países ricos. Al menos eso fue lo que concluyó un informe publicado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Debido a sus riquezas y los altos estándares de vida en algunos casos, unido al mito del “sueño americano”, muchos estadounidenses consideran que el suyo es uno de los mejores o el mejor país en el mundo para vivir. De acuerdo con una encuesta del Pew Research Center –Tanque Pensante con sede en Washington D.C.–, más de ocho de cada diez (85 %) opinan que Estados Unidos “está por encima de todos los demás países del mundo” (29 %) o que es “uno de los países más grandes, junto con otros (56 %)”.

Según un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 23,1 % de los niños estadounidenses vive en la pobreza. Otros reportes sitúan la cifra un poco más baja, alrededor del 20 %, pero ambos números son más altos que en otros países de economías avanzadas. Para los menores negros e hispanos la situación es aún más crítica (36 % y 31 %, respectivamente).

Los estadounidenses gastan cerca del 17 % del PIB en atención médica, con un costo anual per cápita de más de 9 400 dólares. Según el informe de la OCDE, publicado en 2016, esa cifra es 1 600 mayor que la del segundo país que más gasta, Luxemburgo. Pero más gasto no significa mejor calidad en los servicios médicos. De hecho, cuentan con menos personal y camas de hospital que la mayoría de las otras naciones incluidas en el análisis.

Son también la única economía avanzada que no cuenta con una cobertura de salud completa para su población, y se destaca como uno de los pocos países donde la mortalidad materna ha aumentado, en lugar de disminuir, durante los últimos 15 años.

A pesar de todo eso, la mayoría de los estadounidenses creen que han logrado el “sueño americano” o están en camino de lograrlo. Según el citado estudio del Pew, solo el 17% considera que ese “sueño” está fuera del alcance de su familia.

El “sueño americano” tiene diferentes significados para ellos. La mayoría dice que debe incluir la “libertad de elección sobre cómo vivir” (77 %), “tener una buena vida familiar” (70 %), y “la capacidad de retirarse cómodamente” (60 %).

Ese mito fundacional defiende la idea de que todos tienen la oportunidad de alcanzar una vida mejor; por lo tanto, quien no logre triunfar es porque no trabajó lo suficiente o carece de capacidad. Por eso no sorprende que muchos no tengan problemas con la existencia de una pequeña clase extremadamente rica; lo que quieren es unirse a ella.

Pero lo cierto es que la movilidad social es cada vez más difícil. Aquellos que ganan muy poco dinero en sus primeros trabajos probablemente todavía lo hagan décadas después, y aquellos que comienzan a ganar salarios de clase media transitarán caminos igualmente limitados.

A esas conclusiones llegaron Michael D. Carr y Emily E. Wiemers, dos economistas de la Universidad de Massachusetts en Boston, quienes utilizaron datos sobre ganancias para medir cuán fluidamente las personas suben y bajan en la escala de ingresos a lo largo de sus carreras.

“Cada vez es más probable que, sin importar cuál sea tu formación académica, dónde empiezas es lo que va a determinar dónde terminas”, dijo Carr a The Atlantic.

A pesar de que las cifras prueban que no hay tanta igualdad como les gusta pensar, el “sueño americano” sigue enraizado, pues ha servido para estimular el chovinismo que conduce a la idea de que Estados Unidos tiene el derecho a ejercer su dominio sobre el resto del mundo.

Algunos, como el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, tienen claro que se trata de un mito. “Ya no somos la tierra de oportunidades que nos gusta pensar”, ha escrito y repetido en múltiples entrevistas. “A pesar de las anécdotas de que la gente pobre se enriquece, en general las posibilidades de vida de un joven ciudadano estadounidense dependen más del ingreso y la educación de sus padres que en cualquier otro país industrial avanzado del que haya datos”.


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Dalia González Delgado

Profesora e investigadora del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.


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