Invitada por el gobierno de Venezuela, la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, viajó a la nación suramericana, antecedida por una delegación de ese órgano esperada en Caracas este domingo.
El presidente Nicolás Maduro, y su canciller, Jorge Arreaza, convidaron a la ex presidenta chilena a visitar el país, castigado por sus diferencias ideológicas con Estados Unidos (EE.UU.) con sanciones económicas en su afán de asfixiar al pueblo, desestabilizar el gobierno y acabar con el proceso socialista, acatando órdenes de los capitales del Fondo Monetario Internacional y el City London.
Bachelet hizo alusión a su estancia durante su discurso sobre la situación en el mundo, la pasada semana, en la que se informó que el Consejo de los Derechos Humanos de la organización mundial volverá a tratar con mayor profundidad la situación en Venezuela.
Al intervenir ante el Consejo, en Ginebra, Suiza, la ex mandataria chilena reconoció que la realidad en Venezuela "ha sido agravada por las sanciones", en alusión al bloqueo económico y las medidas financieras impuestas desde 2015 por EE.UU. y sus países aliados en su afán por crear la desestabilización política en la nación suramericana.
EE.UU. retiene 38 000 millones de dólares pertenecientes al estado venezolano al confiscar el dinero de la filial petrolera PDVSA en ese país, lo que es calificado por economistas como un robo de las finanzas de un estado a otro, en violación de las leyes internacionales.
La demanda del gobierno de Maduro para recuperar ese dinero ha sido expuesta en foros nacionales e internacionales, en los que ha exhortado a la comunidad mundial a rechazar las agresiones de la poderosa potencia norteña.
Tales agresiones en una guerra para ellos no declarada, dañan directamente a la población venezolana al no permitir al Estado el acceso a créditos en el sistema financiero internacional, lo que impide la importación de productos básicos y medicinas, entre otras necesidades sociales.
En su invitación a Bachelet, el canciller Arreaza le solicitó constatar la realidad que el país está viviendo para que compruebe las falsedades presentadas por las grandes corporaciones mediáticas, que incluso reconocieron al autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó, como si no existiera Maduro, electo en las urnas con un 68% de la aprobación popular.
Arreaza manifestó a la Alta Comisionada en Ginebra su preocupación por las constantes y repetitivas amenazas intervencionistas de parte de Washington a su país y las pérdidas millonarias ocasionadas por la administración de Donald Trump, dispuesto a acabar, dijo, con los procesos socialistas de América Latina.
A cuatro días de la visita del personal de la ONU, un sabotaje cibernético a la empresa eléctrica de Venezuela dejó a oscuras la mayor parte de la nación. El hecho ocurrió poco después de que el congresista norteamericano Marcos Rubio, asesor de Trump para América Latina, anunciara en su cuenta en las redes digitales que algo grande sucedería en la nación suramericana, lo que demuestra la participación en el atentado de EE.UU. y su régimen ultraderechista.
DELEGACIÓN DE LA ONU EN VENEZUELA
El equipo de la ONU que antecederá el previsible arribo de Bachelet está integrado por cinco personas cuyo objetivo es la elaboración de un informe sobre los acontecimientos en Venezuela, bajo el acoso de la derecha internacional y sus grupos de poder.
Los funcionarios recorrerán las ciudades de Caracas, la capital, Valencia, Barquisimeto. Se plantea que de manera eventual podrían llegar hasta Puerto Ordaz, durante una permanencia de 10 días.
Según las oficinas de la ONU, luego elaborarán un documento de resultados sobre las condiciones existentes para la llegada de Bachelet.
Informaciones de la multinacional de noticias TeleSur indican que entre los objetivos de los visitantes se encuentran la verificación de las denuncias de sectores opositores al gobierno sobre la supuesta crisis humanitaria.
También incluirán en los puntos en consideración, temas de salud, alimentación, libertad de expresión, conflictividad social, vulneración de derechos laborales y violación de los derechos humanos.
