Gracias al CECMED

Una dipirona, un condón, un frasco de champú brea, un equipo de ultrasonido o de rayos X…; todo lo que estamos acostumbrados a tener “a la mano” en el ámbito de la salud no está ahí porque sí, a la ligera. Detrás de cada medicamento que se vende en las redes de farmacias y de cada equipo que garantiza los servicios médicos en policlínicos, hospitales, institutos y consultorios estuvo el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), lo cual avala su eficiencia, calidad y confiabilidad, no solo en su etapa final, en su uso, sino mucho antes, cuando apenas se inicia el proceso.

Desde 1989, es esta la Autoridad Reguladora de Medicamentos en nuestro país. Su encargo es el de promover y proteger la salud pública a través de un sistema regulador que garantiza el acceso oportuno al mercado de productos con calidad, seguridad, eficacia e información veraz para su uso racional, cumpliendo con las normas establecidas por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud.
Le corresponden también a este centro las funciones básicas de control de acceso a laboratorios, registro de medicamentos, diagnosticadores, equipos y dispositivos médicos, ensayos clínicos, vigilancia postcomercialización, inspecciones de buenas prácticas, liberación de lotes y otorgamiento de licencias a establecimientos.

Por fortuna, no pudo haber sido otra ni mejor la coincidencia. Visitó Cuba hace poco tiempo la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, y el cronograma para su breve estancia incluyó la nueva sede del CECMED (5ta. A y 60, Miramar, Playa), inaugurada por la galeno, a propósito del cuarto de siglo que celebra esta institución en 2014.

La anhelada sede es una aspiración añeja que ahora logra materializarse con creces. Si es la Industria Biotecnológica y Médico-Farmacéutica una de las principales ramas económicas de nuestro país, era lógico que se consolidara la labor del CECMED a lo largo de los años, con el ánimo de supervisar el desarrollo y el uso de medicamentos, equipamiento y de todo lo concerniente al ámbito de la salud.

Mejores condiciones tecnológicas, de espacio y confort eran dignas de una institución que fue la primera en América Latina en certificarse como competente para el sistema de regulación de vacunas desde el año 2000 y como Autoridad Nacional Reguladora de Medicamentos y Productos Biológicos de referencia regional para las Américas, desde hace tres años.

 Elevadas inversiones tuvieron que ejecutarse para que esta institución tuviera su nueva sede pero, sin dudas, rendirá sus frutos. A partir de septiembre, por ejemplo, el centro inaugurará un servicio de información telefónica, al que la población puede acudir para despejar sus dudas en relación con las reacciones adversas de un medicamento, su interacción con otros, o para conocer acerca de algún problema surgido repentinamente. Esta es otra manera de proteger a la población y de hacerla partícipe de una actividad que centra su atención en el ser humano.

Claro que no es tan fácil la tarea de “vigilar” lo que se hace. Desde que se sueña el equipo o el producto ya se toman en cuenta los parámetros imprescindibles que deben respetarse. Además, se mantiene el control durante todo el proceso de diseño, en las diferentes etapas de los ensayos clínicos y, más tarde, durante la producción, distribución y comercialización.

Es la seguridad de los pacientes que luego utilicen esos medicamentos o equipos lo que impulsa el quehacer indetenible del CECMED, al que también se suma el mismo proceder cuando se trata de productos importados o aquellos que Cuba exportará a otros países.

¿Qué puede suceder? Que todo no marche bien, que haya una falla de calidad, que lo que no pudo prever se produzca; entonces reanudará su trabajo el CECMED: retirará de la venta o del servicio lo que pueda estar poniendo en peligro la vida de las personas, pues no es otra su razón de ser. Insistirá y alertará sobre lo que no se puede consumir de manera confiable, como ha sido el caso con el Escozul, al que se le han atribuido numerosas propiedades sin que realmente se hayan confirmado sabiamente por este centro.

Nada se debe dejar a la ligera, y por ello el CECMED sigue existiendo y la población cubana lo agradece, aunque no sepa realmente toda la labor que hay detrás de cada dipirona, condón, equipo de ultrasonido o de rayos X.