¿Para qué hacía falta la Agencia de Medio Ambiente de Cuba?

Entrevista de naturaleza Secreta de Cuba a José Manuel Guzmán Menéndez, investigador del Instituto de Ecología y Sistemática

“La Agencia de Medio Ambiente (AMA) vino en un momento importante, una Ley de Medio Ambiente, una nueva forma de organización de los centros de investigación que tenían que dar respuestas a los problemas reales del momento. La AMA tuvo su papel fundamental en la organización, las misiones, los grupos de trabajo y las prioridades en materia ambiental que tenía el país, sobre todo partiendo de que había pasado una Cumbre de la Tierra, había una línea de pensamiento trazada por Fidel, de qué cosa era lo prioritario para poder vivir en un mundo mucho mejor, mucho más sano, más equitativo y donde la calidad de vida de las personas fuera la meta a alcanzar.

Yo empecé a estudiar biología en la Universidad de La Habana en 1992, terminé en el 96, pero ya desde tercer año me empecé a vincular al Instituto de Ecología y Sistemática. Con la AMA nació también un proyecto que me marcó por su forma de trabajo en equipo, el Proyecto Sabana Camagüey. El papel de ese proyecto y de la AMA desde sus inicios, me marcó mucho porque era una nueva forma de captar conocimientos —lo que no podíamos por el bloqueo— al contar con financiamiento externo que nos permitía contar con los medios para investigar, hacer expediciones y aportar desde el medio ambiente al desarrollo del turismo, lo que constituía en ese momento un proceso de diálogo muy fuerte, entre lo que disponíamos como evidencia científica y la necesidad del país de poder hacer un turismo de sol y playa para poder tener una entrada de divisas necesaria ante un bloqueo tan agudizado con la caída del campo socialista.

La Ama se enfrentó a problemas ambientales que había que resolver, a vacíos ambientales, a avanzar en un cuerpo legal, como fue la Ley de Costas, un logro alcanzado en el 2012.

Los manglares son sujeto de investigación priorizado (Foto: Naturaleza Secreta de Cuba)

La AMA se nutrió de centros de investigaciones que eran entidades nacionales, con misiones muy específicas en la esfera ambiental. El Instituto de Ecología y Sistemática, que fue la fusión del Instituto de Botánica, de bioquímica experimental, del herbario y del Instituto de Zoología, agrupaba a ecólogos que marcaron una pauta de pensamiento y de actualización constante, a pesar de que no había las redes sociales, ni la capacidad de base de datos que tenemos ahora; o sea, cuando todo se hacía por cartas y aun así había una capacidad de actualización y, sobre todo, inteligencias y pensamiento. Recuerdo la creación del Centro Nacional de Biodiversidad, con la contribución de personas como el Dr. Miguel Ángel Vale, la Dra. Deysi Vilamajó, la Dra. Leda Menéndez, y el Dr. Ricardo Herrera, quienes fueron un buen sustento para poder hacer una planificación y aportar a los decisores información que permitiera sobrevivir en un proceso de crisis como fue el periodo especial; pero con la perspectiva de cómo hacer mejor las cosas, para vivir mejor y tener mejores resultados.

Y hoy la Agencia tiene muchos paquetes tecnológicos para la solución de problemas a nivel industrial, estoy hablando de minería, turismo, protección aeroespacial y radioelectrónica, paisajismo, elementos que son fundamentales para el desarrollo económico del país, como es la Zona Especial de Desarrollo del Mariel.

No fue fácil, yo recuerdo cuando empezamos que los manglares no constituían precisamente un tema priorizado; sin embargo, a partir de las evidencias aportadas por la Dra. Leda Menéndez, se transformó en una temática priorizada por su importancia en la zona costera y la vida demostró que pensar en las zonas costeras y en los procesos del mar hacia la tierra y de la tierra hacia el mar, era fundamental para poder tener ahora una proyección de enfrentamiento a su degradación, como es la Tarea Vida (Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático); pero hacía falta esta AMA, esta organización en los institutos y estos científicos que prefirieron quedarse en este proceso, luchar y lograr la formación de su relevo para que continuaran su obra.

Trabajdores revisan población de mangle (Foto: Naturaleza Secreta de Cuba)

Lo que hacemos nosotros tienes que llevarlo en el corazón y la cabeza porque tienes que estar muy enamorado de lo que haces, porque a nivel económico no es precisamente lo más remunerado; pero tienes que estar muy enamorado para saber que eso que estás haciendo es de verdad, es con el corazón, lo estás haciendo por las personas.

Me imagino una Agencia muy superior, ya lo es, pero la imagino mucho más, imagino muchos más resultados socializados y como diría Martí, puestos en lengua de pueblo”