Está previsto que el grupo se reúna con representantes del gobierno y organizaciones civiles.
Para Bachelet, en referencia a los agresivos planes estadounidenses, apoyado por regímenes conservadores de la región, ¨la situación (…) ilustra claramente la manera en que la violación de los derechos civiles –como bloquear a un país- puede acentuar un declive de los derechos económicos y sociales¨.
¨La cris política, económica y social en Venezuela fue exacerbada por las sanciones internacionales¨, dijo en su informe la Alta Comisionada.
Este sábado, millares de venezolanos respondieron al llamado de Maduro de manifestarse contra el anuncio de las sanciones impuestas por el entonces presidente Barak Obama en fecha similar hace cuatro años, cuando por una resolución ejecutiva declaró a la nación suramericana ¨una amenaza inusual y extraordinaria¨ para la seguridad nacional de EE.UU.
El acoso económico contra el país socialista no se detiene. El pasado martes, el representante especial de EE.UU. para la llamada crisis en Venezuela, Eliott Abrahams. afirmó que se impondrían nuevas restricciones de visados a los que apoyen la Revolución Bolivariana.
De inmediato se anunció la revocación de la visa a otras 77 personas vinculadas con el gobierno legítimo bolivariano en un anuncio hecho por el vicepresidente de la potencia norteña Mike Pence, quien el pasado día 23 hizo el ridículo de presentarse en Cúcuta, Colombia, para pasar una supuesta ayuda humanitaria a los venezolanos, un encargo inviable dada la respuesta de los cuidadores revolucionarios de la frontera compartida.
Pence imaginó que Guaidó tenía creadas las condiciones para que la caravana de gobernantes y el, como invitado especial, entraran triunfantes en Caracas, pero a pesar de las altas sumas gastadas, nunca pudieron atravesar la frontera, y le prendieron fuego a las camionetas con alimentos y medicinas.
Mientras, el autoproclamado presidente interino va perdiendo presencia en los medios internacionales, luego del enorme fracaso que para los halcones imperialistas y sus lacayos de la derecha presentes en Cúcuta significó quedarse en territorio colombiano con la ayuda de 20 millones de dólares enviadas por la Casa Blanca.
Guaidó, a quien le organizaron una gira por cinco naciones donde hay gobiernos de derecha - Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador- para ratificarlo en el cargo usurpado, luego retornó a Caracas, entró por el aeropuerto de Maiquetía como un ciudadano corriente y solo fue recibido por los embajadores de los integrantes del llamado Grupo de Lima.
Este diputado, que ascendió a presidente de la Asamblea Nacional porque nadie de su agrupación Voluntad Popular pudo participar en la rotación partidista para el cargo, salió de Venezuela sin permiso judicial el pasado 23 de febrero, ya que en sus planes figuraba entrar triunfante en Caracas tras derrocar al presidente Maduro.
Aunque sigue lanzando amenazas contra el Gobierno, el regaño de Pence por su fracaso en la frontera colombo-venezolana, el ¨encargado¨ conoce que la Fiscalía General adelanta una investigación preliminar en su contra por presunta comisión de delitos contra la Constitución Nacional.
El pasado día 5, Guaidó convocó a los empleados públicos a una huelga para que ¨no sigan siendo piezas de una dictadura, obligados a asistir a movilizaciones y concentraciones¨, aunque no aclaró como se realizaría el paro.
Este joven de 35 años que se autojuramentó en plena calle el pasado 23 de enero, afirmó que no asistirá al diálogo nacional auspiciado por México, Uruguay y la Comunidad de Naciones del Caribe (Caricom) y destacó que la única opción que reconoce son elecciones libres.
La publicación de EE.UU. Bloomers indicó, de acuerdo con sus fuentes, que Guaidó quería realizar una gira por varias capitales europeas esta última semana ¨pero los estadounidenses le dijeron que debía regresar a Venezuela para no perder el impulso que le quedaba".
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