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sábado, 23 de noviembre de 2024

Viaje al centro de la neurociencia cubana (+Video)

El Dr. Carlos Santos Anzorandía, presidente de la Sociedad Neurociencias de Cuba, ofreció una entrevista exclusiva a Cubahora, donde analizó los avances de nuestro país en esta disciplina…

María del Carmen Ramón en Exclusivo 20/10/2012
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Neurociencia - Portada
En cincuenta años, es visible el desarrollo alcanzado por las Neurociencias en el país.

Si bien el acelerado desarrollo de la especialidad durante los últimos diez años del siglo XX provocó que a ese período se le llamara “década del cerebro”, el Dr. Carlos Santos Anzorandía, presidente de la Sociedad de Neurociencias de Cuba, parafraseando a otros científicos, califica los primeros años del XXI como “década dentro del cerebro”. “Del” o “dentro”, el cambio de preposición encierra, en este caso, una importante carga semántica: mientras antes solo era posible “mirar en el cerebro”; hoy el hombre “puede realizar una excursión hacia su interior”.

Documentales y libros didácticos que explican el funcionamiento de la mente han captado más de una vez el interés de muchos. La neurociencia no solo atrae a quienes padecen alguna dolencia, sino en general a todo ser humano con la curiosidad de saber qué ocurre dentro de sí, por qué se toman determinadas decisiones, qué influye en que algunos aprendan más rápido que otros. Para conocer acerca del desarrollo de esta disciplina en el país, Cubahora conversó con el Dr. Santos Anzorandía, en el marco del evento Neurociencias 2012, celebrado en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, en La Habana.

-A los cincuenta años de historia de la neurociencia en Cuba, a su juicio, ¿cuáles serían los avances más notables?

El evento que estamos celebrando tiene como motivo un hecho que ocurrió en Cuba precisamente cincuenta años atrás, en 1962: la fundación del Departamento de Neuroanatomía Funcional del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón. Este departamento integró por primera vez el estudio de las neurociencias desde una mirada multidisciplinar (la bioquímica, la anatomía, la fisiología) y contó con un grupo de profesores neurólogos, como Rafael Estrada y Jesús Pérez, así como también psiquiatras y otros especialiestas, líderes en las investigaciones de aquel entonces.

“A lo largo de 50 años, las neurociencias se han desarrollado ininterrumpidamente. Si se fuesen a resumir los principales logros en este período, mencionaría que hoy existe en Cuba un Centro de Neurociencias, con avances importantes en la producción de equipos médicos dedicados al estudio del sistema nervioso; y que cuenta además con un grupo de laboratorios dedicados al tema de la actividad cognoscitiva, así como a todas las funciones del sistema nervioso. En los últimos tiempos, a la par de lo que está ocurriendo en el mundo, este centro se ha implicado de manera muy fuerte en la evolución de las neuroimágenes, que tienen un valor inestimable en el tratamiento y el seguimiento de una significativa gama de enfermedades neurológicas.

“Al hablar de avances en la neurociencia cubana es imprescindible también citar investigaciones llevadas a cabo por el grupo de Holguín, en relación con la ataxia heredo-degenerativa, una enfermedad que lamentablemente padece un gran número de personas de esa zona. Este estudio ha marcado hitos: desde el punto de vista genético-clínico-fisiológico ha tenido un gran impacto internacional.

“Las neurociencias además tienen el valor de haber creado una red nacional de neurofisiología clínica, que se extendió por todo el país y cuyo mérito más relevante es, desde el trabajo con tecnologías cubanas, haber estudiado no solo las afecciones del sistema nervioso central, sino también las del periférico.

“A grandes rasgos, estos podrían ser tres de los principales avances. Muchos otros podrían mencionarse; por ejemplo, la neurociencia cubana ha contribuido nacional e internacionalmente con los diagnósticos de muerte encefálica, un tema muy relacionado con los trasplantes de órganos y tejidos.”

-La Neurociencia tiene un perfil multidisciplinar. ¿Cuán complicado es formar un científico de esta área?

No se trata de formar un neurofisiólogo, sino de buscar personas preparadas para trabajar en las neurociencias; podría ser un bioquímico, un neuroinmunólogo, un neuroanatomista. Pero si bien es difícil unificar saberes provenientes de múltiples disciplinas, en nuestro país existe un camino que está engrasado: nuestros grupos son capaces de recibir nuevas personas en sus equipos de trabajo e incorporarlas rápidamente. Ese es uno de nuestros mayores logros: la interdisciplinaridad.

-¿Qué proyectos centran actualmente la atención de las neurociencias cubanas?

Uno de los proyectos más importantes a nivel internacional es el de Mapeo Cerebral, cuyo líder es el Centro Nacional de Neurociencias. Los científicos de distintas partes del mundo se han trazado como meta hoy el estudio de la actividad eléctrica generada por el cerebro, con el objetivo de conocer cada vez mejor los patrones de funcionamiento del sistema nervioso central. Los investigadores cubanos formamos parte de este colectivo internacional, pero con métodos propios. En torno a estos avances, de manera obligatoria habría que relacionar los trabajos del Dr. Pedro Valdez Sosa, del Centro Nacional de Neurociencia, líder en el estudio de la actividad eléctrica cerebral, con métodos impulsados por él, reconocidos internacionalmente.

“Otra de las investigaciones que está llevando el Instituto de Neurociencia se centra en la conectividad funcional, es decir, las conexiones que se establecen entre las distintas regiones del cerebro. Se están haciendo aportes muy novedosos, y esto requiere crear modelos matemáticos que traten de explicar el funcionamiento del cerebro ante determinados estímulos.

“Por otra parte, en el Centro de Restauración Neurológica (CIREN) hoy se realizan análisis sobre los procesos de neuroplasticidad. Esta rama indaga en el funcionamiento a nivel celular de los mecanismos de la memoria, es decir, las formas en que el cerebro retiene determinada información o cambia conductas de la relación que se establece entre las neuronas. Esto es muy complejo, pues trabaja a nivel de las membranas de las neuronas, y requiere, por tanto, técnicas muy avanzadas para poderlo estudiar. Sin embargo, a mi juicio, necesita sobre todo de un buen diseño metodológico. El gran mérito de estos investigadores está en que han sido capaces de crear experimentos cuyos resultados son inobjetables, y en que han ofrecido respuestas a distintas dudas científicas. Por ejemplo, cómo se almacena una información en las neuronas, cómo funcionan los mecanismos de memoria, qué ocurre cuando se destruye un área, cómo se recupera nuevamente. Las respuestas a estas preguntas son fundamentales para la rehabilitación neurológica.”

-¿Cuáles sería los principales retos de la neurociencia cubana en sus próximas “décadas dentro del cerebro”?

Pretendemos continuar avanzando en los estudios de plasticidad neuronal -porque el prestigio internacional alcanzado tiene que seguir-; también en los estudios genéticos y fisiológicos relacionados con la ataxia y otras enfermedades degenerativas en la provincia de Holguín y, paralelamente, habrá que impulsar la creación de equipos médicos.

“Hay dos grandes retos que tenemos desde los últimos años: uno, con respecto a la llamada neurotecnología, dedicada al desarrollo de prótesis que ayuden a sustituir funciones perdidas, en interacción con el sistema nervioso y áreas dañadas (como la audición, la visión, los movimientos del cuerpo). Cuba ya está trabajando en este camino. En segundo lugar, tendremos que dedicar mayores esfuerzos a las investigaciones sobre el envejecimiento, la enfermedad del Alzheimer y todos los problemas relacionados con las demencias en la tercera edad.”


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María del Carmen Ramón


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