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viernes, 22 de noviembre de 2024

Como dignos hijos de la Madre Tierra...

Así debemos comportarnos cada día en el que tomemos conciencia de los peligros a los que la sometemos…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 22/04/2012
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Madre tierra
Día Internacional de la Madre Tierra.

El Planeta Tierra, el tercero del Sistema Solar que junto a Mercurio, Venus y Marte integra el grupo de los terrestres.

Nuestro planeta Tierra. El único que posee océanos de agua líquida y una alta concentración de oxígeno que permite el desarrollo de la vida y la formación de una capa de ozono que puede protegerla de la radiación ultravioleta del Sol.

El azul, el que orbita sobre su eje y se traslada alrededor del Astro Rey, mientras la voz que emerge de su interior clama, desesperada.

Somos más de siete mil millones de personas habitando en él, dependientes de sus recursos y herederos de sus potencialidades y sin embargo, no trascurre un día sin que le hagamos más daño.

La contaminación ambiental, la pérdida de los hábitat naturales de determinadas especies vegetales y animales y de los suelos cultivables, la escasez de agua y la consiguiente desertificación, el calentamiento global...no hallan ya cabida en un mundo en el que vivimos, sin saber hacerlo.

Las perspectivas futuras no muestran un panorama optimista, sobre todo porque el crecimiento de la población persiste y con él, los límites ambientales llegarán al extremo, pues las demandas y el consumo de los recursos naturales también aumentará.

Según recientes estimaciones de las Naciones Unidas, para el año 2025 se prevé que la escasez de agua afecte a casi tres mil millones de personas, pues ahora solo el dos por ciento de la que existe es potable; que la degradación de las tierras arables supere los 700 millones de hectáreas y que cada año sean más de 16 millones de hectáreas de bosque las que se destruyan, a partir del comportamiento anual que ya se ha mostrado.

Ese cambio climático, del que tanto se ha hablado, no solo conlleva consecuencias para la biodiversidad y el medio ambiente, sino también en el desarrollo económico y social pues ya en la actualidad, son más de 40 mil las especies de plantas y animales explotadas por el hombre.

¿Hasta cuándo?, nos preguntará una vez más el planeta y tal vez, como en otras ocasiones, no seamos capaces de responderle.

INICIATIVA MUNDIAL

Para concienciar en torno a los problemas que ponen en peligro al planeta y promover acciones en pos de un desarrollo sostenible con la aplicación de políticas que ponderen el medio ambiente, es que se instituyó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra. La iniciativa fue del senador norteamericano Gaylord Nelson en 1970, quien promovió una manifestación con tales objetivos, en la que participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y numerosas comunidades. El saldo fue positivo, pues el gobierno de Estados Unidos creó la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente.

Dos años después se celebró la Conferencia de Estocolmo para sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y lograr se pronunciaran a favor de políticas para erradicarlos.

Así ha sido cada año: esfuerzos aislados que aspiran a concretarse en empeños mundiales. El fracaso de la Cumbre de Copenhague, por ejemplo, no puede ser olvidado.

A doce años de iniciarse el siglo XXI, los problemas siguen siendo los mismos, con mayor gravedad, pues el crecimiento poblacional con la demanda innegable sobre los recursos naturales se mantiene y la poca conciencia, traducida en acciones, escasea.

Entre los objetivos del Milenio, trazados antes de que este comenzara por el Programa Nacional de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se propone incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales, a reducir a la mitad el porcentaje de personas que carecen de acceso al agua potable y mejorar considerablemente la vida de por lo menos 100 millones de habitantes para el año 2020.

El uso de fuentes de energía no contaminantes y de sistemas que reduzcan la pérdida de este recurso básico, puede ser un camino. En este 2012, proclamado como el Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, esta es una de las principales acciones a desarrollar.

Lo importante es que esa energía sostenible, moderna, eficiente y no contaminante, producida a partir de fuentes renovables cuyas emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, sean las mínimas -con el uso de la tecnología solar o eólica- pueda llegar a todos, precisamente. Son 1400 millones de personas en el mundo las que carecen de electricidad y cerca de dos millones mueren de forma prematura por cocinar o calentarse con sistemas obsoletos, los que a su vez constituyen una fuente contaminadora del medio ambiente.

Impulsar la generalización de una energía sostenible puede incidir positivamente en la reducción de los índices de pobreza, la mejora de las condiciones de vida de los habitantes del planeta y una mejor salud para este.

Pero aún así, la conciencia individual es la que debe primar. No solo en el marco de la celebración internacional por la Madre Tierra, sino en cada uno de los días que podamos abrir los ojos en ella, siendo todavía sus hijos. Entonces, día a día, dignos hijos debemos ser.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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