//

sábado, 16 de noviembre de 2024

Consulta Popular anticorrupción, ¿qué fue y qué saldos deja?

La convocatoria a un referéndum popular para someter a escrutinio un paquete de temas que pudieran frenar la corrupción en el país no alcanzó los votos requeridos, pero sembró el optimismo en continuar la batalla...

Jose Valentín Rodríguez Pérez en Exclusivo 01/09/2018
1 comentarios
consulta-anticorrupcion colombia
Un acontecimiento inédito en la vida política y social de Colombia fue la convocatoria para una consulta popular anticorrupción realizada el 26 de agosto.(Foto: lafm.com.co)

Un acontecimiento inédito en la vida política y social de Colombia fue la convocatoria para una consulta popular anticorrupción realizada el 26 de agosto pasado. Parecía y fue una osadía de sus promotoras, las congresistas Angélica Lozano y Claudia López, en un país en que la corrupción es un mal endémico.

Esta consulta, constituida en un proceso electoral, llevaba en su boleta siete preguntas que debían ser respondidas con un Sí o un No. El referéndum pretendía medir si la batalla contra el cáncer social que es la corrupción podía convertirse en causa nacional en Colombia. Debía alcanzar el umbral de los 12 millones de votos y le faltaron votantes para alcanzar el propósito, llegó a los 11,6 millones. Dado que la ley electoral estipula la participación de la tercera parte del padrón electoral que es de un total de 36 millones.

Venció la apatía y el abstencionismo por ejercer el voto y la consulta no logró aprobarse en este nuevo proceso electoral del país, cansado de por sí por el largo e intenso ciclo electoral.

Sin embargo, al analizar la convocatoria y la implicación popular que tuvo, puede decirse que puso al país en jaque y en particular a la oligarquía urbana y rural, y logró movilizar a amplios sectores populares que hicieron conciencia del mal que se padece.

Los siete puntos que contenía la boleta electoral apuntaban a señalar elementos clave de la batalla contra la corrupción: Eliminar el beneficio de casa por cárcel, que la contratación estatal muestre más transparencia, que se reduzcan los altos salarios de los congresistas cuyo recorte iría de 10 000 USD a 7000. En las preguntas aparecen normas para que el pueblo participe en el conocimiento y discusión de los presupuestos públicos, así como obligar a los congresistas a rendir cuentas de su patrimonio, y, por último, limitar el mandato de los legisladores a tres periodos de cuatro años como máximo.

Aun cuando esta iniciativa era un hecho nunca registrado en la historia republicana de Colombia, trastocaba los cimientos de una poderosa mafia y de los entramados que hacen posible que el tejido social sufra de cáncer. Además, para lograr el por ciento necesario que permitiera legitimar la consulta faltó promoción, y llegar a regiones apartadas de ese inmenso país que no conocieron de la convocatoria, es decir, no se realizó un trabajo de amplia divulgación. También existió la apatía y el engaño de sectores del gran capital y de otros comprometidos con mantener la actual situación, como personas de bajo nivel que verían en peligro las dádivas y los honorarios que reciben de los poderosos.

La consulta, aunque no triunfó, estas más de 11 millones de personas enviaron un mensaje contundente a la clase política: el nacimiento de un movimiento ciudadano cansado de la corrupción, la que ha tocado las más altas esferas del poder. Otra lectura de dicho mensaje es que no podrá ser ignorado por el Congreso Nacional, que se verá obligado a hacerle caso a la voz popular para preservar su democracia.

La consulta estuvo precedida por la aprobación en el Senado y sorteó la prueba de una enconada discusión entre partidarios y detractores hasta lograr ser firmada por el presidente Juan Manuel Santos en el mes de junio.

El propio presidente actual Iván Duque, que votó a favor de la consulta como lo había prometido en su campaña, acompañó a los promotores del mecanismo, a pesar de que su propio partido, el Centro Democrático, se opuso al proyecto, contraviniendo a su mentor y jefe ideológico de la agrupación, el expresidente Álvaro Uribe.

El discurso se ha movido de dirección, si durante décadas la ira y la repulsión que producía la violencia y las desapariciones acaparaban las noticias, hoy la indignación por el crecimiento de la corrupción está en el centro de la atención.

Pero si alguna lección puede extraerse de este proceso es que ha logrado movilizar a sectores importantes de la sociedad, y el voto, aunque no cristalizó en victoria jurídica, constituyó un anticipo optimista. La respuesta a las siete preguntas definió el péndulo del espectro político y dejó ver a las claras que la democracia en el país pudo triunfar y muestra una leve esperanza que ha quedado sembrada.


Compartir

Jose Valentín Rodríguez Pérez

Periodista y analista político

Se han publicado 1 comentarios


Alberto P Reyes Reyes
 2/9/18 1:57

Necesitamos Más comentarios como este para, crear la conciencia ciudadana de lo que nuestros países están hoy muy escasos, no es solo   Colombia con su record en la corrupción e incumplimientos de los acuerdos, tenemos en Brasil a Lula siendo Juzgado por los Corruptos y  vende patrias que no tienen moral para señalar ni una falla a este Luchador por los Pobres, que demostró ser fiel a los ideales  de la causa por un mundo mejor, también esta argentina hoy con las mayores alzas en los precios y devaluación de su moneda, es más estamos rodeados y no es de agua.

Saludos Hermano

Cuenta con mi apoyo.

Alberto

Deja tu comentario

Condición de protección de datos